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México D.F. Martes 2 de diciembre de 2003
Regresa al mundo del disco luego de ocho años,
en los que maduró, expresa el guitarrista
Mi trabajo, más que cóver, es una reinterpretación,
dice Marcovich
Nocturnal incluye cuatro reinvenciones: No
volveré, La bamba, Canción mixteca y Gracias
a la vida "Para mí todo es lo mismo. No veo tanta diferencia
entre los géneros musicales", afirma
ARTURO CRUZ BARCENAS
Con cuatro reinvenciones -que no cóvers- de canciones
que forman parte de lo mejor del repertorio latinoamericano en español
de todos los tiempos, Alejandro Marcovich regresa al mundo del disco, luego
de ocho años de ausencia, aunque en este periodo, dijo, acumuló
experiencias y "maduré" de diversas maneras. En entrevista resaltó
esta producción, titulada Nocturnal, por su sesgo independiente,
luego de su colaboración con la trasnacional Sony Music.
Nocturnal tendrá dos versiones: una en EP
con cuatro temas: No volveré, La bamba, Canción
mixteca y Gracias a la vida (a la venta desde el 5 de diciembre),
y otra con 12 (que estará en el mercado en febrero de 2004). No
volveré -de Esperón-Cortázar- será el primer
sencillo que se promoverá y será apoyado con un video dirigido
por Carlos Marcovich, su hermano.
Los músicos que acompañan al ex integrante
de Leviatán, Las Insólitas Imágenes de Aurora y Caifanes,
además de colaborador en el sound-track de la película
¿Quién diablos es Juliette?, son Mamselle en la voz,
Daniel Aspuru en la batería y Gabriel Núñez en el
bajo.
"Lo que hago va mucho más allá de un cóver;
es un ejercicio de arreglo, de reinterpretación que, para mi gusto,
raya en la composición. Es apropiarse de la letra y la melodía
y hacerle un tratamiento conceptual diferente, que, como en No volveré,
es el caso extremo de una reorganización total y un cambio completo
en la melodía. Es un atrevimiento que va mucho más allá,
porque es hallar la médula conceptual de lo que está tratando
de decir la canción, en su melodía y en la letra, y tratar
de hacer un parteaguas, desprenderse de todo lo que he conocido, como la
patología de la canción.
"En Gracias a la vida, por ejemplo, no conozco
todas las versiones que existen, pero sí lo suficiente para saber
que cada vez que alguien la ha interpretado se ha ido a las bases de lo
que Violeta Parra hizo, esa tristeza. La canción, desvestida de
la intención original del autor, da para más en el texto.
Acaba siendo como una celebración. Es mucho más folclórica,
aunque sea una fusión de rock. Ahora bien, es imposible competir
con Parra. Es mejor un borrón y cuenta nueva."
Lo mejor, canalizar esa música hacia él
Añadió
que fue mejor canalizar toda esa música y letra hacia él,
como si hubiera sido el autor. "En este caso el respeto al autor va más
allá de los arreglos conocidos. Eso me provoca a mí. Mi versión
de La bamba no tiene absolutamente nada que ver con la de Los Lobos
o cualquier otra, como la de los jarochos. Sin embargo, es lo mismo, se
trata de una expropiación completa."
La invención se dio a partir de "corazonadas".
La primera se dio con No volveré, aunque tenía una
larga lista de canciones. "Así han sido todas las corazonadas, más
una voluptuosidad. Todo se vuelve una búsqueda en la que la figura
central es el arreglo. En la industria se le da un peso mayor a la composición,
pero para mí un arreglo es una superposición. Una buena canción
se sostiene aun a capella, o con una guitarra. Eso es una prueba
de fuego, pero toda la fantasía de los arreglos es especial; tiene
que ver con texturas, estilos."
Luego de oír su versión de Gracias a
la vida, una amiga le dijo: "¡Te odio! Haz hecho que me guste
esa canción que toda la vida me había cagado". Ese, señala,
"es el mejor halago, cuando alguien se conecta por la vestimenta. La esencia
ahí está. A principios de los años 80 estaba superaferrado
a hacer una fusión de rock con cumbias, por ejemplo, con toda esa
música tropical que sentía a flor de piel. Había un
concepto generalizado en el ambiente del rock de que eso era demasiado
del pueblo, con lo cual no te podías identificar".
-Javier Bátiz ha criticado la relación.
-Sí, pero así se podría criticar
la fusión que hizo The Police con el reggae, o la de The Beatles
con el bolero, y mil cosas más. La música es para jugar;
no es tan serio.
-Este nuevo disco ¿quieres que se considere como
de rock?
-Yo toda mi vida he tratado de hacer música, porque
para mí ésta es un continuo. Bach es pariente del jazz y
el rock es pariente de la música africana, así como la cubana
lo es de la española, y ésta a su vez de la árabe.
Así han sido las migraciones y las influencias. En la música
occidental se usan 12 notas, con sus repeticiones en octava, y hay una
serie de códigos, de armonías. Para mí todo es lo
mismo. Honestamente no veo tanta diferencia entre los géneros y
estoy poniendo la prueba con esto -con su nuevo cidí.
"Todo radica en saber hilar las cosas, las ideas. No soy
un sectario, para nada; al contrario, soy un troglodita, y trato de hacer
un poco, por hobby, de musicología. Hay que ver los orígenes,
pero también las fusiones y sus posibilidades. Cuando me cuelgo
una guitarra pienso en términos estrictamente musicales, no de clasificaciones."
Meritorio, acercar a los jóvenes
Añadió que sería meritorio que con
su nuevo disco los muchachos mexicanos conocieran un repertorio en el que
se incluye la Canción mixteca. "Hay chavos de 15 años
que quizá no la hayan escuchado. Tal vez la han oído, pero
no la han pelado. Me he encontrado con gente que no ha escuchado Gracias
a la vida. ¡Músicos! Muchos piensan que es mexicana.
"Me he encontrado con gente de más de 60 años
que le ha gustado este material. Me veo como una persona que ha estudiado
mucho. Esa es mi justificación y esto no es una payasada, un trabajo
superficial. En la Canción mixteca, alguno que otro amigo
músico que sabe de armonía levantó las cejas. El tema
acabó teniendo tintes de jazz y de sicodelia, y una rearmonización.
Para mí tienen sentido las disonancias, pero hay mucho respeto;
no está en la onda payasesca o kitch. Nada de que soy roquero
y voy a cantar algo de Oaxaca.
"Tengo amigos roqueros que escuchan algo de Selena y pueden
vomitar, pero así, en mal plan, de que ¡quita esa porquería!
También conozco esnobs del jazz, o a otros que odian la música
popular o la ranchera. Los músicos que me acompañan en este
disco tienen apertura mental y se divierten."
Marcovich la hace de todo en este disco. "Eso es muy saludable
para hacer lo que tengo en la cabeza. No estoy peleado con ninguna disquera,
pero están con mucho estrés, por la situación económica.
Tampoco estoy cerrado a alguna oferta."
Alejandro presentará su nuevo cidí
en Plaza Loreto, el 5 de diciembre, a las 18 horas. "Espero que quien me
ha esperado durante ocho años no se sienta decepcionado", confió.
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