México D.F. Domingo 5 de octubre de 2003
A PLENO ZOCALO
José Agustín Ortiz Pinchetti
Carta de San Lázaro: liebres y cazadores
Lo confieso: En un larguísimo receso, mientras los partidos decidían la composición de las comisiones de la Cámara de Diputados, me atreví a dormitar en mi curul. De pronto, un compañero de bancada se me acercó caritativo, para advertirme que "me estaban rondando los fotógrafos". Entonces pensé en escribir este artículo.
Los fotógrafos de los periódicos son cazadores, tienen consigna de pescar in fraganti a los diputados. Estos son perseguidos como liebres. Si quieren conservar su prestigio en la localidad de donde provienen, deben evitar aparecer en la primera plana de un diario durmiendo o bostezando, que, como decía Cherteston, es "un rugir en silencio".
Es muy mala la imagen de los diputados, hay fotografías y películas que denuncian cómo dormitan plácidamente en su curul, o comen tortas o leen "monitos" o platican con grandes carcajadas entre ellos, o se pelean a gritos, o hacen señales inconvenientes a una o dos manos. La impresión es que los diputados están dedicados a descansar o a divertirse, en lugar de estar produciendo leyes.
Permítanme una explicación del porqué los diputados se ven tan poco concentrados en sus tareas:
a. Parte de la tarea de los diputados consiste en parlamentar, es decir, en negociar con sus compañeros de bancada o con sus adversarios, y es lógico que no se queden simplemente apoltronados, absortos en lo que pasa en el foro.
b. Los procesos parlamentarios, como los actuales son muy fastidiosos. Se examina un número infinito de puntos de acuerdo y se tiene que oír los largos discursos en estilo romántico-barroco decadente. Muchos asuntos que son de extremada relevancia se pierden en un torrente de especulaciones y desahogos. En aras de la libertad de expresión, la mesa directiva es demasiado laxa y no sujeta a filtros a las propuestas, intervenciones y efemérides, de modo tal que no sólo hay aburrimiento, sino una sensación de frustración horas y horas y horas que se consumen inútilmente.
c. El "diseño" de la Cámara de Diputados no facilita los acuerdos, sino las confrontaciones. Es un esquema basado en el debate, en la lucha, se habla de triunfos, derrotas, trincheras, como en una guerra civil.
d. Los diputados se concentran en los temas cuando son importantes. He visto varias intervenciones y lances parlamentarios memorables con gran asistencia e interés.
Por ejemplo: la comparecencia del secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, provocó un entradón, y si hubieran vendido boletos se habrían agotado. Infortunadamente Gil Díaz trató con un desdén a la Cámara, esquivó los temas espinosos o los contestó tan brevemente que era obvia su intención de terminar cuanto antes.
Hizo patente lo certero de la crítica de Gabriel Zaid: Esta secretaría es una pieza superviviente del viejo régimen. Muy bien, con puntería y agresividad, los cuestionamientos de Dolores Padierna (PRD) y Gil no los contestó, a pesar de su gravedad. Muy bien Francisco Suárez Dávila (PRI), presentó una propuesta compleja. No en todo estamos de acuerdo, pero denota calidad y lo que muchos afirmamos: šSí hay otra alternativa! [email protected]
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