México D.F. Lunes 15 de septiembre de 2003
CUMBRE DE CANCUN
El Grupo de los 21 logró oponer sus argumentos
ante el bloque de países ricos
Se hundió la reunión de la OMC
Grave golpe para el organismo y oportunidad perdida
para todos, opina el comisario de la UE
Estados Unidos calificó de retórica
la defensa de intereses de naciones menos desarrolladas
ROBERTO GONZALEZ AMADOR Y ROSA ELVIRA VARGAS ENVIADOS
Cancun, 14 de septiembre. La cumbre que en los
últimos cinco días enfrentó a países pobres
y ricos sobre las reglas y plazos para una nueva ronda de negociaciones
comerciales culminó en un fracaso, que añadió un revés
a la credibilidad de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
La reunión ''ha colapsado'', dijo poco después
de las 15 horas el keniano Georg Ogwr, jefe de la delegación de
su país, quien fue el primer representante oficial en dar cuenta
del fin de la cumbre, que acabó luego de que los países menos
desarrollados no aceptaron negociar los términos de un acuerdo propuesto
por el presidente de la reunión, el canciller mexicano Luis Ernesto
Derbez.
''Cancún ha fracasado. Lo que ocurrió aquí
es un grave golpe para la OMC y al mismo tiempo fue una oportunidad que
se ha perdido para todos'', aseguró esta noche Pascal Lamy, comisario
de Comercio de la Unión Europea, quien calificó al organismo
de 148 miembros de ''organización medieval''.
Ministros de Comercio e Industria de los 148 países
socios de la OMC trataron durante los últimos cinco días
de establecer un acuerdo básico para lanzar una nueva ronda de negociación
comercial. Los países no desarrollados, que constituyen dos tercios
de los integrantes del organismo, hicieron de la reducción de los
subsidios agrícolas en las naciones industrializadas el centro de
la discusión. Mientras, Estados Unidos, la Unión Europea
y Japón pretendieron saltar el tema agropecuario y buscar
que fueran aprobadas reglas para reducir controles a la inversión
y abrir la competencia en las compras que hacen los gobiernos, de las que
pretenden participar empresas trasnacionales.
La
agricultura fue, sin embargo, el tema mayor de la cumbre, que al igual
que la cita de hace cuatro años en Seattle terminó con el
fracaso de la OMC en el intento de impulsar una nueva ronda de apertura
comercial. Sin embargo, la reunión se vino abajo cuando los países
en desarrollo rechazaron discutir nuevas reglas para reducir lo que los
industrializados llaman ''obstáculos al comercio'', expresión
relacionada con la liberalización de controles a los productos que
producen.
Un sólido conjunto de naciones en desarrollo, conocido
como el Grupo de los 21 (G-21), que en realidad terminó esta cumbre
con 23 miembros, logró oponer argumentos y fuerza política
a la Unión Europea y Estados Unidos, que junto con Japón
son los que otorgan los mayores subsidios, lo que saca de competencia en
el mercado mundial a los productos de los países en desarrollo.
Siete de cada diez pobres del mundo viven en el medio rural.
El G-21, al que pertenece México y que en esta
cumbre fue presidido por Brasil, caracterizó el rompimiento de las
pláticas ''como un momento de cierta circunspección'', según
el canciller brasileño Celso Amorim. ''Pudimos demostrar que con
unidad, un grupo sin bandera política y que tiene intereses concretos
que defender es capaz de presentar argumentos'', dijo a nombre de las naciones
que en los últimos cinco días recibieron presiones de Estados
Unidos y Europa, que trataban de minar su resistencia. ''Hemos logrado
el respeto a nuestro grupo'', añadió. Amorim comentó
que las negociaciones que abortaron en esta cumbre serán trasladadas
a Ginebra, pero los plazos para lanzar la ronda, prevista para enero de
2005, son cada vez más impredecibles.
La molestia que causó entre los países industrializados
la fuerza con que actuó el G-21, pero también otros bloques
como el de 100 países de Africa, Caribe y el Pacífico, conocido
como Grupo ACP, no pudo ser ocultada por Estados Unidos, que tildó
''retórica'' de la defensa que hicieron de sus intereses las naciones
menos desarrolladas.
Luego de conocerse el fracaso de la cumbre, el representante
comercial de la Casa Blanca, Robert B. Zoellick, dio una conferencia de
prensa para afirmar que ''la lección más importante de Cancún''
es que el ''consenso útil entre 148 países requiere la disposición
seria para enfocarse en el trabajo y no en la retórica para alcanzar
el fino equilibrio entre ambición y flexibilidad''.
Zoellick comentó que la agricultura había
sido el tema más ''crítico'' de la reunión, pero confirmó
que las pláticas se rompieron cuando los países menos desarrollados
rechazaron abordar los temas de inversiones y compras de gobierno.
''Es difícil saber cuál es la situación
hoy de la OMC. Hay un shock en este sentido por el resultado de
la reunión'', señaló Zoellick. ''No fue un resultado
bueno para ninguno de nosotros'', consideró, ''pero si la OMC y
sus miembros principales siguen en el plano de la retórica en vez
de negociar, los resultados no serán positivos''.
Al final del encuentro, Supachai Panitchpakdi, director
general de la OMC, admitió estar ''decepcionado por la forma en
que terminó esta reunión'', pero confió en que el
traslado de las negociaciones a Ginebra, sede de la OMC -donde actúan
cuerpos técnicos que no tienen la capacidad de decisión política
de los ministros que estuvieron aquí-, logre avanzar en la ronda
de liberalización comercial propuesta, en la que el tema de la reducción
de subsidios agrícolas es el punto clave.
EU y la UE, ''timadores baratos''
Una vez hecho público el fracaso de la cumbre de
Cancún, Lori Wallach, directora general de Public Citizen, declaró
que el resultado de este domingo ''constituye la mayor crisis de legitimidad
de la OMC'', que pone en evidencia ante la opinión pública
que el encuentro se fue a pique cuando Estados Unidos y Europa ''rechazan
escuchar las demandas de los países que forman mayoría en
la organización para hacer más transparentes y justas las
reglas del comercio mundial''.
Para Adriano Campolina, jefe de la campaña internacional
Ayuda en Acción, ''el dramático colapso'' de la cumbre es
una oportunidad perdida para establecer reglas justas que ordenen el comercio
mundial. Esta organización no gubernamental aseguró que Estados
Unidos y la Unión Europea dejan Cancún ''expuestos como unos
timadores baratos'', que no ocultan que tienen poco interés por
el bienestar de los países más pobres.
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