México D.F. Jueves 2 de octubre de 2003
Prevé una disminución de cien mil millones de pesos anuales a partir de 2004
Habrá menos gasto público si no se concretan las reformas: Gil Díaz
Senadores de PRI y PRD cuestionan los escenarios "catastrofistas" del titular de Hacienda
Si se logran los cambios el crecimiento aumentaría dos puntos al año, según el funcionario
ANDREA BECERRIL Y VICTOR CARDOSO
El secretario de Hacienda y Crédito Público, Francisco Gil Díaz, presionó ayer fuertemente al Congreso para que apruebe las reformas estructurales y advirtió a senadores que de no concretarse esto, el gobierno se vería obligado a reducir su gasto en casi cien mil millones de pesos anuales a partir del próximo año.
Sin embargo, legisladores de PRI y PRD rechazaron comprometer su apoyo y pusieron en duda los escenarios "catastrofistas" planteados por el funcionario. La priísta Laura Alicia Garza Galindo lo increpó: "la privatización del sector eléctrico no pasa, eso olvídelo". Otro legislador del tricolor, Oscar Cantón, le pidió no colaborar con la "política deliberada de expoliación silenciosa y perversa de Petróleos Mexicanos (Pemex)".
Durante las más de seis horas que duró la comparecencia de Gil Díaz, las reformas estructurales fueron el tema recurrente que se convirtió en una especie de pelota de ping pong, pues el titular de Hacienda insistió en la urgencia de aprobar los cambios en materia energética, fiscal y laboral, y los legisladores de oposición, por su parte, en negar su respaldo al proyecto privatizador.
Treinta senadores hicieron uso de la palabra ante un Gil Díaz que reconoció que este año el crecimiento económico del país será de apenas 1.5 por ciento, la mitad de lo previsto. Pero al mismo tiempo aprovechó para afirmar que de aprobarse las reformas estructurales se establecerían las condiciones para que en los próximos años el crecimiento fuera de dos puntos porcentuales adicionales anualmente.
En su discurso de presentación, el secretario de Hacienda dijo que si bien falta mucho por hacer, la economía marcha en la dirección correcta y sólo falta-rían las reformas legislativas "de fondo" para lograr "mayores niveles de empleo, mejores remuneraciones y, en general, condiciones de vida más satisfactorias para los mexicanos".
Argumentó, asimismo, que "reformas estructurales exitosas deben, por sí mismas, propiciar un entorno favorable para la inversión y la creación de empleos. La evidencia internacional ejemplifica con claridad cómo aun en situaciones de lento crecimiento económico mundial los países a la vanguardia en materia de reforma estructural han logrado registrar mayores niveles de crecimiento".
Tanto el perredista Demetrio Sodi de la Tijera como la senadora del PVEM Verónica Velasco refutaron esa visión. "Probablemente la economía vaya en la dirección correcta, pero no marcha", dijo el representante del PRD, quien al mismo tiempo le hizo notar que no had de ser tan urgentes las reformas, puesto que el Ejecutivo ni siquiera ha enviado las iniciativas.
La respuesta de Gil Díaz fue que "ojalá las reformas salgan del Congreso, aunque no las envíe el Ejecutivo".
En su oportunidad, la senadora del PVEM expuso que "no debemos caer en el falso dilema de que sólo con las reformas estructurales tendremos crecimiento. En el pasado ya creamos el espejismo de que la entrada de capitales externos era el reflejo de una economía creciente", y remató: "nuestra economía se halla en estado de coma".
Luego vino el turno de la tamaulipeca Laura Alicia Garza Galindo, quien puso varios ejemplos de la existencia de recursos financieros provenientes de Pemex, de la Comisión Federal de Electricidad y "de otros guardaditos" disponibles y que no han sido usados por la Secretaría de Hacienda.
Le preguntó luego: "qué va a pasar, señor secretario, cuando el gobierno federal se quede sin ingresos, ya que todo se lo van a llevar las trasnacionales".
Además formuló otra pregunta y una advertencia. La primera, sobre cuál será el crecimiento real de la economía, mientras con la segunda alertó a Gil Díaz sobre insistentes versiones de que "piensan traer a gente que han ido desechando de Nuevo León", uno de ellos para sustituirlo en la Secretaría de Hacienda, por lo que le pidió no renunciar.
Gil Díaz respondió que afortunadamente cuenta con el apoyo del Presidente de la República, "que es la única razón por la que un secretario, en cualquier país, puede dar resultados". Por lo que se refiere a las cifras duras que le pidió la legisladora, señaló que se espera un crecimiento de 1.5 por ciento para 2003, inflación de 3.8 por ciento y un precio promedio del barril de petróleo de 23 dólares con 70 centavos, esto es, cinco dólares por arriba de lo presupuestado.
Otro priísta, Oscar Cantón Zetina, cuestionó también el régimen fiscal de Pemex, pues es la empresa que paga más impuestos en el mundo, ya que tiene una carga tributaria de más de 60 por ciento de sus ingresos brutos, equivalentes a unos 400 mil millones de pesos, sin que se invierta un solo centavo en obras para esa paraestatal.
Por el contrario, afirmó, "es una política deliberada para estrangular a Pemex; es una política que sigue los lineamientos del extranjero, que busca acabar con la soberanía de México". Lo exhortó luego a que la Secretaría de Hacienda no colabore con ese que parece ser el propósito único y mayor de Fox.
Más adelante, a pregunta del perredista Sodi de la Tijera sobre la magnitud de las reformas estructurales, de cuáles son los requerimientos "para ver a qué le tiramos", Gil Díaz afirmó que sin la reforma energética, en especial la eléctrica, "estaríamos enfrentando alrededor de un punto y medio del PIB anual durante los próximos años como faltante presupuestal que tendríamos que cubrir mediante reducciones del gasto, mejoras administrativas en la recaudación y medidas de tipo tributario que se pudieran adoptar".
Ese faltante planteado por el titular de Hacienda se traduce en 98 mil 602.5 millones de pesos, cifra que equivale a 1.5 por ciento del producto interno bruto de este año, calculado en 6 billones 573 mil 500 millones de pesos.
El otro tema que más se discutió a lo largo de las 30 participaciones de senadores fue el de las transferencias a estados y municipios, más concretamente, el papel de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago).
Tanto el panista Héctor Larios como los senadores priístas David Jiménez y Genaro Borrego Estrada criticaron la intención de los mandatarios estatales de formular planteamientos en materia fiscal. El segundo de ellos, ex gobernador de Zacatecas, advirtió que "el Congreso no será la oficialía de partes de la Conago ni de la Convención Nacional Hacendaria".
En una intentona por acorralar a Gil Díaz, Borrego Estrada le preguntó si consideraba que sea útil esa convención nacional hacendaria, ya que a su juicio se trata de una instancia extraconstitucional. "ƑCree usted que hay un problema de insuficiencia institucional?", soltó.
El secretario de Hacienda capoteó la pregunta. Dijo que, por supuesto, la Conago no puede estar por encima del Congreso y recordó a Borrego Estrada que cuando fue gobernador de Zacatecas su secretario de Finanzas fue quien coordinó los trabajos para llegar a una nueva fórmula en la asignación de recursos a los estados, "fórmula que, por cierto, es la que todavía hoy está vigente", recalcó.
Dio luego su aval a la Conago, pues sostuvo que ese "diálogo serio" que van a entablar a partir de febrero los gobernadores puede resolver los problemas que hoy provocan algunas ópticas contrapuestas.
Pasadas las seis de la tarde, Gil Díaz salió de la casona de Xicoténcatl sin haber convencido a la oposición encabezada por el PRI.
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