México D.F. Martes 23 de septiembre de 2003
Defenderá su posición de no ceder la autoridad sobre Bagdad a Naciones Unidas ni a iraquíes
Bush busca en la ONU compartir los costos y la sangre en Irak
Llega a la Asamblea General con el índice más bajo de apoyo a su presidencia y a su guerra
JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES
Washington y Nueva York, 22 de septiembre. El presidente George W. Bush viajó para evaluar los daños del huracán Isabel, pero mañana deberá enfrentar los escombros que dejó su política contra Irak en la Organización de Naciones Unidas, donde presentará su caso para que la "comunidad internacional" asuma parte de los costos de una guerra que la mayoría de los 190 países miembros rechazó.
Bush necesita fondos y soldados. Después de solicitar 87 mil millones de dólares a su Congreso para la ocupación de Irak, el presidente necesita aportaciones de fondos de otros países porque la guerra se ha vuelto muy cara como para poder demostrar a su público que se están "compartiendo" los costos de Irak con otros "aliados".
Bush necesita también compartir la sangre que corre en Irak -cada día se anuncian nuevas bajas estadunidenses- para controlar la creciente inquietud y crítica de que esta empresa bélica no vale tanta sangre estadunidense.
De hecho, Bush llega a Nueva York consciente de que por primera vez desde que comenzó la guerra contra Irak, menos de la mitad de los estadunidenses dicen aprobar su manejo de esa situación. La encuesta de Newsweek publicada esta semana registra que se desplomó en cinco puntos -46 por ciento- el apoyo a las políticas del presidente en Irak, contra 56 por ciento que cree ahora que se ha gastado demasiado dinero en el país ocupado.
La población, dividida
Por ahora la población está dividida (50 por ciento contra 50 por ciento) sobre si la guerra valía la pena, según una nueva encuesta de CNN/USA Today difundida hoy. Y, para rematar, Bush tiene su nivel más bajo de aprobación general desde el comienzo de su presidencia -50 por ciento- comparado con el 60 por ciento de hace un mes.
O sea, Bush necesita ayuda, por lo menos simbólica, de Naciones Unidas meses después de descartar las demandas y condiciones del organismo antes de su guerra y decidir proceder sin el apoyo de esta institución.
El discurso de Bush ante la plenaria de la Asamblea General de la ONU, según filtraciones, no cederá ningún punto a los críticos de su guerra contra Irak, ni admitirá ningún error. Defenderá la posición de su gobierno de no ceder autoridad sobre Irak a Naciones Unidas ni a un gobierno nacional a corto plazo. Este punto está al centro del debate, ya que Francia, Alemania y otros países insisten en un traslado de soberanía lo más pronto posible y un papel mucho más amplio para la ONU.
De acuerdo con Condoleezza Rice, su asesora de Seguridad Nacional, Bush no "abundará en los detalles del papel de la ONU en Irak" en su discurso, pero señaló que Estados Unidos se opone a establecer una fecha límite para un traslado del poder en Irak.
También cambiará de tono, indican algunos rotativos nacionales a los que se filtraron algunas partes del discurso, promoviendo una solución diplomática y no bélica para tratar con los otros dos países que antes integraban el eje del mal: Irán y Corea del Norte (aunque no los mencionará por nombre).
Pero el discurso, menos belicista y más general, al igual que la programación de dos días de estancia de Bush en Nueva York, revela que la política estadunidense en torno a Irak en particular, y del manejo diplomático en general, no ha tenido el éxito esperado. Todos saben que el hecho de que Bush se vea obligado a regresar a la ONU para solicitar su apoyo más amplio en Irak, después de que hace unos meses su gobierno afirmó que la organización estaba al borde de ser "irrelevante", es una derrota para Washington.
A la vez, Bush y su equipo también fueron frustrados en su intento de llegar con un acuerdo sobre el papel de la ONU en Irak, y esperaban contar ya con los votos para aprobar la resolución circulada por Estados Unidos, en la que se busca trasladar más responsabilidad al organismo a cambio, implícitamente, de más fondos y soldados de otros países. En cambio, Bush llega a Nueva York para realizar una campaña de dos días de intenso cabildeo con los mandatarios de otros países.
Francia, una vez más, encabeza el grupo de países que insisten en que Washington tiene que ceder autoridad en Irak y encargar a la ONU de una transición política. En entrevista con el New York Times, el presidente francés, Jacques Chirac, afirmó que se necesita establecer una fecha límite precisa para "el traslado de soberanía" y un calendario para transferir responsabilidades a un gobierno de Irak, además de establecer un papel clave para la ONU.
Sin el autogobierno en Irak, advirtió, existe una situación peligrosa de "un gobernador que es cristiano y extranjero" administrando un país musulmán y árabe, "situación muy difícil de aceptar para cualquier pueblo en el siglo XXI".
La Casa Blanca ha filtrado que Bush podría enfocar parte de su discurso en pedir un mayor esfuerzo internacional contra la proliferación de armas nucleares; de esa manera hará referencia a los casos de Irán y Corea del Norte. Pero, al parecer, el gobierno de Bush no ha logrado definir medidas particulares que proponer. También tiene un grave problema para promover la política de no proliferación, ya que países aliados, como Israel, jamás han firmado el Tratado de No proliferación Nuclear. Está claro que Corea del Norte e Irán están mucho más avanzados que Irak lo estaba en lograr una capacidad militar nuclear, y hace un año Bush declaró ante este mismo foro que si estos países no cesaban sus trabajos en este rubro podrían enfrentar una respuesta bélica.
Cuando Bush hable este martes -será el tercer orador, después de Kofi Annan y Luiz Inacio Lula Da Silva- los países miembros y los medios estarán muy atentos para percibir en qué y hasta dónde el presidente estadunidense está dispuesto a negociar un punto elemental: cuál debería ser la relación entre el último y único superpoder y la institución global multilateral.
Poco después hablará Chirac, quien será una especie de portavoz para la posición multilateralista. En los hechos, claro, la posición unilateral derrotó a la multilateral, ya que los que pretendían defender a la ONU no lograron detener la guerra. Pero ahora el huracán de la guerra ha dejado daños por todas partes, incluso poniendo a la propia ONU en tela de juicio sobre su papel histórico y su futuro, y ahora todos observarán qué tan efectivos serán los esfuerzos de recuperación después de la tormenta.
Claro, mientras hablan decenas de mandatarios en una interminable lista de oradores en esta 58 sesión de la Asamblea General, la política real estará en salones privados donde se realizará un intenso cabildeo -la mayoría en reuniones bilaterales- entre Estados Unidos y otros gobiernos claves para definir el papel de la ONU y su relación con el superpoder. Bush se reunirá con Chirac mañana en la tarde, y con su contraparte alemana el jueves, entre otros.
Se ignora postura de México
No se sabe aún qué postura adoptará México en este gran debate, ya que por el momento se ha limitado a hablar de "fortalecer" a la ONU y ofrecer recomendaciones de cómo reformar algunas partes de esta organización. El presidente Vicente Fox tendrá que decidir si aborda directamente o no el asunto clave de esta sesión cuando se presente ante la Asamblea General el miércoles.
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