Habla José Ramón Enríquez, quien dirige Moctezuma II, obra que cumple 50 años

La crítica de Sergio Magaña al México caciquil sigue vigente

''De cara al siglo XXI, se trata de acabar con el otro, sin una idea de patria o de nación'', deplora el creador escénico El montaje se estrenará el próximo viernes en el CUT

CARLOS PAUL

Como una crítica al ser nacional, cuya historia se caracteriza por la traición, el saqueo, el caciquismo, las mafias y las venganzas personales, es como interpreta el creador escénico José Ramón Enríquez la obra Moctezuma II, escrita por Sergio Magaña, que será puesta en escena en el Centro Universitario de Teatro (CUT).

Este 2003 la obra cumple 50 años de haber sido estrenada y es, junto con Los signos del Zodiaco, una de las más relevantes del dramaturgo michoacano.

Magaña hace de Moctezuma II el personaje trágico por excelencia. En su obra se presenta una dialéctica entre el sumo sacerdote y Moctezuma, en la que el primero representa la superstición y el monarca lo contrario.

Aquí, para el emperador azteca los españoles no son dioses, pues no acepta ninguno de los presagios, cosa que no es así históricamente, explica Enríquez.

''Lo único que hace creer a Moctezuma que Cortés es un dios es la viruela y no los presagios. Para lo cual el autor crea un personaje llamado La Mixteca, esclava de extraordinaria belleza que Moctezuma envía a Cortés como regalo cuyo valor está sobre todos los demás, creyendo que el reconocimiento de la belleza va a detener al conquistador. Sin embargo éste la regresa contagiada de viruela y es cuando Moctezuma se convence de que son dioses. Sólo la crueldad de un dios (dice el emperador en la obra) es capaz de convertir la belleza en una masa purulenta y maloliente."

Traiciones, saqueos, venganzas

Para Enríquez esa historia se convierte en poesía, pues ''lo importante no es la historicidad de los hechos, sino el aliento de este encuentro, de un Moctezuma que apuesta por la belleza y que se derrumba al encontrarse con un dios que pudre lo bello y que al conjuntarse con la traición de la cual es objeto, hacen de aquél un personaje trágico".

Sin embargo en la obra existe, sobre todo, la crítica y la autocrítica a nuestro ser nacional, lo que la hace profundamente vigente.

Magaña, destaca Enríquez, refleja nuestra historia. ''Una historia de traiciones, saqueos, caciquismos y venganzas personales, es decir, de violencia.

''De cara al siglo XXI podemos ver cómo a lo largo de las distintas revoluciones, movimientos sociales y políticos siempre ha sido el objetivo acabar con el otro, sin una idea de patria o de nación."

Esta crítica al ser nacional no sólo se queda en el nivel de lo que apuntaría Octavio Paz en El Laberinto de la soledad o de lo que han reflexionado al respecto Samuel Ramos y Roger Bartra.

El dramaturgo ''nos dice que no sólo somos hijos de la chingada, sino también fratricidas. Seguimos 'matándonos' unos a otros como una forma nacional de ocupar el poder a partir de cacicazgos y mafias, ya sean políticas, sociales o religiosas. Ejemplo actual de ello son las pugnas internas de partidos como el PRI y el PRD o la intolerancia del PAN. Nuestra estructura nacional es una estructura caciquil, ése es nuestro gran problema''.

Violencia de la debilidad

En la puesta en escena, de alguna manera, se refleja también lo que se podría llamar la violencia de la debilidad. Moctezuma, cuando es cuestionado por el sumo sacerdote como un hombre débil, no se asume como tal; sin embargo, señala que el pueblo sí lo es.

''Desde una perspectiva artística y no sociológica, Magaña hace una crítica y autocrítica terrible; eso es lo que he querido reflejar", señala Enríquez, cuyo montaje será sólo de algunos fragmentos, pues la obra completa, además de tener ''una enorme cantidad de personajes", está integrada por tres actos que duran cerca de dos horas cada uno; por eso el título es Moctezuma II. Fragmentos de la tragedia de Sergio Magaña.

Por tales características quizá se ha montado poco, por tratar de hacer el gran espectáculo, expresa el creador escénico. En este caso se debió renunciar a todo eso, pues se monta en el CUT, como teatro de cámara, por necesidad.

''Intentamos sintetizarla poniendo énfasis en lo que nos parece esencial en la obra, es decir, esa crítica al ser nacional cuya historia se caracteriza por la traición y la venganza personal. Habrá otras muchas lecturas, pues es una obra que trasciende el tiempo y se ha analizado poco, pero creo que al ponerla en escena de esta manera queda claro lo que quiso decir Magaña."

Con las actuaciones de Ammel Rodrigo, Sebastián López, Carlos Cruz, Pablo Laffitte, Alicia Lara, Santa Cecilia, Luz Vallmen, Juan Carlos Cuéllar, Raymundo Elizondo y Natyeli Flores; diseño sonoro de Mauricio García Lozano, iluminación y escenografía de Francisco Alvarez, Moctezuma II se estrenará el próximo viernes 26 a las 20 horas en el foro del Centro Universitario de Teatro, del Centro Cultural Universitario, en Insurgentes sur 3000.