En la mira, las reservas petroleras de Guatemala y México, sostiene el CIEPAC

Militariza Washington el continente para imponer las reglas del mercado

La eliminación de los estados-nación dará pie a la apropiación multinacional de los recursos naturales El costo lo pagarán los pueblos indígenas y campesinos

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

San Cristobal de las Casas, Chis., 30 de septiembre. Recientes investigaciones nacionales, así como revelaciones del Pentágono en Washington, confirman un cambio cuantitativo en el involucramiento militar estadunidense en América Latina, de manera particular en México y Centroamérica (además, claro, de Colombia).

En el amplio estudio "Petromilitarización del continente y de la América de en medio", el Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria (CIEPAC) asienta: "El proyecto económico hegemónico de Estados Unidos sobre nuestro continente será posible bajo un proyecto militar que le dé sustento y viabilidad ante el disenso social. Sólo con una alternativa económica distinta será posible la paz."

Gustavo Castro Soto, investigador del CIEPAC, señala que la entrada en vigor en 2005 del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) significará la cúspide del modelo económico neoliberal. "La eliminación de los estados-nación dará pie a la apropiación multinacional de los recursos naturales, los bienes públicos y la economía en espacios geoestratégicos... por lo que se militariza el continente entero."

Así, "Estados Unidos impone las reglas del mercado abriendo violentamente las fronteras de los países", elimina leyes nacionales y obliga a los gobiernos a eliminar subsidios para cualquier sector productivo que signifique competencia. "La incorporación de sectores públicos como salud o educación a la lógica del mercado ya ha provocado grandes movilizaciones sociales". Por lo demás, "hace algunos años el Banco Mundial afirmaba que las guerras del siglo XXI serían provocadas por el control mundial del agua, cada día más escasa. Lo mismo ha sucedido con el petróleo, el gas, la electricidad y ahora los recursos genéticos".

Esta dominación implica una militarización de las regiones más ricas de América, "proceso favorecido por una reducción de tarifas arancelarias que alcanza a la industria militar (una de las más lucrativas del mundo, junto con el narcotráfico y la industria petrolera). Por si fuera poco, la lógica del mercado privatiza los servicios militares. A lo que se denominaba petromilitarización y biomilitarización, le podemos ahora llamar panmilitarización".

El costo de tal proceso es y será para los pueblos indígenas y campesinos, "porque ellos han sido los depositarios de tales riquezas y conforman los muros de contención contra la depredación".

Muy ilustrativas al respecto son las reservas de petróleo comprobadas en Guatemala. "Se ubican principalmente en las selvas y la cuenca de Petén, que se presumen asociadas a los yacimientos de Tabasco y Marqués de Comillas en Chiapas". Si bien Centroamérica no consume gas natural, en diciembre de 1999 Guatemala y México acordaron construir un gasoducto de Ciudad Pemex (Tabasco) a Escuintla (en el sur de Guatemala). El gasoducto sigue el camino del oleoducto ya construido en la selva petenera de Guatemala y se concluirá en 2004.

Al mismo tiempo, el ejército estadunidense destinó más de 800 efectivos a la selva petenera, al anunciarse el proyecto Nuevos Horizontes para Centroamérica, señala el CIEPAC. "Del lado mexicano, el Ejército federal mantiene posiciones en regiones indígenas de Chiapas que comparten el mismo manto petrolero."

Los presidentes Ricardo Maduro, de Honduras, y Francisco Flores, de El Salvador, han iniciado "charlas" para la formación de un ejército regional bajo coordinación del Pentágono (El Diario de Hoy, San Salvador, 16 de julio). Daniel Fisk, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental del gobierno estadunidense, acababa de recomendar que los países de la región emprendan "una profunda reforma de sus ejércitos para enfrentar al terrorismo y el crimen internacional". En su momento, la Secretaría de la Defensa Nacional manifestó oposición al proyecto.

El analista del CIEPAC subraya que en la región no existe un proceso de carácter nacional que haya solucionado los conflictos violentos. "Los periodos posteriores se caracterizan por incumplimiento de los acuerdos de paz, mediatización del descontento social y su absorción institucional, incorporación de las guerrillas al sistema político electoral para su control, mayor pobreza y migración."

En tanto, la venta de empresas públicas y la anulación de aranceles "ha minado el ingreso de los gobiernos, obligados a subir los impuestos a la sociedad. Las pequeñas y medianas empresas han quebrado, el desempleo aumenta", y esta situación se acompaña de una "polarización militar".

En México, la violación a los derechos humanos se agudiza en los territorios indígenas de Chiapas, Guerrero, Oaxaca y Veracruz, y la presencia militar y paramilitar va en aumento. "El gobierno no cumple los compromisos contraídos en los procesos de diálogo y negociación". Es por ello, señala el documento, que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional ha decidido aplicar los acuerdos de San Andrés, firmados con el gobierno federal en 1996, "por la vía de los hechos".

En conclusión, "la intervención militar no resuelve los conflictos, sólo los posterga. La paz no se alcanza mediante la pacificación del descontento social. Esta no se puede concebir sin justicia, democracia, desarrollo sustentable e incluyente y participación igualitaria. Con autoritarismo, hambre, analfabetismo, y sin la participación democrática de la sociedad, no habrá paz".