México D.F. Lunes 1 de diciembre de 2003
A referéndum, ley que termina el monopolio del crudo
Divide a la sociedad uruguaya el destino de la petrolera estatal
AFP
Montevideo, 30 de noviembre. La sociedad uruguaya está dividida en torno al futuro de la petrolera estatal Ancap a siete días del referéndum convocado por grupos sindicales y fuerzas de izquierda para derogar la ley que habilita a la empresa a asociarse y elimina su monopolio sobre la importación y refinación de crudo.
Más de 2.4 millones de uruguayos serán convocados a las urnas el próximo domingo para votar Sí por la derogación o No por el mantenimiento de la ley promulgada en enero de 2001.
Una encuesta de opinión divulgada el viernes 28 por la consultora Fáctum, realizada durante las dos primeras semanas de noviembre, anticipó que 45 por ciento de los uruguayos apoya la derogación de la ley, 27 por ciento, su mantenimiento, y 28 por ciento permanece indefinido. Otro sondeo, de Mori, que será dado a conocer este lunes por el diario El País, señala que el Sí cuenta con un respaldo de 52 por ciento, mientras el número de indecisos llega a 20 por ciento, aunque la mayor parte de ellos se podría inclinar, eventualmente, por el No.
Para que el Sí a la derogación sea aprobado debe conseguir 50 por ciento más uno de los votos válidos; en caso contrario la ley continuará vigente.
El recurso de referendo fue presentado el 3 de enero pasado por la Federación de Empleados de Ancap, con apoyo de todo el movimiento sindical y del Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP-FA, iz-quierda), principal fuerza política del país, con 40 por ciento de las bancas parlamentarias.
Ancap mantiene desde 1931 el monopolio en un país que depende 100 por ciento de sus importaciones de crudo, pero la cuestionada norma eliminó esa exclusividad estatal.
La ley fue votada por el oficialista Partido Colorado (centroderecha), el Partido Nacional (centroderecha), el Partido Independiente (centro) y dos sectores del EP-FA: Asamblea Uruguay y Vertiente Artiguista.
En contra se pronunció la mayoría de los sectores del EP-FA, por eso las agrupaciones Asamblea Uruguay y Vertiente Artiguista desistieron de hacer campaña en favor del mantenimiento de la ley.
También se pronunciaron en contra el Nuevo Espacio (centroizquierda, 2 por ciento), que se unió programáticamente al Encuentro Progresista-Frente Amplio, en la llamada Nueva Mayoría.
Entre las organizaciones sociales, la central sindical única PIT-CNT se pronunció contra la ley y apoyó el mecanismo de referendo, que fue impulsado originalmente por su afiliada Federación de Empleados de Ancap.
A nivel empresarial, la Cámara de Industria del Uruguay (CIU) se colocó en las antípodas y anunció su apoyo a la desmonopolización.
El líder del EP-FA, el socialista Tabaré Vázquez, favorito para ganar la elección presidencial de octubre de 2004, llamó a que el referendo se tranforme en un "juicio popular" sobre la gestión del presidente Jorge Batlle, iniciada en marzo de 2000, fecha desde la cual Uruguay se mantiene sumido en una profunda recesión.
Los detractores de la ley sostienen que la norma virtualmente "entrega" Ancap a capitales privados, aun cuando el Estado uruguayo seguiría siendo el accionista mayoritario.
Uruguay carece de petróleo y depende completamente de sus importaciones de crudo, que en 2002 alcanzaron 275.6 millones de dólares, 14.03 por ciento del total de las compras en el exterior.
Según los defensores de la ley, la asociación de Ancap procurará mejorar la gestión, el funcionamiento y los resultados de la firma, para alinear los precios de los combustibles nacionales con los niveles internacionales a partir del 31 de marzo de 2004.
La ley derogó el monopolio de importación y refinación de petróleo crudo, así como la distribución, comercialización interna y exportación de productos refinados y otros derivados -antes en poder de Ancap- por un plazo máximo de 30 años.
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