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México D.F. Domingo 5 de octubre de 2003
Angeles González Gamio
San Francisco de Asís
Nacido en Italia, en 1181, en una opulenta familia de comerciantes de telas, llevó una vida de lujo y disipación. A los 20 años fue a combatir a Perugia, donde fue hecho prisionero; tras ser liberado tuvo varias visiones de Cristo, lo que lo llevó a renunciar a su herencia y fundar la orden de los Hermanos Menores. Aunque nunca fue sacerdote, es una de las figuras predominantes de la religión cristiana. Fue la primera persona que mientras oraba padeció los estigmas, que son las cinco heridas coincidentes con las de Cristo, que nunca le cicatrizaron. Se le atribuye la creación del primer nacimiento para recordar la natividad de Jesucristo. Fue canonizado en 1228, y a partir de esa fecha se le conmemora cada 4 de octubre. Por su amor a los animales, es considerado su patrono y, por extensión, de los zoológicos, y actualmente también lo adoptaron los ecologistas.
Curiosamente el predio donde se edificó el que habría de conocerse como Convento Grande de San Francisco, había sido la sede del famoso zoológico del emperador Moctezuma, del cual nos dice Bernal Díaz del Castillo: "la casa de aves tenía desde águilas reales y otras águilas más chicas y otras muchas maneras de aves de grandes cuerpos, hasta pajaritos muy chicos pintados de diversos colores, también donde hacen aquellos ricos plumajes que labran de plumas verdes de pájaros que llámanse en esta tierra quezalez, y otros pájaros que tienen la pluma de cinco colores (...) éstos no sé cómo se llaman. Pues papagayos de otros diferenciados colores tenía tantos que no se me acuerdan los nombres de ellos (...) Y en aquella casa había un gran estanque de agua dulce y tenía en él otra manera de aves muy altas de zancas y colorado todo el cuerpo y alas.
"En otra casa tenía muchos ídolos y con ellos todo género de alimañas, de tigres y leones (...) y muchas víboras y culebras emponzoñadas, que traen en la cola uno que suena como cascabeles (...) Digamos ahora las cosas infernales, cuando bramaban los tigres y leones y aullaban los adives y zorros, y silbaban las sierpes, era grima oírlo y parecía infierno".
También había enanos, albinos y personas con deformidades, que eran bien alimentadas y cuidadas, al igual que los animales. El monarca azteca fue pionero en el mundo en la custodia de fauna salvaje.
Los franciscanos fueron la primera orden en llegar al nuevo mundo; se dice que su primer convento estuvo cerca de la Plaza Mayor. Las primeras construcciones fueron muy modestas, obedeciendo al espíritu austero que caracterizó a los primeros frailes que arribaron recién realizada la conquista. Padecieron severos hundimientos, que obligaron a reconstruirlas en dos ocasiones, además de las ampliaciones que se hicieron durante los siglos XVII y XVIII, cuando el convento alcanzó su máximo esplendor, llegando a abarcar 32 mil 224 metros cuadrados, el equivalente a dos manzanas completas.
Esta maravilla, que contaba con jardín, huerta, cementerio, comedor para 500 personas, templo, 11 capillas magníficas, enfermería y 300 celdas, tras la exclaustración fue mutilada para abrir las calles de Gante y 16 de Septiembre, y después fue fraccionada y vendida a particulares, quienes, en su mayoría, destruyeron las edificaciones, salvándose únicamente cuatro de ellas, y algunas quedaron fragmentadas, como los restos de la sala de Profundis, que se encuentran dentro de la panadería La Ideal. Actualmente se lleva a cabo un proyecto de remodelación de los alrededores del atrio y la parte baja, a un costado de la Torre Latinoamericana, que esperamos se extienda a todo el edificio, que ya está muy deteriorado. En el pasaje Iturbide-San Carlos, que ocupa parte de lo que fue el convento, recientemente remodelado por sus dueños, Carlos Laborde y Francisco de Iturbe, devolviéndole su antiguo esplendor art decó, próximamente se podrán alquilar lindos departamentos, algunos con vista a la elegante avenida Madero. Aquí se abrió hace unos meses el restaurante Café Ventura, que ofrece sabrosos y económicos paquetes de desayunos y de comida, con buenas carnes.
Si solamente desea un buen café con una esponjosa dona, o una baguette con salami y queso gruyere, en la esquina del pasaje con la calle de Gante esta Cafemanía, con mesas al aire libre y amplio surtido de revistas para matar el tiempo. cronmex @ prodigy.net.mx
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