México D.F. Miércoles 15 de octubre de 2003
Interpreta 36 personajes en Retrato de la artista desempleada, en el teatro México
Cuando se ama la actuación, se puede pasar hambre: Rebecca Jones
"No creo en la fama gratuita, pero sí en en el estrellato y en el reconocimiento al esfuerzo"
"Con los celulares y la Internet hay mucha deshumanización; la gente oye, pero no escuha"
MARIANA NORANDI ESPECIAL
En su más reciente obra, la actriz Rebecca Jones representa al asistente personal de Salma Hayek, a una turista japonesa que habla muy poco español, a un piloto de una aeronáutica privada, a una crítica en gastronomía, a un chef reconocido a escala internacional, a una ex comerciante de muebles de Santa María la Ribera y, además de 30 personajes más, a una actriz desempleada.
Dirigida por Francisco Franco y producida por Alejandro Camacho, Retrato de la artista desempleada refleja la situación actual de muchos actores en México, así como la comunicación deshumanizada de los nuevos tiempos.
El montaje narra un día en la vida de Isa, actriz zacatecana que trabaja en una oficina de reservaciones de un prestigioso restaurante de la ciudad de México. Se acerca la Navidad y todo el mundo quiere conseguir la mejor mesa, algo que ella, por medio del teléfono, intenta organizar.
Coincidiendo con sus 20 años de actriz, Rebecca Jones se propone el mayor reto de su carrera: un espectáculo unipersonal, en el que interpreta a 36 personajes.
Escrita por Becky Mode
La obra, escrita por Becky Mode, fue traducida y adaptada por Rebecca Jones y puede ser interpretada tanto por un actor como por una actriz.
Dos horas antes de una función, Rebecca recibe a La Jornada en su camerino del teatro México. El lugar es pequeño, pero ella le ha dado un toque personal. El vestuario de la obra, el cartel promocional, una foto familiar, algunos adornos y, en el espejo, a modo de imagen sagrada, un recorte de periódico que recuerda el aniversario póstumo del actor que, según Jones, es quien ha guiado los pasos de su carrera: Peter Sellers.
-ƑCómo fue que descubriste esta obra y la llevaste a escena?
-Me la recomendó una amiga de mi mamá, que la vio en Estados Unidos. La leí, me gustó y la compré. Luego estuve buscando con quién llevarla a escena, pero nadie quería. Se la propuse a varios directores y productores, que nunca quisieron asociarse conmigo porque decían que esta obra no la podía hacer nadie. Entonces me pregunté: "ƑTan mal estoy?" Hasta que se la propuse a Francisco Franco y aceptó. Hicimos un trabajo de mesa que nos llevó dos meses -en una obra normal esa fase dura dos o tres semanas-, en los que le dimos presente, pasado y futuro a cada uno de los personajes. El guión sólo especificaba las características principales de los personajes, así que los enriquecimos para que el espectador se los pudiera imaginar y dotar a la obra de más profundidad.
-ƑCómo haces para que no se te mezclen las voces de tantos personajes?
-Es complicado porque hay algunos que entran 18 o 20 veces, por lo que requiere de mucha concentración. Una hora antes de entrar a escena no puedo hablar con nadie, tengo que meditar, calentar la voz y el cuerpo. Tengo que ser casi una atleta del escenario. Y no me confundo, por el desarrollo que hicimos de las personalidades de los personajes.
El humor es lo más difícil
-Tienes la imagen de actriz seria; en cambio esta obra está llena de humor. ƑCómo trabajas el aspecto de la comicidad?
-El humor es lo más difícil que existe para un actor. Si trato de hacerme la chistosa, no se va a reír nadie. Pero si hago las cosas con naturalidad y me meto en la realidad de los personajes, se crean situaciones cómicas. Las adversidades y las cosas serias son lo que causan la risa, y esta comedia está llena de adversidades.
-ƑQué representa esta obra en tu carrera?
-Un salto enorme. A mí me gusta mucho la comedia, pero la gente me ubica más como la ricachona o la mujer sufrida de las telenovelas. Así que, si alguien dudaba que pudiera hacer cualquier tipo de personaje, aquí queda claro que sí puedo.
