México D.F. Martes 7 de octubre de 2003
"La votación no respondió a los
criterios internacionales", opina Washington
Arrolla el pro ruso Kadyrov en los comicios
chechenos
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 6 de octubre. El candidato del Kremlin a
gobernante de Chechenia, Ahmad Kadyrov, separatista reciclado en pro ruso,
fácil pudo haber recibido una cantidad de votos muy superior al
número de personas registradas en el padrón, pero la comisión
electoral de esta república caucásica sesionó durante
toda la noche para hacer que cuadraran las cifras.
Por eso, este antiguo mufti (máximo líder
islámico) -quien prefiere no acordarse de su declaración
de guerra santa contra Rusia- ganó las elecciones del pasado domingo
con 81 por ciento de los sufragios, resultado que parece inspirado en la
fórmula comicial perfecta: venció de modo arrollador, pero
sin pasarse.
"La votación fue absolutamente libre: nadie presionó
a la gente a sufragar en algún sentido", afirmó hoy Abdul-Kerim
Arsajanov, titular de la autoridad electoral chechena, integrada por funcionarios
federales y subordinados del candidato triunfador, al dar a conocer los
resultados preliminares.
Escrutado
77 por ciento de las boletas, nada puede alterar ya la irresistible conversión
de Kadyrov en "presidente legítimo" de Chechenia. Según Arsajanov,
así lo quiso la mayoría de los chechenos, que en masa acudieron
a sufragar (89 por ciento).
Anhelo generalizado
Huelga decir que no alcanzó para batir el récord
de asistencia del cuestionado referéndum que, en marzo pasado y
con similares condiciones de legalidad y transparencia, ordenó el
Kremlin para asentar que los chechenos -casi todos, se asegura- anhelan
formar parte de la Federación Rusa.
Eufórico, el primer ministro de Chechenia, el ruso
Anatoli Popov, recién recuperado de la extraña intoxicación
que sufrió durante un almuerzo en Gudermes, el feudo de Kadyrov,
el domingo vio de esta manera los comicios: "Por fin llegó la alegría
a la tierra chechena. La gente va con verdadero gusto a votar, en toda
la república hay una auténtica fiesta. En el poblado de Tolstoi-Yurt,
por ejemplo, se están celebrando dos bodas simultáneas y
hasta las novias, con sus hermosos vestidos, fueron a depositar sus boletas.
No creo que los observadores internacionales que literalmente han inundado
Chechenia tengan dudas", declaró a la televisión rusa.
Popov omitió dos detalles, a su juicio menores:
Kadyrov ofreció pagar la fiesta de las bodas que se celebraron el
día de la votación, y los observadores internacionales que
"inundaron" Chechenia suman 15 personas, que representan a la asamblea
interparlamentaria de las antiguas repúblicas soviéticas
y una sola organización islámica, mientras el número
de casillas ascendió a 460.
Quizás Popov se refería al centenar y medio
de periodistas, entre rusos y extranjeros, que aprovecharon la ocasión
para ir de excursión o a tomarse la foto, toda vez que Chechenia,
desde 1999, es zona vedada para enviados de medios foráneos, salvo
en viajes "organizados" como éste, donde los militares rusos se
encargan de que nadie se aparte de lo programado.
Por distorsionar la realidad, como hacen Popov y otros
funcionarios rusos, Chechenia no puede romper el círculo vicioso
de la violencia: la guerrilla separatista causa entre seis y 10 bajas diarias
a las tropas federales, y los soldados rusos, junto con el cuerpo punitivo
de Kadyrov, siguen arruinando a la población civil con la práctica
impune del saqueo, el secuestro y la desaparición.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, se congratuló
de la victoria de Kadyrov. "Creo que lo está pasando en Chechenia
-dijo este lunes en una reunión de su gabinete- habla por sí
solo. Son muy satisfactorios tanto los resultados preliminares como el
grado de participación. El que tanta gente haya acudido a las casillas
testimonia que los chechenos tienen fe en una vida mejor, en que habrá
cambios positivos en la república."
Para los activistas rusos de derechos humanos, lo extraño
sería que la asistencia hubiera sido baja, cuando muchos chechenos
fueron a votar bajo amenazas y se limitaron a depositar boletas previamente
marcadas en favor de Kadyrov. Para el Departamento de Estado estadunidense,
se informó aquí, los resultados en estas elecciones "repesentan
una oportunidad perdida", y consideró que "la votación no
respondió a los criterios internacionales para elecciones libres
y equitativas".
San Petersburgo, sin sorpresas
En la segunda vuelta para elegir gobernador de San Petersburgo,
ciudad natal de Putin, ganó Valentina Matviyenko, la candidata apoyada
por el Kremlin.
De acuerdo con los resultados dados a conocer este lunes,
Matviyenko consiguió 63 por ciento de los votos frente a 24 por
ciento de la otra aspirante, Anna Markova.
Como en la primera ronda, lo más significativo
volvió a ser la escasa participación -casi 28 por ciento
del padrón, que en la Ciudad del Neva tiene un total de tres millones
700 mil electores registrados- y el hecho de que casi 12 por ciento de
quienes acudieron a votar lo hicieron contra ambas candidatas, forma de
expresar desacuerdo más directa que la abstención.
Los resultados en San Petersburgo son un peculiar voto
de castigo contra una práctica electoral, desaseada y peligrosa,
que coloca a los candidatos en condiciones desiguales y hace sentir a la
gente que su opinión nada cuenta, pues va a ganar -por las buenas
o por las malas- el candidato que decide el Kremlin.
El método ensombrece el futuro de la democracia
en Rusia, en aras de la cual el anterior presidente Boris Yeltsin, a comienzos
de octubre de hace 10 años, mandó disolver a cañonazos
el entonces Parlamento de entonces.
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