México D.F. Viernes 26 de septiembre de 2003
Niega que exista rivalidad por un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU
Fox y los mexicanos sabrán cuándo emprender sus reformas: Lula da Silva
El presidente anfitrión plantea iniciar pláticas para un acuerdo con el Mercosur
JOSE ANTONIO ROMAN Y RENATO DAVALOS
El presidente Luiz Inacio Lula da Silva rechazó que haya una "rivalidad" diplomática entre México y Brasil por un asiento en el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Respecto del retraso de las reformas estructurales en México, expresó que "Fox y el pueblo mexicano" sabrán cuándo hacerlas, y de Cuba, manifestó que siempre "he condenado el inhumano bloqueo", y que acudirá a ese país como jefe de Estado, tal y como estará Fidel Castro.
Con Vicente Fox Quesada, Lula coincidió en que la cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) no fracasó, pero hubo matices. El mandatario mexicano dijo que ese encuentro no fue convocado con carácter resolutivo y el brasileño planteó que es una etapa previa en la que se requiere un comercio internacional "sin sumisiones y sin agachar la cabeza".
Los dos presidentes también tuvieron criterios comunes acerca del futuro del Consejo de Seguridad de la ONU. Ambos coincideron en la necesidad de emprender una reforma del organismo internacional, pues la normatividad vigente proviene del final de la Segunda Guerra Mundial. La geopolítica ha cambiado sustancialmente y hoy un gran número de países plantea la necesidad de cambio, no sólo en la estructura de funcionamiento de la ONU sino también del Consejo de Seguridad y un aumento en la cantidad de miembros.
En esta materia no sólo existen coincidencias entre México y Brasil, sino que es una postura que comparten muchos otros países. Sólo con esa reforma podría dotársele de agilidad y fuerza política para que sus decisiones sean respetadas, manifestaron.
A este respecto, Fox comentó que el planeta tiene que trabajar conjuntamente para atender el llamado del secretario general de la ONU, Kofi Annan, y reorganizar profundamente este organismo internacional.
Refirió que ya existen propuestas concretas para formar grupos de trabajo que elaboren un planteamiento de consenso con el propósito de modificar la estructura y el funcionamiento de la ONU.
Acerca de los vínculos bilaterales, el presidente Fox Quesada refirió que se tiene la intención de emprender de inmediato las pláticas tendientes a concretar un acuerdo comercial entre México y el Mercosur. Acerca del intercambio entre las empresas estatales Petróleos Mexicanos y Petrobrás, manifestó que incluye flujos tecnológicos, pero también se prevén acciones en materia de salud y desarrollo social.
Sobre la reciente reunión de la Organización Mundial de Comercio realizada en Cancún, Quintana Roo, el mandatario mexicano expresó que no puede hablarse de un fracaso, porque el espíritu del encuentro no era definitivo ni resolutorio. El propósito, consecuentemente, se cumplió. Se abrió el debate y se reflexionó acerca de la condición del comercio internacional.
Ciertamente, admitió Fox Quesada, no hubo un avance como todos hubiésemos querido. Ahora el reto es trabajar intensamente para que en la próxima reunión de Ginebra se valore la situación y se replantee el sistema comercial mundial, con procesos cada vez más justos en sus vínculos, porque reconocemos que muchos de ellos son "inequitativos". Se requieren nuevas reglas en el comercio mundial que permitan la generación de un crecimiento y su incidencia en el empleo.
También repasaron la situación venezolana y colombiana. La conclusión conjunta fue que, atendiendo a la soberanía de cada nación, puede ofrecerse la colaboración en sus procesos políticos.
Lula había acaparado la atención de los medios de comunicación brasileños y mexicanos. Los comunicadores preguntaron a ambos mandatarios acerca de la existencia de una rivalidad mexicano-brasileña por un lugar en el Consejo de Seguridad de la ONU.
Primero voy a hablar yo, adelantó Lula.
Ante las insinuaciones de algunos medios periodísticos que fomentan dicha rivalidad, el mandatario brasileño externó que prefiere el diálogo directo. Claro que Brasil tiene interés y México, como país importante que es, también lo tiene. Todos tenemos nuestros intereses, lo que necesitamos es, de la forma más democrática posible, encontrar la mejor solución que pueda responder a los intereses de los países que estén realmente en la disputa de esos cargos, agregó.
Pero antes, agregó Lula, es necesario convencer a Naciones Unidas de que acepte la propuesta de aumentar el número de miembros permanentes en el Consejo de Seguridad. "Y puedes quedarte tranquila -le dijo a una periodista-, que no será un motivo para afectar la sólida relación entre el presidente Fox y yo, y entre Brasil y México".
En lenguaje diplomático, Lula hizo alusión al tema de las reformas estructurales en México y en Brasil, y habló acerca de su relación personal con el presidente Fidel Castro y sus opiniones y escritos sobre Cuba.
En el primer caso, el presidente brasileño respondió a la pregunta sobre el grado de avance en las reformas estructurales en Brasil en ocho meses de gobierno, que incluyen el tema fiscal y el social. En México han transcurrido tres años sin cambios. ƑPodría hacer alguna recomendación al gobierno mexicano?, le preguntaron.
Lula contestó que cada país hará cambios de acuerdo con sus necesidades. Nuestras propuestas están en función de nuestra realidad, no en función de lo que vive otra nación ni de los vecinos y mucho menos de México. "Es decir, me parece que el presidente Fox y el pueblo mexicano saben el momento de hacer las cosas aquí. Yo sí, ya me ocupo bien de mi pequeño pedazo de tierra y estoy muy feliz".
Acerca del tema cubano, aclaró que su visita a la isla no será en calidad de amigo de Fidel Castro sino como jefe de Estado, y sus conversaciones serán sobre negocios. No obstante, dijo que su posición respecto de Cuba es de todos conocida. Saben, por ejemplo, que he condenado el bloqueo económico, que es inhumano. El embargo les sacó a los cubanos la oportunidad de hacer lo que otros países hicieron en el mundo.
Tengo una posición pública sobre Cuba, abundó, que va desde la autodeterminación de su pueblo y decidir aquello que le parezca, hasta realmente las divergencias que a lo largo de la historia fueron demostradas. Basta ver la diferencia de organización de mi partido (de los Trabajadores) con el Partido Comunista Cubano.
En referencia a la OMC, Lula señaló que hay interés por negociar, pero no sólo lo que está en la mente de una parte, sino del conjunto de productos que puedan significar un fortalecimiento real tanto de la industria como de la agricultura de cada nación. Se pronunció por respetar las diferencias existentes en los países de América del Sur, sobre todo porque hay naciones con economías pequeñas y frágiles, pero que se les tiene que garantizar que sobrevivan.
En el mundo de los negocios, resumió, no existe lugar para la sumisión. Ningún interlocutor en el planeta -ni siquiera en una pelea callejera ni en la cancha de futbol- respeta a otro interlocutor que va a negociar con la cabeza gacha. Ese fue el argumento para señalar que la reunión de Cancún no fracasó, sino que fue un espacio para la reflexión que lleve a los países más desarrollados a adoptar posiciones más flexibles, sobre todo en el tema agropecuario, donde México y Brasil son países competitivos.
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