México D.F. Miércoles 3 de diciembre de 2003
Sigue en Venezuela la guerra de cifras
para convocar a referéndum revocatorio
Da a conocer Hugo Chávez a la OEA pruebas del
megafraude
en el firmazo
El silencio de opositores hace pensar "que traen algo
entre manos", afirman analistas
STELLA CALLONI ENVIADA
Caracas, 2 de diciembre. En un escenario marcado
por el debate sobre el resultado de la recolección de firmas de
la oposición para realizar un referéndum revocatorio del
mandato del presidente venezolano Hugo Chávez, el secretario general
de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria,
se reunió este martes con el mandatario, quien anoche le hizo un
reclamo público por sus declaraciones.
Mientras
la oposición sostiene en su red de medios informativos -que son
la mayoría en Venezuela- que ha recogido más de 3 millones
de firmas ("el número exacto fue de 3 millones 602 mil 51", aseguró
la portavoz opositora Delsa Solórzano), cifra superior a los 2.4
millones necesarios para activar la consulta, el gobierno reúne
pruebas sobre el supuesto fraude y las graves irregularidades de sus oponentes
durante la jornada de cuatro días que culminó ayer.
En el comando Ayacucho, organizado por el gobierno para
una veeduría del proceso, se afirmaba esta tarde que, de acuerdo
con sus proyecciones de planillas por zonas, no llegaron a juntarse 2 millones
de rúbricas.
Gaviria, después de reunirse con Chávez
en el Palacio de Miraflores, dijo sentir por el presidente venezolano "respeto
y admiración", y agradeció que le hubiera "otorgado el tiempo"
(de la reunión).
Aseguró también que se había superado
cualquier "equívoco" en relación con su presencia y la de
la OEA en el país, a la vez que garantizó imparcialidad.
Esto sonó a disculpa, después que Chávez le recriminó
anoche que no hubiera buscado reunirse con él desde que llegó
al país para seguir de cerca el proceso, como hubiera correspondido
por protocolo. Chávez también dejó en el aire la idea
de que sabía de encuentros del secretario de la OEA con sectores
opositores.
Anoche, después de un acto con miles de simpatizantes,
cantando, entre otras, fragmentos de la ranchera mexicana El rey,
el presidente, vestido con su clásica camisa roja, mostró
varias pruebas del fraude que habría realizado la oposición,
y luego se dirigió a Gaviria en su discurso, que terminó
mucho después de la medianoche.
Las causas del desencuentro
Momentos antes el secretario general de la OEA había
manifestado que "no se habían encontrado en el proceso elementos
que hagan pensar en un fraude generalizado", y añadió: "suponemos
que el gobierno y las fuerzas políticas que lo apoyan tienen elementos
de juicio que los van a hacer del conocimiento del Consejo Nacional Electoral
(CNE)".
Fue esa declaración la que provocó la reacción
de Chávez, quien le pidió "moderación. Debe ser que
usted está mal informado, porque se la pasa con la gente de oposición.
Se pasó de la raya".
Irónicamente, Chávez mencionó que
posiblemente Gaviria estaba "muy ocupado" para reunirse con él,
y le señaló que el presidente de "un país libre, soberano
e independiente merece respeto".
Esta mañana, durante la reunión, el mandatario
informó a Gaviria sobre las irregularidades denunciadas por el oficialismo,
que ha venido alertando sobre un "gigantesco fraude" con votos con cédulas
de fallecidos y presiones de los empresarios para que los empleados presentaran
constancias que eran entregadas en las mesas recolectoras de firmas.
Este día el debate sobre las jornadas de recolección
de firmas, la primera realizada por el gobierno para revocar el mandato
a 37 diputados y la segunda por la oposición para recortar
el mandato presidencial, se trasladó a la Asamblea Nacional, donde
se entrecruzaron denuncias mutuas.
El clima en las filas de la oposición continúa
siendo moderado, pese a que anunció que sobrepasó el número
de rúbricas, lo cual llama la atención de los analistas.
Discursos y escritos instando a la tranquilidad y a olvidar el pasado provocan
especulaciones. Algunos plantean que la oposición habría
logrado sólo 2 millones de firmas y otros afirman que 4 millones.
Por ahora no hay cifras del CNE ni habrá por lo
menos en 30 días, según se anunció.
También llamó la atención el súbito
giro estadunidense en su política hacia Venezuela, que ayer se hizo
patente con la visita del embajador Charles Shapiro al canal de televisión
estatal, y hoy con la llegada del subsecretario de Estado para América
Latina, Peter Deshazo, en un aparente intento por mejorar las relaciones
entre Washington y Caracas.
El funcionario mantendrá reuniones con el vicepresidente
José Vicente Rangel, el canciller Roy Chaderton, el ministro de
infraestructura Diosdado Cabello -quien recientemente estuvo en Washington-
y el ministro del Interior Lucas Rincón.
