Países de Latinoamérica, OEA, ONU y UE manifiestan su apoyo a Sánchez de Lozada

Advierte EU que no tolerará violaciones contra el orden constitucional en Bolivia

Los bolivianos tienen derecho a exigir la renuncia de su presidente, señala Larry Birns

AFP, DPA, PL Y REUTERS

Washington, 14 de octubre. Estados Unidos advirtió hoy que "no tolerará ninguna interrupción del orden constitucional en Bolivia ni apoyará a un régimen que resulte de medios antidemocráticos", al manifestar su "profunda preocupación" por la situación en el país andino, y llamó al cese de la violencia y la restauración del orden público.

Las Organización de Naciones Unidas (ONU), la Organización de Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE) y numerosos países latinoamericanos también rechazaron la violencia en Bolivia, externaron su respaldo al acosado presidente Gonzalo Sánchez de Lozada y abogaron en favor de un diálogo y la búsqueda de una solución democrática a la crisis política interna.

Por tercera vez en menos de un año la administración del presidente George W. Bush se vio obligada a hacer un llamado para evitar la salida del poder de su "aliado" y "amigo" Sánchez de Lozada, que desde hace más de tres semanas enfrenta fuertes protestas en repudio a un proyecto (cancelado ayer) para exportar gas natural a Estados Unidos y México, y que han dejado decenas de muertos y heridos.

"Expresamos nuestro pleno apoyo a este gobierno, elegido constitucional y democráticamente. Este gobierno no debe ser remplazado por uno impuesto por la violencia delincuencial", dijo la embajada estadunidense en La Paz.

La representación diplomática agregó que "palos y piedras no son una forma de protesta pacífica, como tampoco lo es la quema de vehículos o negocios".

El vocero del Departamento de Estado, Richard Boucher, apuntó que Estados Unidos apoya "plenamente" la resolución adoptada en la noche del lunes por el Consejo Permanente de la OEA, que apela al diálogo y la negociación para preservar la estabilidad del país y la restauración del orden público.

Al respecto, el analista y director del Consejo para Asuntos Hemisféricos, Larry Birns, fustigó tanto las declaraciones del Departamento de Estado como el comunicado emitido por la OEA, al señalar que "ambos son extremadamente desafortunados". Subrayó que los bolivianos tienen derecho a protestar y exigir la renuncia de su presidente tal y como la población de California decidió hacer caer a su gobernador la semana pasada.

Otros analistas estimaron que la política de Estados Unidos ha contribuido a la actual situación, debido a sus controvertidos planes antidrogas y la ausencia de ayuda financiera de emergencia al presidente que considera su aliado. Además, está el hecho de querer aislar al líder cocalero opositor indígena Evo Morales, agrandando la brecha entre el gobierno y la mayoría de la población indígena.

Después de que la OEA lamentó la pérdida de vidas humanas en Bolivia y llamó a los diversos sectores políticos y sociales a garantizar la estabilidad mediante el diálogo, el secretario general del organismo, César Gaviria, informó al Consejo Permanente que ha mantenido contacto con las autoridades bolivianas, y reafirmó la voluntad de ese organismo por contribuir en el fortalecimiento de la democracia en Bolivia.

A su vez, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Kofi Annan, se dijo "gravemente preocupado" por la situación que atraviesa Bolivia y que amenaza al régimen de Sánchez de Lozada. Por ello, instó tanto al gobierno como a la oposición a actuar con prudencia y a superar las diferencias mediante el diálogo y métodos pacíficos.

Por separado, los gobiernos latinoamericanos coincidieron en abogar por el diálogo y una salida pacífica para superar la crisis, como lo expresaron Colombia, Venezuela, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile y Perú, así como organismos regiones como el Grupo de Río, el Mercado Común del Sur y la Comunidad Andina de Naciones.

El representante del exterior de la UE, Javier Solana, llamó a que en Bolivia sea aceptado el "diálogo nacional" propuesto por el presidente, y lamentó la creciente pérdida de vidas humanas.

Por lo pronto, Francia, Alemania, Gran Bretaña y Estados Unidos aconsejaron a sus ciudadanos evitar viajar a Bolivia.