REPORTAJE / BARRUNTOS DE MANO DURA EN EL CERVANTINO

Preocupaciones de orden moral, social y monetario

Más de 100 mil jóvenes, complejo dilema en el FIC

La masiva afluencia juvenil al Cervantino plantea una problemática difícil de resolver, cuyas opciones, opinan algunos, irían del severo control a la tolerancia. Sin embargo, todo beneficio tiene un costo y sin ese festival ''Guanajuato sería una ciudad fantasma'', dicen restauranteros

ARTURO JIMENEZ ENVIADO

Guanajuato, Gto. Si los más de 100 mil jóvenes que cada año llegan a Guanajuato durante las tres semanas del Festival Internacional Cervantino (FIC) tuvieran poder adquisitivo y consumieran alimentos, bebidas y otros productos y servicios en negocios formales, Ƒserían rechazados por diversos sectores de la sociedad local?

El tema de los jóvenes que acuden cada año en masa e inundan las calles cervantinas es visto por muchos como un ''problema" cuya solución requiere ''mano dura". En realidad se trata de un fenómeno social complejo.

Durante el festival de 2002, la llegada masiva de jóvenes se imbricó con otro caso de carácter comercial: la demanda de los restauranteros de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) y otros prestadores de servicios para que las autoridades implantaran un sistema de boletos que les garantizara que los 11 millones de pesos que el FIC asigna a la alimentación de artistas y técnicos invitados sean gastados en negocios de su propiedad.

Los prestadores de servicios también pidieron la destitución del director del Cervantino, Ramiro Osorio, por considerar que su programación era de baja calidad y atraía más jóvenes.

El asunto se resolvió en parte hace unos meses, al acordarse la creación de restaurantcheks para sustituir la entrega de dinero en efectivo a los invitados, que antes podían elegir dónde consumir sus alimentos. Ahora, con los boletos, se les dará una relación de los ''restaurantes autorizados".

Cancelación de La Yerbabuena

En el caso de los miles de jóvenes turistas durante el FIC, quienes toman las calles y causan molestia a la ciudanía, para este año se canceló el lugar de conciertos masivos La Yerbabuena y se redujo el número de espectáculos en espacios públicos luego de más presiones contra Osorio.

Y es que con La Yerbabuena aumentó el número de jóvenes visitantes, algo contrario al objetivo de ''descentralizarlos" y animarlos a quedarse en las afueras.

Los restauranteros, hoteleros, comerciantes y otros sectores, como la Iglesia, plantean que esos jóvenes sobrepasan la capacidad en hospedaje, vialidad, servicios sanitarios y seguridad.

Además, dicen, dan ''mala imagen" al ingerir bebidas alcohólicas y drogas en la vía pública y no tener ''capacidad de consumo", como sí la tienen quienes asisten a los espectáculos artísticos. Esos jóvenes ''son un problema que ya no se aguanta".

Nicole Vaisse, presidenta de la Canirac, recuerda que durante 25 años el FIC fue ''la fiesta del espíritu", con extraordinarios programas, gente con capacidad de consumo que venía de ciudades como México, Guadalajara y Monterrey.

Pero cada año, sobre todo en la década de los 90, comenzaron a llegar más jóvenes, primero de la región y luego de todo el país. ''De pronto la ciudad se vio invadida por hordas de jóvenes que no tienen la intención de entrar a un espectáculo. Viernes y sábados no se puede circular ni nada. Es algo terrible, un problema muy grave.

''Osorio primero les hizo una especie de dormitorios en La Yerbabuena para que se quedaran allá. Puso regaderas y sanitarios, pero nadie se iba. Se quedaban a dormir en Los Pastitos, los callejones o donde pudieran.

''El año pasado Osorio organizó los conciertos masivos con Los Tigres del Norte, Molotov y otros, que atrajeron el triple de gente. Y al terminar los conciertos, todos se regresaban a Guanajuato.

''Y llegamos a un punto en el que dijimos: no podemos tolerar un año más. La ciudadanía se asustó porque en esta ciudad no puede entrar una ambulancia o un camión de bomberos, nada. Si hay un accidente o un incendio, pues sólo veremos cómo se quema la ciudad sin poder hacer nada."

Otro problema que menciona Vaisse, también integrante de la asociación civil Guanajuato Ciudad Digna, es que algunas agencias de viajes del país ofrecen a los jóvenes el tour a Guanajuato.

''Vienen en cientos de autobuses-bar-comedor-dormitorio y se estacionan en la Plaza de Toros, dentro de la ciudad. Desde que salen de sus lugares de origen hay barra abierta.

''Los muchachos se van al centro, se quedan o se regresan al autobús a dormir. Pero no hay baños y todo eso se convierte en una porquería. Hay ruido, la gente no puede dormir. Hay que ir a trabajar, es la época en que los estudiantes tienen exámenes."

El enfrentamiento con Osorio se dio durante el pasado festival y hubo descalificaciones mutuas. Los empresarios pidieron su destitución y él dijo que no dejaría que cocineros y camiseros le impusieran sus gustos artísticos, aunque después lo lamentó.

Luego de reunirse con el gobernador y otras instancias comenzaron a llegar a acuerdos para este año. ''Con el Instituto Estatal de Cultura llegamos a plantear cosas interesantes, como que ya no hubiera espectáculos en las calles. Con la Coordinadora de Turismo se logró muchísimo porque el año pasado nos habían quitado los alimentos que financia el FIC. Pero la presidencia municipal (saliente) jamás nos recibió."

Ahora, concluye, ''Ramiro está en una disposición maravillosa, pues este año quitó los actos de La Yerbabuena y los callejeros. Nada más habrá en la plazuela de San Roque y en Los Pastitos".

