.. |
México D.F. Miércoles 3 de diciembre de 2003
Ultima función de su obra Las que
me sé en el escenario del Helénico
Irrenunciable, el delirio de hacer mis propios espectáculos:
Jeanette Macari
La mezzosoprano propone una conjunción de vodevil,
music hall y teatro de revista
ERICKA MONTAÑO GARFIAS
En
cada actuación, Jeanette Macari sorprende no sólo al público,
sino a sus músicos e iluminadores quienes no saben qué esperar.
Les llega una broma, un cumplido o un salto de un lado al otro del escenario,
abanico en mano, con tal de encontrar la sincronía entre su aparición
y la luz. Jeanette juega, canta y critica, se viste y desviste en Las
que me sé, espectáculo que conjuga el vodevil, el music
hall y el teatro de revista, que tendrá una última función
este jueves en el teatro Helénico.
Hago este espectáculo para que nos demos cuenta
de que estamos vivos, manifiesta la mezzosoprano en entrevista con La
Jornada. ''Muestro todo: mi corazón, mi voz, mis piernas, mi
piel, mi ventura, mis desventuras que son las de muchas personas. No es
que sienta que refleje nada, sino que hablo y digo muchas cosas. Improviso
y cuento cosas de mí, estos actos son autobiográficos, catárticos.
Cuento lo que me pasa, pero sobre todo me burlo de mí misma. El
público entonces ve que lo más dramático puede ser
lo más cómico: haber tenido varios maridos y no quedarse
con ninguno puede ser tristísimo o puede dar mucha risa".
Navegante por varios mares
Jeannete inició su carrera cantando con su hermano
Eblen Macari. Cuenta que tomaban canciones folclóricas, ''las descomponíamos
y hacíamos algo que ahora se llama fusión, pero en aquella
época no tenía una etiqueta muy clara". Luego pasó
al conservatorio, ya que otra de sus líneas era la música
renacentista, y ''ahí me atrapó la ópera porque advertí
que la voz puede alcanzar niveles insospechados". Estudió también
en la Guildhall School of Music and Drama de Londres y en 1985 debutó
en el Palacio de Bellas Artes. En su repertorio se encuentran obras como
La vide breve, Madama Butterfly, El murciélago
y Carmen, y tiene entre manos un proyecto llamado Opera mambo.
A la par de su carrera operística se involucró
en la producción de sus propios espectáculos de cabaret,
lo que le valió críticas en el medio. ''Canto ópera
y el cabaret es mi vía alterna. He navegado ya por varios mares:
tuve una formación académica, fui a Inglaterra; canté
ópera, trabajé desde muy chiquita en Bellas Artes y al mismo
tiempo hice otro tipo de espectáculos, pero eso en lugar de ser
un plus era una guerra en el medio, en nuestro pequeño medio cultural
mexicano. Eso me empezó a pesar después de varios años,
porque llega el momento en el que quieres apoyo y reconocimiento, pero
tampoco eres mártir de nada", y subraya: ''Un artista mártir
ya no es artista. Hay que sufrir lo que se sufre en las venas, pero no
sufrir lo que pasa cada seis años con los funcionarios de este país".
En este momento, añade, ''las cosas ya cambiaron
y ahora se acepta que Bocelli cante ópera y otro tipo de canciones"
al igual que con Plácido Domingo.
La necesidad de contar sus propias historias la llevó
al cabaret, sobre todo ''porque no soy seguidora de un solo tipo de música
o solo de lo clásico. La ópera da muchas cosas, pero hacer
mis propios espectáculos es un delirio muy especial al que no quiero
renunciar".
Quizá, expresa, ''me dediqué a la ópera
porque no iba a poder ser una vedete como me hubiera gustado, pues no había
las condiciones. Nací en un momento en que el cabaret y el gran
teatro de revista mexicano estaban viniéndose abajo y siguen abajo.
Espectáculos como Las que me sé son como un recuerdo
del cabaret de El Patio, el Teatro Lírico, del Esperanza Iris, del
Margo, que ahora es el Blanquita".
Las que me sé, con repertorio integrado
por piezas de Kurt Weill, Cole Porter, Maurice Yrain, González Malbrán,
Joseph Kosma y Silvio Rodríguez, entre otros, presenta este jueves
su última función a las 20 horas en el teatro Helénico
(avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn).
|