México D.F. Sábado 4 de octubre de 2003
Una de las convicciones del humanista es que el arte debe llegar a las mayorías
El pianista Miguel Angel Estrella, nuevo embajador de Argentina en la UNESCO
En agosto de 2002 había sido nombrado representante de buena voluntad del organismo
DE LA REDACCION
El pianista tucumano Miguel Angel Estrella, humanista, defensor de causas populares y promotor de la ''música social" fue designado embajador de Argentina ante la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), informó la prensa local.
A Estrella, quien sufrió cárcel durante la dictadura uruguaya de los años 70, lo definen sus obras sociales, emparentadas con el arte y la convicción de que éste debe llegar a las mayorías. Uno de sus muchos aportes, quizá el más conocido es Música Esperanza, grupo fundado por el pianista en 1982 y que ha multiplicado sus filiales en el mundo hasta sumar 55, una de ellas en México.
Esa institución sin afanes de lucro funciona también como centro de formación de músicos sociales, carrera única en el mundo que ofrece a sus alumnos una estricta educación, similar a la de los conservatorios; además, los egresados están preparados para ser promotores culturales en zonas marginadas o bien en hospitales para enfermos terminales; en cárceles, villas de emergencia, lugares inhóspitos y aislados, donde se fomenta la creación de conjuntos infantiles de música.
De la cárcel a la solidaridad
Para impulsar aún más sus iniciativas, Estrella aceptó el cargo y expresó: ''Estoy seguro de que servirá tener algo de poder. ƑSabes lo que es tener una bomba de cobalto -instrumento para combatir el cáncer- parada en la aduana 15 meses? Ahora será más fácil", reconoció en entrevista.
En las páginas de este diario, José Steinsleger, con motivo del nombramiento de Estrella como embajador de buena voluntad de la UNESCO en 2002, recordó que el pianista, a finales de los años 60 y principios de los 70 ''cargaba su piano en un camión del gremio azucarero. Entre vidalas, bagualas, chacareras y valsecitos los valles calchaquíes trepidaban con la música de Bach, Scarlatti, Chopin, jazz y tangos que los indios y campesinos oían con deleite y atención.
''En enero de 1974, luego de cinco meses y 700 actos culturales, las cosas cambiaron. 'El público nos acompañaba cada vez más en los ingenios y esto era visto con desagrado y reticencia por alguna gente del gobierno. La explicación que se me dio fue que nuestra tarea era hermosa pero irritaba profundamente a la oligarquía'. Un decreto de las autoridades prohibió sacar el piano de Tucumán."
La historia que siguió fue de cárcel y tormentos, pero también de solidaridad, valor que Estrella conoce y auspicia como músico y ahora como embajador de la esperanza.
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