México D.F. Miércoles 15 de octubre de 2003
Analizan la crisis boliviana en foro de La
Jornada
América Latina, preparada para decir no a las
trasnacionales: especialistas
ANGELICA ENCISO L.
En América Latina hay capacidad para decir no a
las trasnacionales. Eso lo demuestra el pueblo boliviano, el cual, desde
el pasado 15 de septiembre, realiza protestas masivas en contra de los
intentos gubernamentales de vender gas natural a empresas estadunidenses,
señalaron especialistas reunidos en el foro organizado por La
Jornada y Casa Lamm para analizar la situación de Bolivia.
En
el momento más crítico que vive esa nación, donde
hasta el pasado lunes se habían reportado alrededor de 60 muertes
a causa de la represión gubernamental contra la población,
los panelistas confiaron en que en pocas horas caerá el presidente
Gonzalo Sánchez de Lozada y con ello se pondrá fin al conflicto.
José Steinsleger, colaborador de este diario y
especialista en temas de América Latina, manifestó que "los
pobres de Bolivia tomaron el cielo por asalto en defensa del gas". Este
es, añadió, un capítulo más de la lucha contra
el neoliberalismo en la región. Presentó datos para ilustrar
la escasa aportación de las trasnacionales al crecimiento económico
de ese país, donde la tercera parte de la población pasa
hambre cotidianamente y cada hora hay 20 nuevos pobres, mientras que 5
mil familias concentran la riqueza.
Es mínima la aportación de las empresas
privadas al crecimiento del país, las cuales en 1997 contribuyeron
con 1.78 por ciento económico, mientras que en 2001 tuvieron una
participación de sólo 0.15 por ciento. "Estos son los efectos
de la privatización", señaló. La exportación
de gas a Estados Unidos a través de los puertos del norte de Chile,
cuyo gobierno busca obtener ganancias como socio de Washington, representa
un negocio superior a los mil 200 millones de dólares, y esto es
lo que motivó el inicio de la lucha de la población de la
región El Alto, indicó.
Por su parte, Raquel Gutiérrez, quien vivió
en Bolivia e inclusive estuvo en prisión en ese país, hizo
un recuento de los hechos de los pasados días. Dijo que la sublevación
ya rebasó la región de El Alto y llegó a la capital
boliviana. Ahí, agregó, el gobierno sólo tiene el
control de la Plaza Murillo y la residencia oficial, sin el apoyo del ejército
y la fuerza aérea.
Se trata, aseveró, de comunidades en rebelión.
"El campo y la ciudad ya se unieron en la lucha. Lo que falta es la renuncia
del presidente para que se establezca un gobierno distinto, con una asamblea
constituyente que reforme el Estado, sin mediación partidaria, y
que se establezca barrio por barrio; esto sería hacer un país
distinto."
A su vez, Angel Guerra, colaborador de La Jornada,
se refirió también a los movimientos en la región
contra el neoliberalismo. Recordó que, previo a los hechos en Bolivia,
en Paraguay hubo protestas por la pretensión de privatizar la telefonía.
Consideró que no es posible "adoptar medidas neoliberales y tener
gobiernos con democracia representativa. Esto hace crisis. No sólo
se empobrecen los mismos de siempre, sino también la clase media,
la cual está en proceso de pauperización".
Bolivia es el síntoma de un fenómeno, agregó,
y ahora el ejército "ya le piensa para reprimir", porque se juzga
a los militares que son instrumento al servicio de las clases opresoras.
Los especialistas estimaron que el próximo presidente será
Evo Morales, diputado indígena del Movimiento al Socialismo y líder
de campesinos cocaleros del Chapare, quien ha impulsado la lucha india
contra las trasnacionales.
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