México D.F. Viernes 31 de octubre de 2003
Merino: es un "despropósito" intentar subsumirla a la Dirección Administrativa
La Dirección del Servicio Profesional Electoral, columna vertebral del IFE
ALONSO URRUTIA
Si bien la reforma electoral que se cabildea en el Congreso tiene grandes avances en la reducción de costos y tiempos de campañas por el voto, en lo concerniente a la restructuración del Instituto Federal Electoral (IFE) hay una propuesta que es un verdadero "despropósito", al pretender subsumir "la columna vertebral" del organismo, que es la Dirección del Servicio Profesional Electoral, a la Dirección Administrativa, consideró el consejero Mauricio Merino.
La propuesta fue realizada "seguramente por alguien que no tiene la más pálida idea de lo que significa esa dirección" en el funcionamiento del IFE, opinó el consejero, responsable de la Comisión del Servicio Profesional Electoral.
"No estamos hablando de que sólo sea un área con una función sustantiva para el organismo; estamos hablando de la columna vertebral del IFE", añadió.
Si las instrucciones del Consejo General del instituto se han cumplido cabalmente es porque existe una estructura capacitada y profesional para hacerlo, señaló.
"Flaco favor le haremos al nuevo consejo si de entrada partimos de una reforma que pasa a cuchillo esta área estratégica."
Agregó que se pretende que este asunto es sólo de administración de personal, no un sistema de profesionalización del IFE que explica en gran medida la buena organización de los comicios en México.
En principio, dijo, por el conjunto de propuestas de la reforma, se explica esa determinación, por el afán de ahorrar recursos.
Pero esa dirección, abundó, representa sólo 1.4 por ciento del presupuesto total del IFE, y por ahorrarse ese dinero se "pueden generar realmente problemas gigantescos".
Destacó que el proyecto de reforma electoral contiene aspectos muy interesantes, que coinciden con planteamientos recientes de los consejeros electorales.
Se refirió a la importancia de otorgar al IFE mayores facultades de fiscalización, de reducir los tiempos y costos de campañas, de modificar los recursos destinados a las mismas, o bien regular mejor las coaliciones particularmente en los partidos de reciente registro. "Realmente en términos generales es una buena iniciativa", dijo.
Hay algunos otros aspectos que son polémicos y opinables, como es el caso de elevar a 3 por ciento el porcentaje de votos para mantener el registro como partido. "Creo que ese aspecto afecta la pluralidad", pero es discutible, manifestó.
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