Iván Restrepo

De mal en peor en materia ambiental

Según expertos, la cifra es escandalosamente elevada; de ser cierta, el estado de Hidalgo quedará sin bosques en menos de 10 años. Rubén Martín Olvera, delegado de la Pro-curaduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), afirma que cada año la entidad pierde 20 por ciento de su reserva forestal, lo que equivale a un millón de hectáreas. La destrucción de un recurso considerado de seguridad nacional está causando serios desajustes ambientales, entre ellos: erosión de suelos, azolve de ríos y de-más corrientes de agua, así como cambio de clima. El funcionario atribuye la pérdida de cubierta vegetal al uso irracional que las familias rurales hacen del bosque, ya que así buscan ampliar sus áreas de cultivo. No informó si en Hidalgo, como en otros estados, hay grupos de talamontes que se aprovechan de la pobreza campesina para alentar la destrucción del bosque.

Aunque hay mortandad de peces no se debe a la contaminación de la laguna de Coyuca, en la costa de Guerrero, sino a que en época de lluvia se acumula la materia orgánica en dicho cuerpo de agua. Eso dicen las autoridades, pero el corresponsal de La Jornada, Misael Habana de los Santos, agrega que a esa laguna se tira casi una tonelada diaria de desechos del pez popoyole. Esto acostumbran hacerlo los pescadores de la zona, que solamente aprovechan del popoyole la huevara para comercializarla en los restaurantes de Acapulco. Es un caviar de quinta. Así que la laguna no está contaminada, nomás llena de desechos de todo tipo, al igual que la de Tres Palos en Acapulco.

El presidente George W. Bush es un innovador nato, no solamente en pretextos bélicos, sino aun en el campo de la ciencia. Ahora pretende que se determine que el dióxido de carbono (C0₂) no es un contaminante del aire, contra lo que han sostenido durante largo tiempo científicos de todo el planeta y él mismo durante su campaña por la presidencia. Este cambio de posición se atribuye a su deseo de no cumplir los compromisos que la comunidad internacional de naciones negocia cada año con el objeto de disminuir los contaminantes que causan el cambio climático, el calentamiento de la tierra. Y es que Estados Unidos, con apenas 4 por ciento de la población mundial, es el principal contaminante del planeta. En el caso del CO₂ contribuye con casi una cuarta parte del total mundial. El dióxido de carbono lo generan especialmente los coches, las fábricas y las centrales eléctricas que consumen hidrocarburos. Intentar disminuir ese consumo atenta contra los intereses de las grandes corporaciones petroleras, tan protegidas por el gobierno de Bush Jr.

A pesar de que el presidente Fox suele decir que vamos super bien, piensan distinto algunos organismos internacionales. Por ejemplo, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que recientemente hizo un llamado a las autoridades de nuestro país para que garanticen "la sostenibilidad del medio ambiente", en particular en lo que se refiere al agua y al drenaje. La directora general del PNUD para América Latina, Elena Martínez, ubicó a México entre los países considerados como prioritarios, debido a la falta de acciones y programas efectivos para lograr el saneamiento del agua antes de 2015. La Cumbre del Milenio, efectuada hace tres años, a la que asistió nuestro país, fijó metas claras en cuanto a dotación de agua potable a la población y a mejorar su calidad. El gobierno mexicano se comprometió entonces a reducir a la mitad el porcentaje de población que todavía no tiene acceso a agua potable. Pero, según la funcionaria, se está lejos de lograrlo.

Los ejemplos anteriores ponen de manifiesto que ni en el caso de los bosques ni en el del agua, asuntos prioritarios para el país, hemos logrado en estos tres años el cambio tantas veces prometido en el discurso oficial y en los programas de gobierno.

El pesimismo se agudiza con los recientes nombramientos en el campo ambiental. Uno de ellos ejemplifica el aprecio que el presidente Fox tiene por el tema: la designación de un personaje experto en asuntos de baja estofa política en la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.