Estima juez que el número podría ascender a 600

Demanda la justicia chilena al ejército precisar cifra de detenidos-desaparecidos

ENRIQUE GUTIERREZ CORRESPONSAL

Santiago, 5 de diciembre. La justicia chilena determinó solicitarle al ejército que precise el número de detenidos-desaparecidos cuyos cuerpos fueron lanzados al mar entre 1974 y 1975, en los primeros años de la dictadura pinochetista.

Para tal efecto, el juez especial Juan Guzmán Tapia se reunió este viernes con el general Juan Carlos Salgado, jefe del estado mayor de la Defensa Nacional, quien fue parte de la llamada Mesa de Diálogo, que reunió a civiles y militares en 2000 para conocer justamente la suerte de los detenidos-desaparecidos.

La cita de Salgado con el juez se hizo tras recibir éste el testimonio de 12 mecánicos del comando de aviación del ejército, quienes recientemente le informaron que cerca de 400 ejecutados fueron arrojados al mar desde helicópteros, con el propósito de desaparecer sus restos. Guzmán Tapia no descarta que serían más de 400 y posiblemente hasta 600.

El ejército ha reconocido más de un centenar de casos que afectaron a los sectores políticos allegados o simpatizantes del derrocado gobierno constitucional socialista de Salvador Allende, e incluyendo al menos a dos funcionarios del Palacio de La Moneda ejecutados y arrojados sobre una zona montañosa.

Se informó de la exhumación, en un cementerio de la ciudad de Talca, de los cuerpos de una pareja de profesores y de su hija de seis años, ejecutados por la policía poco días después del golpe militar del 11 de septiembre de 1973, acorde con una orden del juez Gerardo Bernales, quien investiga el caso.

La fiscalía militar de la región de Punta Arenas resolvió abrir proceso contra cuatro agentes secretos implicados en un caso de espionaje al consulado argentino en la ciudad de Punta Arenas, cuyo escándalo provocó la remoción de altos mandos del ejército.

Por último, la Corte Suprema de Justicia suspendió por cuatro meses al juez Daniel Castro, involucrado en un escándalo al admitir que era cliente de un sauna gay en momentos en que investigaba un caso de pederastia que sacude a la clase política.