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México D.F. Miércoles 15 de octubre de 2003

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

China: tercera potencia sideral y la "nueva geografía"

SUENA PARADOJICO que la inventora de los cohetes y la pólvora llegue con más de 40 años de retraso a la carrera en el espacio, cuando China lance, por medio del cohete La Larga Marcha, a su primer astronauta ("taikonauta" o "yuhangyuan") a bordo de la cápsula Shenzhou V ("vehículo divino"), lo cual la colocará en el tercer sitio, donde compite ahora con Rusia y Estados Unidos.

CHINA DEMUESTRA su proeza tecnológica y se ubica de lleno como competidor creíble de EU. La hazaña pertenece al Partido Comunista "dinosáurico" (según la propaganda despectiva estadunidense que hasta pretende monopolizar el invento democrático de los griegos, y cuyo Partido Republicano ya es bastante arcaico y anterior al PRI), que inició su proyecto en el espacio desde hace más de un cuarto de siglo y que ya había lanzado un satélite en 1970: el Dong Fang Hong, que sigue transmitiendo al cosmos el himno maoísta caduco El este es rojo (New York Times, 13-10-03). Brian Harvey, autor de un libro sobre el programa sideral chino, admite que se trata de una "reivindicación de su sistema político". Con una visión de largo plazo, tanto la "economía mixta" como la prudencia de Pekín pasaron la prueba del añejo -en contraste con el inmediatismo de la mentalidad bursátil de EU y la candidez temeraria de la perestroika y el glasnost de la ex URSS.

UNA COSA es poner en órbita a un astronauta y otra es convertirse en una potencia científica a la par de EU y Rusia. Más allá de la misión de dar la vuelta a la Tierra 14 veces en 21 horas con el primer astronauta chino, la ambición es mucho mayor: exploración de la Luna en los próximos tres años y lanzamiento de un telescopio similar al prodigioso Hubble, de EU, en vísperas de los Juegos Olímpicos de Pekín, en 2008. La potencia china no consiste solamente en poseer la mano de obra más barata que la posicionó como la matriz manufacturera del planeta -como ha trivializado la vulgar mentalidad mercantilista neoliberal-, sino que subsume una excelencia científica con su miríada de astrofísicos e ingenieros procreados con sumo cuidado. Una nación milenaria sabe que la grandeza no se construye en 15 minutos.

JIANG ZEMIN, anterior presidente y secretario del Partido Comunista, quien conserva el puesto sensible de presidente de la Comisión Militar (el poder tras el trono) que controla el programa sideral, reanudó el proyecto en 1992. Los trémulos no se han hecho esperar. Daddy Bush, quien conoce mejor que su hijo tales alcances, acaba de visitar a Jiang Zemin en su feudo de Shanghai. Pero los creadores de los cuentos chinos hace mucho que no se comen los más fantasiosos cuentos texanos y, el pasado 19 de septiembre, China se alió al programa sideral de la Unión Europea (UE) y su proyecto satelital Galileo, que pretende desbancar la hegemonía militar estadunidense y su Sistema de Posicionamiento Global (SPG). Desde la primera guerra en el golfo Pérsico, Washington ha empleado a fondo el SPG, que detecta objetos de mínimo un metro desde 17 mil kilómetros de altura, con una precisión asombrosa (menos a Osama, Saddam y Muñoz Rocha). Rusia tiene el GLONASS (que muchos juran es más preciso que el SPG de EU), y la UE hace cuatro años decidió participar en la competencia sideral con el proyecto Galileo, al que se adhirió China (Diario del Pueblo, 26-9-03). La tecnología aeronáutica, misilística y satelital de la UE se encuentra muy orgullosa con el Airbus (que en muchos lugares ha desplazado al otrora invencible Boeing) y su cohete Arianne. China y la UE están colaborando en proyectos nucleares comunes que han disgustado sobremanera a los halcones estadunidenses. El gobierno chino vislumbra a la UE como una fuerza transformadora del paisaje político global por medio de su exitoso lanzamiento del euro y su proyecto de política común de defensa, exterior y judicial. Francia y Alemania buscan constituir una alianza estratégica con Pekín para contrarrestar la unipolaridad estadunidense. A su vez, India, que sigue los pasos de China como su fantasma, también desea establecer vínculos estratégicos con la UE (The Daily Telegraph, 15-10-03).

