MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

Victoria pírrica de los pobres en Cancún: nada para nadie

Los poderosos siguen firmando voluminosos cheques para sus rubicundas vacas

TIENE RAZON LULA CUANDO afirma que en la reciente cumbre ministerial de Cancún el G-21 "impidió el triunfo de las potencias". La tienen, también, las organizaciones no gubernamentales que públicamente han expresado su satisfacción porque "reventaron" el encuentro organizado por la Organización Mundial de Comercio (OMC).

EN LOS HECHOS, SIN embargo, tal logro, si amerita ese calificativo, no es más que una victoria pírrica porque si bien los gobiernos de Estados Unidos, la Unión Europea y Japón no concretaron su objetivo, tampoco lo alcanzaron las naciones que son profundamente afectadas por la política comercial aplicada por esas potencias.

MAS ALLA DE LA "celebración", el propio presidente brasileño declaró que en la reunión ministerial de Cancún "no conseguimos aprobar lo que queríamos, pero no permitimos que ellos (las referidas potencias) aprobasen tampoco lo que querían, que era consolidar su política de subsidios".

QUE BUENO, PUES, QUE se impidió a los gobiernos de Estados Unidos, la Unión Europea y Japón consolidar su política comercial, especialmente en el área de los multimillonarios subsidios agrícolas que socavan a las naciones subdesarrolladas.

SE EVITO TAL "CONSOLIDACION", como asegura Lula -y junto a él un creciente número de organizaciones no gubernamentales-, pero entonces, Ƒcuál es el beneficio concreto que tal logro genera a Brasil, México, Argentina o cualquier otro país integrante del bloque "triunfador" en Cancún?

NO SE PERCIBE, PORQUE si bien la mencionada "consolidación" se evitó, es un hecho que no se canceló, toda vez que la nefasta política de subsidios agrícolas aplicada por las naciones altamente desarrolladas, y junto a ella las cerradas cuan nocivas prácticas comerciales que atentan contra el bienestar y el desarrollo de los países pobres, seguirán ejerciéndose tan rígida y puntualmente como hasta ahora, a pesar de que la razón, indiscutiblemente, corresponde a la posición del G-21.

CELEBRAR, COMO LO HACE Lula y correligionarios, porque las potencias fueron incapaces de pintarle otra raya al tigre no parece ser la actitud idónea: mientras la fiesta y los vítores continúan en el G-21, los gobiernos de Estados Unidos, la Unión Europea y Japón siguen firmando cheques a favor de sus poderosos farmers y sus rubicundas vacas, en detrimento de los famélicos agricultores de las naciones subdesarrolladas.

PARA LOS PAISES POBRES, un motivo de celebración habría sido el avance de sus propias demandas y posiciones, como las defendidas por el G-21, o haber logrado el cambio de las reglas del juego impuestas por las potencias, pero no evitar la multicitada "consolidación" de las nefastas políticas comerciales de los países altamente desarrollados. Aparentemente, el bloque conformado por Estados Unidos, la Unión Europea y Japón no pudo, en el marco multilateral, "institucionalizar" su política de subsidios, pero es un hecho que nada ni nadie lo apartara de esa ruta y de los beneficios que les significan.

SI SE LES IMPIDIO AVANZAR por la vía multilateral, qué bueno, pero nadie puede dudar que las potencias se mantendrán por la senda bilateral y el efecto para las naciones subdesarrolladas será exactamente igual.

ES INDUDABLE QUE CANCUN fracasó, como lo harán otras cumbres del mismo corte. En lo que Lula tiene toda la razón es en la urgencia de que el G-21 se fortalezca y actúe como bloque de naciones (el Sur contra el Norte), pero no sólo en el contexto de las cumbres de la OMC, sino en los distintos foros multilaterales, es decir, en la Organización de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y demás instancias en las que hasta ahora las naciones subdesarrolladas han resultado irremediablemente perdedoras.

LA FIESTA, COMO LA presunción de que la cumbre fue "reventada'', puede seguir, que de cualquier suerte tal actitud no aportará beneficios a las naciones subdesarrolladas. En vía de mientras, el gobierno estadunidense reforzó su posición original, es decir, la que más frutos le aporta: el representante comercial de baby Bush, Roberto Zoellick, anunció que Washington "centrará su atención en la obtención de acuerdos regionales y bilaterales fuera del marco de la OMC", un camino que tal vez implique mayor papeleo y burocracia, pero que le garantiza los mismos resultados, es decir, imponer sus prácticas comerciales, subsidios agrícolas en primerísimo lugar, aunque el G-21 impidiera la famosa "consolidación".

POR MUCHO QUE SE pretenda valorar el "logro" tercermundista en Cancún, nadie pudo evitar que las potencias cerraran la generosísima llave de los subsidios agrícolas, ni erradicar el creciente proteccionismo ni la condicionalidad que Estados Unidos, la Unión Europea y Japón aplican en sus prácticas comerciales con las naciones subdesarrolladas.

ASI, TRIUNFO, LO QUE SE llama triunfo, no es el mejor de los calificativos para definir los resultados obtenidos en Cancún por el G-23.

EN VIA DE MIENTRAS, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) contribuye a la numeralia del "libre comercio": las tarifas consolidadas de los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos para productos agrícolas son cuatro veces más altas que aquellas para productos industriales; los subsidios agrícolas que distorsionan el comercio equivalen a más de 700 millones de dólares diarios, casi cuatro veces más que toda la ayuda oficial para el desarrollo.

ESTOS PROGRAMAS DE protección y subsidios, señala el BID, favorecen principalmente a grandes intereses agrícolas en los países industrializados, al tiempo que reducen a escala mundial los precios y volúmenes comerciales para productos agrícolas de países menos desarrollados. "En los hechos, esta situación cierra una senda para sacar de la pobreza a millones de personas en América Latina y el Caribe, donde una de cinco familias depende de la agricultura para su sustento. Más aún, los altos y persistentes niveles de protección de la agricultura y de otros productos en países industrializados minan la eficacia de los flujos de ayuda e inhiben el comercio que los países en vías de desarrollo necesitan para pagar su deuda exterior".

Las rebanadas del pastel:

EL CANCILLER LUIS ERNESTO Derbez, ausente en la ceremonia del Grito... Estaba de fiesta, celebrando su rotundo fracaso en Cancún.

[email protected]