México D.F. Sábado 27 de septiembre de 2003
Griterío acalla a disidentes en convención
de telefonistas
Contenderá Hernández Juárez por
otro periodo al frente del STRM
Mujeres, las más entusiastas en venerar
al dirigente
FABIOLA MARTINEZ
Como un rey al que los súbditos rinden pleitesía,
Francisco Hernández Juárez, líder de los telefonistas
desde abril de 1976, escuchó uno a uno a más de 180 delegados
sindicales que le dieron el aval necesario para contender nuevamente para
la secretaría general de este gremio para el periodo 2004-2008.
En la 28 convención nacional ordinaria del Sindicato
de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), el también
presidente colegiado de la Unión Nacional de Trabajadores, leyó
63 cuartillas del documento titulado "Propuesta general de táctica
y estrategia", en el que se presenta un análisis detallado de la
situación económica y política actual, así
como el plan de acción de este gremio, integrado por 46 mil empleados
en activo, 6 mil jubilados y unos 8 mil de telemarketing y bienes
raíces.
El
siguiente paso fue abrir la lista de oradores para analizar el documento
referido; sin embargo, a la primera voz disidente -una delegada de Guadalajara,
Jalisco, tomó el micrófono para pedir a su dirigente que
se fuera de una vez por todas del cargo- Hernández Juárez
propuso un receso en torno a ese tema y, a sabiendas que había reporteros
en el auditorio, abrió una ronda especial de intervenciones para
que cada uno de los delegados emitiera su posición en torno a la
nueva participación en el proceso electoral interno que se celebrará
el próximo año.
Y así ocurrió. Salvo algunas excepciones,
en las que los representantes dijeron no contar con el consenso en su respectiva
sección o la abierta oposición de algunos centros de trabajo
ubicados en el Distrito Federal, se aprobó que Hernández
Juárez contendiera para un nuevo periodo al frente de los empleados
de Teléfonos de México.
Las pocas voces opositoras surgieron directamente del
centro Parque Vía, las cuales señalaron que su secretario
general era libre de contender o no, pero que el único camino para
determinar el verdadero apoyo de la base trabajadora era el voto libre
y secreto. Un solitario delegado -del centro San Antonio Abad- señaló
que el desfile de delegados de la tarde de ayer era un proceso antiestatutario.
Alguno más, también del área metropolitana,
propuso que el secretario general encabezara sólo la transición
en este gremio, por lo que un nuevo periodo debía ser sólo
por un año. No obstante, en cada intervención de quienes
no pensaban como la mayoría, se desataba la gritería para
apabullar a los inconformes. "¡Esto es antidemocrático!",
alcanzó a repetir la empleada de Guadalajara, aunque un par de horas
después, la "consulta" ya había dado los frutos esperados
por el comité que encabeza Hernández Juárez. En las
relecciones anteriores bastaba colocar un párrafo transitorio que
especificaba que la repetición en el cargo sería "por única
vez y sin que siente precedente".
Como en los años 70, las mujeres fueron las más
entusiastas en venerar a su líder. Todos expresaban el sentir de
sus representados en cada una de las secciones y centros de trabajo, y
agregaban frases como "apoyo incondicional" y "por unanimidad".
El aval estaba dado. El delegado de Ciudad Victoria, Tamaulipas,
por ejemplo, dijo que no sólo lo apoyaban los empleados de esa región,
sino hasta los hijos de éstos. "Será muy difícil encontrar
otro como usted", "siga al frente el tiempo que lo considere necesario",
"eres el mejor líder sindical de México", fueron las frases
comunes. Inclusive una mujer de Morelos le dijo: "Te pedimos que sigas,
ahora o nos cumples o nos dejas como estábamos". Hernández
Juárez, feliz. Antes de la sesión de ayer, el dirigente,
quien concluye su actual periodo el 30 de septiembre de 2004, comentaba:
"La tendencia es que me quede cuatro años más, pero yo lo
haría sólo con la condición que sea el último
periodo".
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