México D.F. Miércoles 3 de diciembre de 2003
La escritora española rinde tributo al
narrador jalisciense con una biografía-ensayo
Juan Rulfo es uno de los grandes autores del silencio:
Nuria Amat
Analiza la relación entre literatura y fotografía
que hizo el autor de Pedro Páramo
Nunca pensé que escribiría de Colombia,
dice en alusión a su novela Reina de América
MONICA MATEOS-VEGA ENVIADA
Guadalajara, Jal., 2 de diciembre. El legado más
importante de Juan Rulfo que ha estado presente durante toda la carrera
literaria de Nuria Amat es la autoexigencia. Así lo asegura la narradora
catalana, quien rinde tributo al que considera su maestro mediante la biografía-ensayo
que realizó del autor de Pedro Páramo.
Es un libro hecho con el único afan de tratar de
explicar al lector ''cómo escribía Rulfo y por qué
dejó de escribir. Esta última cuestión es muy interesante,
pues él, como gran lector dijo un día: 'yo puedo escribir,
pero no quiero porque no me sale como lo deseo'", agrega la autora en entrevista
con La Jornada.
Añade
que en este volumen, que le ha implicado 25 años, es decir, toda
su vida de escritora, ''he llevado a Rulfo a Europa, pues lo comparo con
los grandes autores del silencio, como Benjamin o Evans. También
he elegido textos de autores que influyeron en Rulfo, esto es algo que
no se había hecho. Por ejemplo, comparo la escritura de Rulfo con
fragmentos de La amortajada, de María Luisa Bombal, pues
se sabe que ella influyó bastante en su obra.
''En otro apartado analizo la relación que Juan
Rulfo hace de la literatura y la fotografía. Sostengo que su obra
es como si pusiera texto a sus imágenes."
Seriedad, una actitud
De Rulfo, Amat señala que también aprendió
''esa forma de vida que llevo, como de escritora invisible, estar al margen,
escondida y oculta para proteger mi independencia. Esa era su actitud frente
a la literatura: la seriedad".
El libro narra también ''cosas más secretas",
como la personalidad depresiva del autor de Pedro Páramo,
contadas ''de una manera muy respetuosa". El volumen forma parte de la
colección Vidas literarias que la propia autora dirige en Barcelona
para Ediciones Omega.
Amat confiesa que algunos críticos han encontrado
ciertas influencias del autor de El Llano en llamas en su narrativa,
pero no le preocupa, pues ''un escritor debe aprender a copiar a sus autores
admirados para después poder traicionarlos y empezar a escribir
su propia obra".
Escribir la biografía-ensayo de Juan Rulfo sirvió
a Nuria para ''desintoxicarse" de su anterior novela, Reina de América,
en la cual se metió hasta el tuétano de la historia ambientada
en la selva colombiana, con todo y los problemas de narcotráfico.
Fue como estar secuestrada por ese mundo que conoció
cuando vivió en la selva de El Choco, ''zona perdida, a la que se
llega sólo por avioneta; habitada por negros de ascendencia africana.
No hay nada de nada. Ahí escribí mi primer libro''.
La literatura por patria
''Nunca pensé que escribiría de Colombia.
Mis novelas anteriores están ambientadas en España o en algún
otro lugar de Europa. Pero un día se me impuso esta novela. Empecé
a escribir la primera página pensando que se trataba de algo acerca
de los problemas del momento en ese país. Pero en la tercera página
entró un personaje tremendo, que me llevó a la guerrilla,
a los paramilitares, al narcotráfico. Y así fue como quedó
una novela colombiana, con personajes que hablan colombiano, escrita por
mí, que soy española'', señala Nuria Amat.
Por eso, tanto Reina de América como el
libro dedicado a Rulfo le hacen sentir a Amat ''que los escritores como
yo no tenemos país, pues nuestra patria es la literatura. Porque
un escritor es muchas voces, muchas personas. Cuando escribo no soy yo.
Soy lo que estoy escribiendo. Y no es arte de magia, sino una cuestión
de mucho trabajo. En mi caso, esta forma de escritura me ha costado 30
años, muchos libros e intimidad. Cuando escribo no soy la que escribe,
sino que algo lo hace dentro de mí.
''Suena a brujería, pero no lo es. Es la memoria
la que escribe, y ésta se vale también del olvido. Borges
también lo decía. Tuve la suerte de que aprendí muy
joven que escribir no es memorizar, es olvidar lo que se ha leído.
Esto no quiere decir olvidarse y sentarse a ver la televisión, sino
saber cómo olvidar; de lo contrario puede ser muy peligroso.
''Por eso siento que mis personajes adquieren vida propia.
En Reina de América es Aída quien cuenta la historia.
Si antes de escribir la novela me hubieran dicho que iba a inventar a un
personaje como ella no lo hubiera creído. Pero esa es la razón
por la que soy escritora: por las sorpresas que me da la literatura.
''En este caso, por la oportunidad de ofrecer a los lectores
algo que es muy útil ahora: la idea de que somos ciudadanos del
mundo, que lo que está pasando en Colombia ocurre en todas partes
y no podemos ser ajenos. Las novelas nos ayudan a ser mejores, más
humanos. Suena un poco sentimentaloide, pero es lo que pienso."
Amat presentó ayer su libro Reina de América
(Ediciones Era) en la versión 17 de la Feria Internacional del Libro
(FIL) de Guadalajara. Este miércoles presentará Juan Rulfo
o el arte del silencio a las 19 horas en el salón 1 de la Expo
Guadalajara, con la participación de Roberto García Bonilla
y Pablo Rulfo.
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