RUSIA, EN LA ETAPA de la resurrección de Putin -después de la muerte neoliberal con Yeltsin-, asegura que el proyecto sideral chino contó con su apoyo -con la salvedad de que todo el equipo fue construido en China, que adaptó a sus necesidades el diseño de la cápsula Soyuz (ABC Online, 12-10-03). Va a ser interesante ver la lista de invitados al lanzamiento, porque los instructores rusos no fueron requeridos, pese a su insistencia en asistir.

EL SIGNIFICADO de los cielos para la cosmogonía china (el "Imperio Celestial") es diferente al del resto de los mortales terráqueos, y Joan Johnson-Freese, ejecutiva del Departamento de Seguridad Nacional de Toma de Decisiones en el Colegio Naval de Guerra, afirma que es un "ambicioso programa espacial" que denota altos riesgos y costos. Cita a algunos analistas estadunidenses, quienes vislumbran en el proyecto a un "Caballo de Troya dentro del que pueden ocultar sus actividades militares en el espacio". Otros solamente lo definen como un programa que confiere "prestigio" (IHT, 10-10-03). Según Johnson-Freese, quien ridiculiza el presupuesto chino por 2 mil 200 millones de dólares, frente a los 15 mil millones anuales de la NASA, "existe considerable evidencia" de que los chinos buscan los mismos objetivos que el programa Apollo: alcanzar la Luna, como sucedió durante la carrera armamentista con la URSS (con sus dividendos militares), y emplear a un considerable número de técnicos altamente educados para mejorar sus habilidades. ƑDespués de la conquista de la Luna seguirá la inevitable misión a Marte? ƑComo reaccionará la opinión pública estadunidense frente al desafío sideral chino? ƑEmulará EU su reacción frente al Sputnik soviético que acicateó su orgullo? Johnson-Freese sentencia que "el éxito en los cielos es tan espectacular como su fracaso", y puede pasar de la gloria del Apollo a la debacle del Columbia y el Challenger. China no sería una excepción, cuando Brasil acaba de sufrir un trágico accidente en su programa misilístico.

PESE AL HERMETISMO de la crítica en los medios, no todos los científicos chinos están de acuerdo con un programa sideral que cuesta más de 2 mil 200 millones de dólares al año. Lo mismo aconteció con el gigante proyecto de la presa Los Tres Desfiladeros. Cuando el virus de la "contabilidad de costos" invade el cuerpo de la investigación se corre el riesgo de caer en desastres (el caso Challenger), como sucedió con la NASA, que acabó siendo dirigida por contadores y administradores neoliberales, en lugar de científicos químicamente puros. China dispone de 1 por ciento de su PIB en investigación y desarrollo (I&D), frente al 3 por ciento de EU (el mayor del planeta). ƑLlegará el México del "águila mochada" algún día a la Luna con tanto consejero electoral parasitario, cuando "invierte" 0.0048 por ciento del PIB en I&D, frente al 0.2 en el IFE en la etapa aciaga de Woldenberg Karakowsky?

