.. |
México D.F. Martes 7 de octubre de 2003
MEDIO ORIENTE: EL AMAGO DE BUSH
En
el contexto de una clara y peligrosa descomposición de los conflictos
en Medio Oriente, la artillería israelí lanzó ayer
un ataque contra el sur de Líbano, cerca de las granjas de Sheba,
que pertenecen al país árabe, pero que permanecen desde 1982
ocupadas por las tropas de Tel Aviv. Esta nueva agresión, aunada
a la que lanzó anteayer la fuerza aérea de Israel contra
una localidad siria, prefigura una regresión a los peores momentos
del conflicto, cuando el Estado judío se encontraba militarmente
enfrentado a la generalidad de sus vecinos árabes. También
confirma la naturaleza agresiva y belicista del gobierno israelí
y ratifica que el régimen de Ariel Sharon no tiene más proyecto
que la escalada hacia una nueva conflagración regional.
El entorno internacional es hoy radicalmente distinto
al que imperaba en 1967, 1973 o 1982, años en que las tensiones
de la zona derivaron en guerras abiertas. La Unión Soviética,
principal contrapeso en la región a Estados Unidos e Israel, ha
desaparecido; Egipto firmó con Tel Aviv una paz que lo alejó
del resto del mundo árabe, en tanto que Irak se encuentra ocupado
y sojuzgado por una coalición angloestadunidense que arrasó
ese infortunado país en marzo y abril pasados; las monarquías
petroleras del golfo Pérsico, por su parte, parecen más interesadas
en hacer negocios con Israel que en apoyar la causa de los palestinos.
A lo que puede verse, Estados Unidos ha realizado una
lectura peligrosa de ese contexto y se considera en condiciones de imponer
un nuevo orden regional que pasaría por permitir a Israel la liquidación
total de Palestina -concediendo, acaso, unas cuantas autonomías
municipales restringidas en poblaciones como Gaza, Jericó y Ramallah-
y la anexión definitiva de las Alturas del Golán. Si las
actuales autoridades israelíes han llegado a un claro empantanamiento
con su política agresiva, anexionista y genocida, Wa-shington da
la impresión de alentarlas para que busquen, como salida, una victoria
militar fácil y rápida sobre Siria.
Bush y su aliado Sharon están jugando con fuego.
El primero no ha aprendido las lecciones de su intento de someter al pueblo
iraquí, en tanto Sharon se niega a entender que, con sus políticas
antipalestinas actuales, no logrará sino que los atentados terroristas
se intensifiquen y multipliquen. La pretensión de someter a los
países árabes indóciles puede convertirse, tanto para
Tel Aviv como para Washington, y también, por supuesto, para las
naciones afectadas por la agresión, en un gigantesco infierno. Es
necesario que los gobiernos que pueden hacer cierto contrapeso al de Estados
Unidos -la Unión Europea, Rusia, China, Japón, Canadá,
entre otros- se empeñen en detener esta nueva y peligrosa insensatez.
|