-La obra tiene de protagonista a una actriz desempleada; Ƒhas vivido alguna vez esa situación?
-Al principio de mi carrera, pero ya no, porque me he amarrado los calzones. A veces paso periodos sin trabajar porque no me interesan las ofertas que me proponen, pero eso es otra cosa.
-Muchos actores jóvenes critican que en el cine y en el teatro mexicano siempre actúan los mismos. ƑCómo ves el mercado laboral para los nuevos actores?
-Aunque mucha gente no crea en ti, hay que crear proyectos y arriesgar. Soy de la idea de que uno no puede quedarse en la casa rascándose la panza. Creo que el trabajo es el método más rápido para llegar al trabajo.
-ƑCómo vive un actor el desempleo?
-Muchos ponen taquerías, torterías...
-No, me refiero al aspecto sicológico. La actuación, a diferencia de otros trabajos, es una profesión que genera mucho ego y muchos sueños.
-Se vive terrible, porque es muy duro que te rechacen y te digan: "šHíjole!, estás muy bonita, pero lástima que no sirves para el papel", o "šqué lástima!, porque el papel tiene que ser para una güerita". El músculo del rechazo hay que tenerlo muy fuerte en esta carrera, porque hay mucha gente que te dice que te dediques a otra cosa. A mí, al principio, me lo dijeron muchas veces y llegué a pensar en retirarme. A veces me quitaban dos o tres obras seguidas y me preguntaba: "ƑEstaré equivocada de carrera?" Pero, cuando uno cree y ama la actuación, puedes llegar a pasar hambre con tal de ejercerla.
-En la obra se critica la actual forma de comunicarnos y la superficialidad de nuestra sociedad, Ƒcrees que estamos viviendo tiempos muy frívolos?
-Sí, con esto de los celulares y la Internet, existe mucha falta de humanización; la gente oye, pero no escucha. Esta obra te hace reflexionar qué tipo de seres humanos somos y cómo tratamos a la gente. Con qué derecho tratamos mal a una recepcionista, a un policía o a una secretaria. Lo digo, como figura pública que soy, porque yo también caigo en eso.
Control del ego
-ƑCómo controlar el ego y la prepotencia que genera la fama? En tu caso, Ƒte lo planteas como un trabajo personal?
-Sí, estoy desarrollando ese trabajo. Me pongo mis frenos y me digo "no seas tan gacha".
-A diferencia de antes, en la actualidad las actrices rechazan el título de diva...
-Yo no lo rechazo. No creo en la fama gratuita, pero sí en el estrellato y en el reconocimiento obtenido por el esfuerzo en el trabajo. ƑPor qué no sentirse estrella una persona que ha trabajado toda su vida en el teatro o en el cine? Yo soy actriz y buena, llevo 20 años comprometida con mi trabajo y eso, para mí, es ser una diva.
-ƑPor qué hoy las nuevas divas quieren ser mujeres normales que cocinan y manejan su propio carro?
-Yo no manejo (se ríe). Existe la idea equivocada de que las divas tienen que estar sentadas en su sillón comiendo bombones. No es eso, pero tampoco que, porque te ven en la tele, todo el mundo te tutee y te quiera tratar como teléfono público.
-Perdón, llevo media hora tuteándote...
-(Se vuelve a reír.) No, eso es otra cosa. Me refiero a que a divas con el trabajo de Ofelia Guilmain, Carmen Montejo o Marga López no se les puede tratar como mujeres normales, porque no lo son, porque tienen una trayectoria que merece mucho respeto. Tampoco creo que yo sea una persona normal. Alguien que se atreva a hacer lo que hago en el escenario no es normal, y eso hay que reconocerlo.
-ƑTe da miedo quedarte algún día, como la protagonista de la obra, sin trabajo?
-Nunca me voy a quedar sin trabajo porque es una meta que me he fijado en la vida. Pienso morir en el escenario.
Retrato de la artista desempleada: Centro Teatral Manolo Fábregas. Teatro México. Velázquez de León 31, colonia San Rafael. Sábados 18 y 20:30 horas, y domingos 18 horas. Boleto: 200 pesos.
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