LA ODISEA SIDERAL china ha puesto nervioso en primer término a EU, luego a Japón. Lo que podría significar un motivo de orgullo para el circuito étnico chino en Taiwán y Singapur ha inquietado a los enemigos de la "Gran China", que ya incorporó por lo pronto a Hong Kong y a Macao. Curiosamente, India, que tiene su proyecto para llegar a la Luna en 2007 (CNN 13-8-02), por el contrario, se ha acercado a China en varios rubros, que incluye un proyecto de libre comercio que sacudirá la faz de la Tierra. En caso de resultar exitoso el lanzamiento del "vehículo divino", China eclipsará la reunión de la inservible APEC, un proyecto del irredentismo anglosajón. Xiao Xi (Asia Times, 15-10-03) indica que el bautizo sideral se concreta un día después del crucial Pleno Central del Partido Comunista, que el año pasado fue marcado por la epidemia de la neumonía atípica y por la sucesión de la tercera generación maoista. Señala correctamente que China estará todavía varias décadas detrás de EU y Rusia, pero que en el ámbito político significará un "gran salto hacia adelante", así como "un estímulo comercial para su industria aeroespacial", que concretará muchos contratos para sus satélites pero, más que nada, "lanzará una declaración militar estratégica". Viene el punto nodal: "la tecnología orbital es la misma que la de los misiles balísticos intercontinentales, y China habrá probado que alcanzó un nuevo y más alto estadio de precisión, lo que será todavía más importante cuando sus vecinos India y Japón han empezado a enviar misiles al espacio". Nadie lo entiende mejor que los halcones Wolfowitz y Perle: las "hojas muertas" del otoño sangriento que se ha desatado en Washington. Pues ya que hablamos de Israel y sus acérrimos partidarios en Washington, Xi indica que India casi ha concluido la compra del sistema de radares Falcon de Israel, "cuya venta a China había sido vetada por EU hace un par de años atrás". Es obvio que el proyecto de la "santa alianza" anglosajona-israelí, al haberse descarrilado la APEC y haberse empantanado en Afganistán e Irak, consiste en descuartizar dos triángulos estratégicos que empiezan a dibujarse en el horizonte euroasiático: el de Rusia-India-China, en el ámbito militar, y el de Francia-Alemania-China, en otros rubros ultrasensibles.

JAPON FORMA PARTE del sistema misilístico de defensa estadunidense que "protege" a Taiwán de los misiles de corto y mediano alcance de China, los cuales habrán adquirido mayor precisión con el "vehículo divino". Los halcones de EU explotan el "lado oscuro" bélico de Japón, impregnado de atavismos egoístas y que ya ha sido desplazado en el escenario mundial por China, y todavía no paga sus facturas de desagravio moral en su región (como lo hizo Alemania) por su conducta en las dos guerras mundiales. En realidad, desde la década de los 70, desde el punto de vista geoestratégico, China había desplazado a Japón: cuando Nixon jugó la "carta china" contra la URSS; ahora daddy Bush intenta el juego inverso: la "carta rusa" contra China.

DESDE LUEGO que China exhibe enormes problemas internos de ajuste en su "economía mixta" que no resuelven los viajes siderales, como demostró la URSS y ahora manifiesta EU. Las vulnerabilidades de Pekín radican en la carestía energética y en un transporte sumamente arcaico, entre otras más. Xi comenta que hasta el inicio del siglo XIX, China había sido la principal potencia planetaria que "no deseaba comerciar con países lejanos ni proyectar su poder político fuera de su área inmediata", lo cual aprovechó Gran Bretaña con su prodigiosa Revolución Industrial y sus dos infames "guerras del opio".

UN IGNORANTE neoliberal, como el tamaulipeco Gurría Treviño, sentenció el "fin de la geografía" (sic), y el guanajuatense Alzate Araiza, el primer zar energético de Fox que quería regalar el petróleo de México a sus amos de EU, expectoró el "fin de la geopolítica" (sic) -por lo que no hay que quejarse de la caída del "aguila mochada" en la etapa de la triada neoliberal Salinas-Fox-Zedillo sin gloria terrestre ni proyecto sideral, pero con abundantes consejeros electorales para avalar la sumisión energética de México con máscara democrática. La geografía y la geopolítica siguen más vivientes que nunca.

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