México D.F. Jueves 2 de octubre de 2003
Advierte que no permitirá la entrega del sector eléctrico
Reclama el SME a Fox su "entreguismo humillante"
Sindicatos independientes y croquistas se unen al rechazo
PATRICIA MUÑOZ Y FABIOLA MARTINEZ
Del brazo de las principales organizaciones independientes del país, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) llenó ayer el Zócalo capitalino para exigir al presidente Vicente Fox que respete la Constitución. En voz de su dirigente, Rosendo Flores, le reclamó su política de "desatinos" y su "entreguismo humillante". Le advirtió que sindicatos, partidos políticos y pueblo frenarán juntos la entrega del patrimonio de la nación.
Frente a Palacio Nacional, los miles de trabajadores que marcharon ayer caricaturizaron al Presidente. Le expresaron en mantas, carteles y consignas que puede vender de su propiedad lo que quiera, pero que el sector energético es de la nación. Cada vez que se mencionaba el nombre del mandatario y de la coordinadora de los diputados priístas, Elba Esther Gordillo, del Zócalo surgía una colectiva mentada de madre.
Desde el templete, a Gordillo lo mismo la acusaron de "asesina de maestros", que de entreguista, cómplice del PAN y traidora. La señalaron como comparsa de este gobierno para desmembrar la estructura pública de la educación, de los hidrocarburos, de la energía eléctrica y del sector salud. "šHija de Fox !", le gritaban los trabajadores a coro.
La de ayer fue una movilización que llegó a la Plaza de la Constitución en dos contingentes: el primero partió del Monumento a la Revolución y lo encabezó el propio SME, con Rosendo Flores y el ex candidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas. El segundo bloque salió del Angel de la Independencia nutrido, entre otros, por contingentes de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT). En un hecho sin precedentes, se unió un copioso grupo de la priísta Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC).
A más de cuatro años de que los trabajadores de Luz y Fuerza del Centro -afiliados al SME- se comprometieron a defender el carácter público de la industria eléctrica, ahora reafirman su determinación de "ir con todo" y "contra quien sea necesario" para detener la entrega de este sector al capital privado internacional. "No hay tiempo para la pasividad y tampoco vamos a permitir que nos despojen", establecieron.
A este mismo compromiso se sumaron organizaciones diversas, como el Frente Popular Revolucionario, grupos campesinos y hasta los sindicatos del Seguro Social, Telefonistas, Tranviarios; obreros en lucha como los de Carnobitec, el Frente Auténtico del Trabajo, el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, como signo de la reciente alianza entre la UNT y el Frente Sindical Mexicano.
Hubo pocos oradores. Cuauhtémoc Cárdenas fue recibido con un grito masivo de "šDuro!, šduro!", y los puños levantados de miles de trabajadores. El perredista advirtió que el país está frente al riesgo de que áreas estratégicas sean entregadas a intereses que no son de la nación, porque Fox trata de retribuir a quienes lo financiaron para llegar a la Presidencia, como la firma Enron, ahora una de las principales compañías interesadas en participar en el sector eléctrico.
Cárdenas llamó a la unidad, a la acción intensa y a sumar a más trabajadores, "para que se sepa que es el pueblo de México el que no se ha de doblegar ante las presiones extranjeras ni ante las de Vicente Fox".
Como orador principal, Flores denunció que el jefe del Ejecutivo está ahora echando mano de los funcionarios de oscuro pasado; sólo así se explica dijo, la terquedad, la ceguera, el vasallaje del gobierno para insistir en la privatización energética.
"Ajenos a todo, con tal de la vocación servil que les caracteriza, los foxistas cierran filas y ajustes al gabinetazo, convocan a oscuros traidores del pasado, van con todo al asalto final, a consumar un delirio neoliberal, a entregar la industria eléctrica al capital depredador", le reclamó a este gobierno.
Fue más allá. Manifestó que muy poco le importa al gobierno actual el severo castigo que los electores le dieron al PAN como muestra del drástico rechazo popular a la "sarta de mentiras y necedades en que se ha convertido este régimen de autoelogio, en el que la cordura y la sensibilidad política brillan por su ausencia".
La actitud foxista no tiene límite, agregó, pues sin ningún argumento los funcionarios repiten cifras que ya fueron tajantemente rechazadas por el Senado y por el pueblo de México. E afán de congraciarse con los dueños del capital mundial, con sus amos del imperio, lo obliga a machacar hasta lo grotesco, como cuando dice el secretario de Energía, "puesto por dedazo", que para no endeudar más al pueblo y por el bien de nuestra industria, es mejor venderla.
"Uno puede acostumbrarse al ridículo oficial -añadió-, pero es el colmo lo desesperado y torpe de sus expresiones, que lejos de significar presión alguna para el Congreso, ha servido para unificarnos en defensa de la soberanía energética del país".
También tomó el micrófono el dirigente del Sindicato de Trabajadores del Seguro Social, Roberto Vega Galina, pero quien calentó a la concurrencia fue el dirigente del Sindicato de Poder Judicial del Distrito Federal, Diego Valdés, que preguntó "Ƒcreen que los pinches extranjeros vienen aquí a invertir su capital para salvar a México?". La respuesta masiva fue "šnooooooo"!, que se escuchó en toda la plancha. Fue entonces cuando planteó que más allá de la movilización se promoverán juicios políticos contra aquellos legisladores que voten en favor de la reforma foxista, porque eso, reiteró, "šse llama traición!"
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