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México D.F. Jueves 25 de septiembre de 2003

ASTILLERO

Julio Hernández López

El vecino enfurruñado

Bush deja a Fox fuera de sus reconciliaciones

Menosprecio del texano a los afanes del guanajuatense

NO PARECIERA QUE George W. Bush estuviese enojado con Vicente Fox solamente porque éste no lo apoyó a la hora de lanzarse sobre Irak. Ayer mismo, por ejemplo, el presidente de Estados Unidos y el canciller de Alemania, Gerhard Schroeder, se reunieron formalmente por primera vez en 16 meses y dieron por terminada su etapa de divergencias para dar paso a nuevos entendimientos. Schroeder había causado gran enojo en la Casa Blanca porque usó el tema Irak en su agenda electoral y porque en sus actos de campaña atacaba abiertamente la política belicista de Washington. Ayer, en Naciones Unidas, al margen del rencuentro con Bush, el canciller alemán sostuvo la postura crítica del unilateralismo gringo que comparte sólidamente con los presidentes francés, Jacques Chirac, y ruso, Vladimir Putin: "Cualquier nueva amenaza -dijo Schroeder-, dado que ningún Estado del mundo puede convertirse en el dueño, requiere ahora más que nunca de la cooperación internacional".

BUSH HIJO PARECERIA, pues, decidido a hacer las paces con cuantos antes riñó a causa del ataque unilateral contra Irak, y a negociar reconciliaciones que le permitan aparentar ante el votante estadunidense, cuando llegue la hora de relegirlo o sustituirlo, que está conduciendo la bomba iraquí hacia patios compartidos con otras naciones. Con México, sin embargo, el enojo parece más profundo y menos superable, a pesar de los tragicómicos esfuerzos de Tlatelolco y Los Pinos por tratar de convertir cualquier saludo protocolario o cualquier acomodo de mesa en ocasión propicia para presuntos relanzamientos de amistades fallidas. Nunca antes se había visto a un presidente mexicano tan perdido en una mesa de figuras internacionales como este martes pasado, cuando Vicente Fox hubiera dado la mitad de su reino (Foxilandia) por una sonrisa sincera, una palmada amistosa, un gesto de camaradería, unos segundos de plática con aires de complicidad y confidencia de parte de quien ni siquiera aceptó regalarle luego del cacaraqueado almuerzo una cita formal de 10 minutos y sí en cambio lo hizo objeto de distancia, frialdad y poco aprecio.

ES POSIBLE QUE la zona a la que el presidente Fox debe voltear con sentido crítico para tratar de entender lo que pasó con aquella presunta amistad Marlboro (la Alianza para la Prosperidad anunciada en el rancho familiar del que habría salido el Espíritu de San Cristóbal) sea la de la operación política y la de la congruencia ética e ideológica. Dominado aún por los demonios de la mercadotecnia, seguidor implacable de los dictados de las encuestas de opinión, rehén de los índices de popularidad (Francisco Ortiz y su oficina de Imagen Presidencial como rectores de las políticas interna y externa), Vicente Fox se comportó ante Bush en momentos históricos más como un oportunista deseoso de quedar bien con la volatilidad demoscópica (aunque así le diera la espalda a un presunto aliado en problemas) que como un político con principios al que a pesar de las connaturales batallas libradas, y cuando ya se hubiese ido el humo de los cañones, se le puede reconocer el apego a ideas y convicciones e incluso volver a dar la mano.

EL ENFURRUÑAMIENTO DE Bush tiene también mucho que ver con la falta de conducción presidencial en la representación mexicana ante Naciones Unidas. Aunque pareciera increíble, el entonces canciller, Jorge Castañeda, y el embajador ante la ONU, Adolfo Aguilar Zinser, duraron largos meses sin hablarse para fijar la postura nacional en aquel foro mundial. La versión diplomática de las aventuras cómicas de El Gordo y El Flaco no hubiera tenido graves consecuencias a no ser porque su traducción política habría de verterse ni más ni menos que en el Consejo de Seguridad de la ONU al que México arribó con ínfulas de protagonismo de primer nivel. Castañeda acordaba con la Casa Blanca lo que al otro día sería desmentido, torpedeado o maltratado por Aguilar Zinser, cuyo desempeño oficial llegó a irritar sobremanera a los políticos estadunidenses en el poder, que no entendían cómo Fox permitía desatinos y desacuerdos tan graves, que no cesaron ni siquiera al arribo de Luis Ernesto Derbez, quien tampoco ha podido someter al narigón embajador a una línea diplomática oficial. No era, pues, sólo la postura específica respecto a Irak, sino el desaseo político, la incapacidad operativa, la falta de liderazgo, lo que llevó a Bush II a desdeñar y rechazar a su vecino, que desde entonces se convirtió en una especie de ánima en pena, buscadora de guiños, afectos o cuando menos trucos escenográficos que le permitan recordar en algo aquel sueño de grandeza ahora desinflado.

ASTILLA: DIEGO FERNANDEZ de Cevallos se quedará con una quinta parte de las responsabilidades que antes encaraba en solitario en la bancada panista senatorial. Eso sí, dicen sus colegas luego de haberle asestado tan notable golpe al barbado senador, éste seguirá con la porción más importante, la de la política y las negociaciones... Bien montada la farsa denominada justicia en el Pemexgate: Carlos Romero Deschamps hace como que se somete a un proceso penal que está prefigurado para no acreditarle responsabilidad alguna, aparte de que no pisará la cárcel gracias a un amparo de la justicia federal. Con tal libreto, el foxismo dirá que ha tratado de castigar al líder petrolero triangulador de fondos de Pemex a la campaña presidencial labastidista pero, šhombre!, si los jueces no quisieron o no pudieron castigarlo (a partir de un expediente elaborado precisamente para que no se le pueda castigar), eso ya trasciende el ámbito del Poder Ejecutivo y queda en el Judicial... Otro guión que va madurando es el de los acercamientos entre el priísmo y el gobierno federal para acordar términos de privatización en materia de energéticos. Ayer la elite del tricolor se reunió con Santiago Creel (quien llevaba en mano un oportuno diagnóstico de desgracias)... El cardenal Juan Sandoval Iñiguez estaría cometiendo una especie de "lavado de comunicados", pues ayer, tramposamente, dijo que se adhería a los términos del boletín emitido por la Presidencia respecto a los Acuerdos de San Cristóbal. Pero se refería sólo al primer comunicado, aquel en donde se informaba que la madre de Vicente Fox lo había invitado a celebrar un cumpleaños adelantado y en el cual se habría establecido que no se restaurarían fueros ni se favorecerían impunidades. Del segundo comunicado, con el que Los Pinos daba por falsa la versión difundida por Sandoval de esos presuntos tratos (la resolución estaría en "siete, ocho, 15 días"), no dijo el prelado ni pío, como si no hubiese existido más que el primero... La reactivación económica en el estado de México va en firme: el gobernador Arturo Montiel está derramando beneficios entre la población mediante pagos por acarreo para que le aplaudan en sus informes regionales de gobierno...

Fax: 5605-2099 [email protected]

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