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México D.F. Miércoles 3 de diciembre de 2003
Arafat no es parte de la solución, sino
del problema, dice
En Cisjordania se construye una valla, no un muro:
embajador israelí
GABRIELA FONSECA
El embajador saliente de Israel en México, Joseph
Amihud, considera que en cuanto a la solución del conflicto israelí-palestino
"ya se ve una luz al final del túnel, aunque nadie sabe qué
tan largo es", y sostiene que no existe ningún problema que no se
pueda solucionar, siempre y cuando exista la disposición de negociar
"sin precondiciones y con la mesa limpia".
Señaló que si bien son positivos los planes
de paz como el mapa de ruta o la propuesta de Ginebra, es un hecho
que tampoco son indispensables. Asegura que con Egipto y Jordania, Israel
fue capaz de negociar la paz en condiciones, según él, muy
similares a las que hoy marcan el conflicto con los palestinos.
Señaló
que el hecho de que ahora tanto el pueblo palestino como la comunidad internacional
quieran que haya un primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina,
es un elemento que da esperanzas en cuanto a que haya una solución
al conflicto de Medio Oriente, si bien indicó que la renuncia a
este puesto del primer ministro, Mahmoud Abbas, (actualmente sustituido
por Ahmed Qureia) se debió a presiones del presidente, Yasser Arafat,
y a que éste "no quiere perder el control".
"La experiencia con Arafat es que durante 50 años
no ha entregado ningún resultado a su pueblo; ni sus políticas
ni sus estrategias. Por eso los europeos, Estados Unidos y los mismos palestinos
quieren que ahora haya otra persona que intente nuevas maneras de alcanzar
la paz.
"Nosotros sabemos lo que se necesita para lograrlo, y
Arafat no es parte de la solución, sino del problema", agregó
Amihud, quien subrayó que sólo se necesita a alguien dispuesto
a negociar. "Los palestinos están en busca de justicia, nosotros
estamos en busca de soluciones, compromisos, que si se quiere, son parte
de la justicia", comentó el diplomático.
Al señalarle que el muro de seguridad que Tel Aviv
construye en Cisjordania podría ser un obstáculo para negociar
con la dirigencia palestina, tanto por parte de Qureia como de Arafat,
Amihud aclaró que dicha construcción "es una valla, no un
muro. Hay una gran diferencia. Se le ha llamado muro debido a la propaganda
palestina en este sentido. Es un dispositivo de seguridad electrónico
y una valla así existió en torno a Gaza durante muchos años
en los cuales no ingresó a Israel un solo terrorista y nadie dijo
entonces que había un muro.
"Si no hubiera terroristas no estaríamos invirtiendo
tanto dinero en esta barrera", señaló al afirmar que es también
por razones puramente de seguridad que la valla rodea colonias israelíes,
penetrando en el territorio palestino de Cisjordania. "Es cuestión
de seguridad, no de geografía ni de política, ni de las fronteras
de nuestro Estado. Cuando negociemos nuestras fronteras, la valla no tendrá
nada que ver con esto", afirmó.
Aseguró que una de las discrepancias entre israelíes
y palestinos es que estos últimos quieren "la eliminación
de las consecuencias de la guerra de 1967, mientras que nosotros queremos
la eliminación de las causas de esa guerra. Las consecuencias no
son más que un asunto de propiedad de territorio, de bienes raíces,
de metros cuadrados que se pueden negociar. El problema, en nuestro caso,
es que exigimos que la otra parte acepte nuestro derecho a la existencia
y el fin total de este conflicto, para hacer la paz en todos sentidos y
que se nos otorgue seguridad".
Amihud recordó que la paz con Egipto y Jordania
se logró no obstante una problemática igual a la que se tiene
actualmente con los palestinos y que estos países obtuvieron territorios,
de los cuales se desmantelaron previamente asentamientos israelíes.
Aseguró que su gobierno está dispuesto a pagar indemnizaciones
a colonos israelíes en territorios palestinos porque Tel Aviv considera
que "la paz no tiene precio". Al mencionarle que en los casos de Egipto
y Jordania no había una diáspora palestina exigiendo el regreso
a los territorios, el embajador respondió: "Si quieren que hablemos
de los 700 mil refugiados israelíes que quedaron diseminados por
el mundo, podemos hacerlo. No vamos a aceptar que millones de árabes
lleguen a nuestro país, pero se puede encontrar una solución
para eso, también mediante negociaciones. Todo parecía igualmente
insalvable en Egipto y Jordania y se encontraron cientos de soluciones".
Añadió que la única vez que los palestinos
han obtenido algo fue en los acuerdos de Oslo, donde "el primer ministro
Ehud Barak ofreció 96 por ciento de los territorios, oferta que
Arafat no aceptó". Al decirle que los palestinos sostienen hasta
la fecha que ese 96 por ciento, tal y como constaba en los acuerdos de
paz que el presidente se negó a firmar, no daban ninguna ganancia
a los palestinos, el embajador sostiene que el argumento es mentira y aseguró
que ello demuestra que la otra parte no está dispuesta a poner a
prueba a Israel, que ya en otras ocasiones ha hecho sacrificios por la
paz y sigue dispuesto a hacerlo.
Dijo también que un reciente reporte del Banco
Mundial indicó que Arafat transfirió 900 millones de dólares
a una cuenta de la cual sólo él tiene acceso, e ilustró
con esto el hecho de que el pueblo israelí ha cambiado a su gobernante
cada vez que éste no da resultados positivos en lo referente al
proceso de paz, mientras que en el caso de Arafat está demostrado
que no sólo es ineficiente y corrupto, pese a lo cual permanece
en su posición de dirigente.
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