Por su parte, Jennifer McCoy, representante del Centro
Carter, quien también dijo esperar que el tema de las irregularidades
lo resuelva el CNE, ratificó el ofrecimiento de colaborar con esa
institución y la OEA en la verificación de las rúbricas.
El firmazo, como lo denominaron los opositores,
culminó tras cuatro días que tuvieron al país en vilo.
Se había hablado en el oficialismo de un plan B, que preveía
el anuncio de haber logrado más de 4 millones de firmas, y ante
cualquier denuncia del gobierno lanzar movilizaciones combinadas con un
programa terrorista, que ya se ha probado en algunos atentados este año,
aunque en pequeña escala.
Asimismo trascendió la existencia de una propuesta
de que si se lograba superar la cifra de firmas necesarias para pedir el
referéndum, se llamaría a ir directamente a Miraflores para
pedir la salida inmediata de Chávez. Todos estos datos crearon una
atmósfera de alerta que aún no se ha disipado del todo.
Muchos analistas temen que la oposición "traiga
algo entre manos", dado que han bajado -al contrario de su habitual forma
de actuar- los decibeles en el discurso confrontativo a nivel de
dirigencias. Este día la Central de Trabajadores de Venezuela (CTV)
-que jugó un papel preponderante en el derrotado golpe de Estado
del 11 de abril de 2002 y en el llamado golpe petrolero (la huelga de directivos
del sector) de fines del año anterior y comienzos del presente,
el cual produjo severos daños económicos al país-
publicó un anuncio de página entera en el diario El Nacional,
en el cual considera que es el "día de la victoria de los ciudadanos".
Curiosamente, después de sus arremetidas contra el gobierno, ahora
habla de que "ayer pensábamos que nuestro país estaba dividido
en dos bandos: la oposición y el oficialismo. Hoy se revela unido
y decidido a congregarse democráticamente para decirle no al enfrentamiento,
no a la violencia, no a los que la protagonizan". A renglón seguido,
agradece efusivamente a los miembros de las fuerzas armadas que "sin ellos
ningún proceso democrático hubiera sido posible y que, con
algunas excepciones, supieron mantenerse apolíticas y fieles a la
Constitución". Luego, remarcado en negritas, aparece un "eso no
se olvidará", como si fuera un mensaje especial.
De igual forma, la CTV menciona que los trabajadores estarán
"particularmente vigilantes para que todo lo referente a la candidatura
presidencial de la oposición sea discutido sólo a partir
del momento de la convocatoria al referéndum. Nadie por su ambición
personal podrá poner en peligro la unidad de la oposición".
Evidentemente es un mensaje para algún sector, ya que el desplegado
también menciona que "a nosotros incumbe, de aquí en adelante,
la movilización y unificación de todas las fuerzas para la
reconstrucción nacional".
Por lo pronto, después del firmazo, ahora
se instala el debatazo, que estará en pantalla en estos días,
sobre la cantidad de firmas reunidas.
El vicepresidente Rangel sostuvo anoche que no se habían
reunido las rúbricas necesarias y que la oposición no podía
continuar en el pasado. "Los derrotamos en abril (2002), en diciembre-enero
y los volvimos a derrotar en las calles", sostuvo.
El clima político es muy curioso: la oposición
dice tener casi 4 millones de firmas y está casi en silencio, mientras
el gobierno muestra sus cuentas y denuncia graves irregularidades, entre
ellas tener un comprobante para cobrar jubilaciones en algunos estados
gobernados por la oposición y para que los trabajadores mantuvieran
sus puestos de trabajo.
El oficialismo y algunos observadores señalan que
muchas anomalías fueron filmadas, como el caso de la entrega de
la extraña "tarjeta-comprobante". Por otro lado, se informó
sobre la detención de personas que portaban cédulas falsas
y la duplicación de firmas.
Pero a pesar de la sorprendente calma opositora, ya comenzaron
algunas peligrosas advertencias a las autoridades electorales. Bajo el
título "La hora de la verdad", El Nacional sostiene que el
Consejo Nacional Electoral debe estar "advertido" de que si a un ciudadano
que ejerce un derecho se le anula su expresión manifestada en la
firma, "ello no mata la voluntad que lo llevó a firmar. Negar arbitrariamente
un derecho ejercido pacífica y lícitamente es peligroso.
Hacerlo en magnitudes tales que las anulaciones lleguen a ser suficientes
para revertir el enorme exceso del mínimo requerido es abrir las
puertas al derecho a la rebelión".
Aún más: "Si el CNE hace lo que no debe
hacer y atiende sumisamente el absurdo alegato de megafraude, atiende las
sinrazones alegadas y paraliza el proceso, la responsabilidad histórica
de lo que suceda caerá sobre sus hombros y el golpe de Estado que
con ello se iniciará llevará a la activación de los
mecanismos de la Carta Democrática Interamericana". Detrás
de la aparente calma puede venir la tormenta.
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