Que vengan vs que no vengan

-ƑQué prevén para este año con los jóvenes? -se pregunta a Vaisse.

-Buscamos desanimar su llegada. Espero que vengan menos. Por lo pronto, ya no queremos que los autobuses se estacionen en la ciudad sino en La Yerbabuena, que no estén en el centro.

En cambio, José de Jesús Urbina Zárate, propietario del As de Copas, opina: ''No podemos limitar la afluencia turística de ningún nivel, no tenemos autoridad moral ni social para seleccionarla. Nuestra misión es atender de la mejor manera al turismo, sean jóvenes o familias".

-ƑHay desprecio de sectores como los restauranteros y hoteleros hacia los jóvenes porque tienen poca capacidad de consumo? -se pregunta a Vaisse.

-No es porque no consuman, pues, como vienen muchas personas, estamos llenos. Que venga el joven o no, francamente a mí me da lo mismo. Lo que no queremos es lo que está pasando en las calles.

Sin embargo, comenta: ''Los restauranteros quisieran ayudar a recuperar ese público tan bueno que teníamos y que llenaba los teatros".

Entre las causas de la ausencia de ese público selecto menciona que el Cervantino ya se da en varias ciudades del país. A Guanajuato, recuerda, venía gente de todas partes y con recursos económicos. Después dejaron un vacío que se llenó con los muchachos.

Municipalidad amorfa

Mónica Lara y Enrique Nieto, copropietarios del bar Las Musas, recuerdan que la programación del FIC estaba enfocada hacia otro tipo de personas y que ''el desgarriate" fue comenzar a popularizar y masificar los espectáculos para tratar de ''jalar" más dinero.

''Antes venía gente de otro nivel, más interesada en el arte, y había más derrama económica en los lugares porque traían sus boletos comprados y podían moverse con rapidez de un espacio a otro. La gente que viene ya no significa una derrama económica para Guanajuato, porque ya traen su bebida y comida en sus camiones", dice Lara, también cantautora.

Vaisse precisa: ''Nosotros sí queremos que vengan los jóvenes, pero que asistan a los espectáculos y respeten la ciudad; que no tomen esto como la libertad total".

-ƑY si continuaran llegando masivamente los jóvenes como hasta ahora, qué harán?

-No sé. Este año hicimos lo más que pudimos con una municipalidad totalmente amorfa, que no ha ayudado para nada ni nos ha recibido -dice en referencia al edil saliente Rafael Villagómez, quien hace tres años ganó con el préstamo del registro del PRD.

-ƑNo se necesitaría hacer una investigación sobre los jóvenes visitantes?

-La vamos a hacer ya. Contratamos un despacho que lo hará.

-ƑQué buscan conocer?

-Saber por qué vienen, para atacar el problema.

Lara y Nieto, de Las Musas, están de acuerdo en que se tomen medidas para frenar y reducir la llegada masiva de jóvenes a Guanajuato.

''Habrá negocios a los que no les convenga, como puestos de comida o los que piden permisos para vender bebidas alcohólicas. En general, quienes sólo quieren ganar en una temporada lo que no se saben ganar en un año."

Martín González, gerente de la taquería El Paisa, integrante de la Canirac, dice que a su negocio sí le beneficia que vengan muchos jóvenes a la ciudad, pues consumen sus alimentos.

Y agrega: ''La solución no sería que dejaran de venir. Somos una ciudad que vive del turismo, queremos visitantes, pero también un poco más de control".

María Guadalupe Piñón de Urbina, abogada y esposa del propietario del As de Copas, se muestra tan tolerante como su cónyuge:

''Todos en su momento fuimos jóvenes y también queríamos divertirnos. Los jóvenes tienen el derecho a divertirse como quieran", dice, y agrega:

''El Cervantino es una cosa que esperamos con ansiedad. La derrama económica del FIC nos beneficia a todos los guanajuatenses directa o indirectamente. Quien no quiera reconocerlo así comete una barbaridad. Sin Cervantino ésta sería una ciudad fantasma. Y todo beneficio tiene un costo.

-ƑLos jóvenes son un problema durante el Cervantino? -se pregunta a Urbina Zárate.

-Todos fuimos jóvenes, todos tuvimos la energía. Claro que Guanajuato se presta para andar en la calle gritando, pero debemos comprender que son jóvenes. Debemos atenderlos y adecuarnos a ellos para tratar de darles un buen servicio.

Para Urbina, La Yerbabuena afectó varios comercios porque se llevó a los jóvenes fuera de la ciudad y, además, considera que fue una forma de discriminación, pues se les quiso decir que no se desea su presencia en el centro histórico.

La teoría del suicidio

Habla el abad de la basílica de Guanajuato, Juan Rodríguez Alba:

''Distingo por Cervantino los espectáculos netamente culturales. Lo que no me gusta es esa afluencia de jóvenes que vienen a destruirse, a degradarse en alcohol y droga, a ensuciar la ciudad."

A propósito de La Yerbabuena, el representante de la Iglesia católica explica: ''Lo que me parece peligroso es que son jóvenes muy chicos y como que traen unas ansias, no de divertirse, sino de embrutecerse, de destruirse. Porque tomar a esos niveles, a ese grado, o combinar con la droga, es como para autodestruirse, como que traen ganas de suicidarse".

Dice sobre La Yerbabuena: ''El intento de sacar a los jóvenes del centro de la ciudad fue muy bueno. Si no funcionó esta vez hay que seguir buscando otras soluciones, ofrecerles quizá otros espectáculos que los retengan afuera de la ciudad".