Tensión previa al conteo

Después de cuatro días culminó este lunes en Venezuela el llamado firmazo de la oposición para lograr que se realice un referéndum revocatorio del mandato de Hugo Chávez, pero durante la jornada no faltaron los momentos de tensión.

Un excesivo triunfalismo opositor -algunos dirigentes llegaron a hablar de 5 millones de firmas, cifra imposible de conseguir- advertía sobre las dificultades que pueden surgir si se desconocen luego los resultados certificados por el Consejo Nacional Electoral (CNE).

Mientras una multitud llegaba a Miraflores para respaldar a Chávez, la oposición festejaba en otros puntos, pero sin llenar las calles. "No queremos celebrar ni lucir arrogantes, es la hora de la humildad", decía con escaso convencimiento Antonio Ledezma, de la opositora Cordinadora Democrática, montado sobre una tarima, en una calle que se veía vacía.

Algo cambió también en el discurso opositor en pocas horas, después que la arrogancia y un odio indisimulable marcara cada palabra en estos días y en el pasado reciente. "Ya basta de odio", dijo Ledezma, quien prometía comenzar a entregar cifras. Sin embargo, Alfredo Palacios, funcionario de información de la CNE, explicó que esta noche comenzarían a recibirse algunas actas, pero que el proceso de recuento no podía ser inmediato.

La verificación comienza una vez que hayan llegado todas las planillas y aún se están recibiendo las del proceso anterior, en que el oficialismo recolectó firmas para revocar el mandatao de 37 diputados. La CNE tiene 30 días para el conteo a partir de que comience la verificación. Luego también se procesan las denuncias, las cuales deben ser respaldadas por pruebas.

Tras la verificación, si se certificara que se han reunido las firmas necesarias, se abre otro periodo por el cual la fecha para la consulta podría ser recién a mitad del año próximo.

El presidente del Tribunal Electoral, Jorge Rodríguez, advirtió esta noche que se pueden dar manifestaciones dentro de la ley, pero que no se deben manipular cifras informativamente, ya que es el CNE el que tiene la última palabra en este proceso. STELLA CALLONI