Los retirados reciben hasta 80% menos de paga que cuando estaban en activo

Molestia entre militares por la forma en que se determinan las pensiones

Debido a la disciplina castrense, han sido mínimas las expresiones de descontento

La manera en que se destinan las pensiones para los militares ha generado controversia y molestia en el medio castrense, ya que la cantidad que perciben los soldados al retirarse representa menos de 20 por ciento del sueldo que tenían en activo. Así, un general de división que gana más de 132 mil pesos mensuales, al dejar de prestar sus servicios en las fuerzas armadas aspira a recibir cuando mucho, 24 mil pesos de al mes.

Pese a que este año el alto mando decidió compactar el "haber" que reciben los militares (sueldo base) con las otras prestaciones que se integraban a su salario, empezando por su grado, más el pago de sobresueldos, comisiones y remuneraciones por el cargo que ocupaban. Quedando así atrás los tiempos en que los sobresuedos dependían del cargo y comisiones que recibían discrecionalmente del alto mando; lo cierto es que este avance sólo beneficia a los soldados en activo, más no a los pensionados.

De esta forma, la compactación de sueldo de los soldados permite que los generales de división, quienes encabezan las 12 Regiones Militares en que se divide el país y ocupan los principales cargos en la Secretaría de la Defensa Nacional, ganen más 132 mil pesos al mes y los generales de brigada, quienes en su mayoría son los comandantes de las 44 Zonas Militares, así como direcciones generales o cargos en el Estado Mayor de la Defensa, sumen 97 mil 600 pesos mensuales.

En tanto que los generales brigadieres, que poseen la primera de las tres águilas, que son las inignias del generalato, tienen un salario que ronda los 72 mil pesos al mes.

Sin embargo, la legislación en materia de seguridad social militar no hace los cálculos para fijar las pensiones de acuerdo con estos sueldos, sino con base en los "haberes vigentes a partir del primero de enero de 2003".

De acuerdo con un oficio "extraurgente", fechado el 18 de mayo pasado, se da cuenta que la Secretaría de Hacienda y Crédito Público informó a la Secretaría de la Defensa Nacional en el oficio 315-A04054, "las nuevas cuotas de haberes a partir del primero de enero de 2003, para el personal del Ejército y Fuerza Aérea (disposición que aplica también para la Armada)".

El documento precisa las percepciones mensuales de los soldados por este concepto:

General de división (8 mil 89.15 pesos), general de brigada (7 mil 587.40), general brigadier (7 mil 58 .80), coronel (6 mil 79.75), teniente coronel (5 mil 555.60), mayor (5 mil 58.65), capitán primero (4 mil 286.25), capitán segundo (3 mil 793.35), teniente (3 mil 401.85), subteniente 3 mil 87.90), sargento primero (2 mil 623.65), sargento segundo (2 mil 48.05), cabo (2 mil 127) y soldado (mil 922.45 pesos).

Estos haberes se incrementan con la compactación de sueldos (aunque sólo en el caso de los oficiales, que es a partir de los subtenientes que egresan del Heroico Colegio Militar y de la Escuela de Aire). Un coronel recibe hasta 42 mil pesos al mes, un teniente coronel suma los 30 mil pesos.

En tanto que los mayores, capitanes primero y capitanes segundo reciben salarios que van de los 20 mil hasta los 25 mil pesos.

Sin embargo, el cálculo de las pensiones no se hace a partir de sus salarios mensuales, sino a partir de los "haberes vigentes", es decir, del tabulador, donde el soldado raso percibe mil 922 pesos al mes y el divisionario suma 8 mil 89 pesos. Así, pese a los sobresueldos que se integran a la pensión -como la antigüedad, años de servicio y otros apoyos-, un general de división aspira a una pensión máxima de 24 mil pesos.

Pero además, los generales que alcanzaron las tres águilas no reciben una pensión homogénea, sino que, depende del año de su baja, lo cual para generales en retiro constituye una falta de agradecimiento por los servicios que prestaron a la nación en activo.

De esa forma, un general de división que haya escalado todos los grados de la carrera castrense recibe una pensión que equivale al sueldo de un cadete recién egresado.

La controvertida decisión de la Suprema Corte de incrementar a 114 mil pesos las pensiones de los ministros que pasaron a retiro en diciembre de 1994 generaron mayor molestia de los militares pensionados con el alto mando, aunque, debido a la disciplina prevaleciente, han sido mínimas las expresiones de descontento, salvo la del general de división en retiro y ex diputado federal Luis Garfias Magaña.

Al ser consultado sobre la desproporción que existe en las pensiones de los miembros de las fuerzas armadas, el general Garfias comentó: "Qué bueno que los ministros tengan un hombre como [Mariano] Azuela que los ha defendido", situación que contrasta con la asumida por el Presidente de la República, quien es el comandante supremo de la Fuerzas Armadas y del alto mando de la Defensa Nacional.