México D.F. Sábado 6 de diciembre de 2003
Exhibe una instalación itinerante en la octava Bienal de La Habana
Pablo Helguera disecciona cómo la telenovela nos crea cierta identidad
''Es el invento comercial más efectivo jamás ideado'', considera el artista mexicano
GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL
La Habana, 5 de diciembre. La telenovela es el ''invento comercial más efectivo jamás ideado", dice Pablo Helguera, artista mexicano que se ha sumergido en ese género para desmenuzarlo. ''Ningún otro vínculo se presenta tantas veces ante un mismo público anunciando los mismos productos en un periodo tan extenso de tiempo".
''Puedes estar años viendo la telenovela que te anuncia el detergente equis miles de veces o que lo va insertando en la historia de una forma positiva."
Helguera (1971), quien reside en Nueva York, vino a la octava Bienal de La Habana para presentar su instalación Instituto de la telenovela, proyecto artístico itinerante, basado en la disección del fenómeno y en el que participan sus protagonistas, autores o consumidores.
El autor expresa a La Jornada que su interés nació el año pasado, cuando descubrió en Europa del Este el impacto que tenían las telenovelas: en 1992 la cadena rusa Commonwealth Channel compró Los ricos también lloran, que vieron unos 200 millones de rusos; el último día de transmisión fue de luto nacional y ha sido de lejos la telenovela más vista en la historia de ese país.
Los rusos comenzaron a peinarse o a pintarse el pelo como los protagonistas. Generaciones enteras de rusos se llaman Verónica y Rogelio, por los protagonistas (Verónica Castro y Rogelio Guerra). Hasta perros y gatos fueron nombrados así. En Azerbaiján y Kazajstán, cuenta Helguera, si saben que eres mexicano, las personas sonríen y te dicen: Bogaty tozhe plachut, o sea, ''los ricos también lloran".
La exportación de telenovelas, uno de los segmentos más rentables de Televisa, ''ayudó a definir la identidad mexicana para millones de personas", dice el artista.
Además de un gran negocio, ''la telenovela es un factor decisivo de influencia sociocultural, el género de ficción más popular", considera. ''Ninguna otra forma televisiva de ficción ha tenido más espectadores en más países durante tanto tiempo".
Circulación de mano en mano
En 1998, relata Pablo Helguera, Los ricos también lloran fue una de las pocas cosas que unieron a serbios y croatas, que hicieron treguas de facto para ver la serie y ahora Israel es el que más consume telenovelas en el mundo. En Costa de Marfil, país islámico de Africa, durante el Ramadán (época de máxima observancia religiosa) de 2001, la oración nocturna cambiaba de horario para que los fieles pudieran ver Marimar, que protagoniza Thalía.
Cuando Thalía fue a Filipinas en 1996, mientras se exhibía la serie, hubo que disponer de dos estadios deportivos para reunir a la gente que quería verla. Verónica Castro fue recibida como heroína por Boris Yeltsin en Moscú.
Cuando Casandra se puso en Bulgaria, la gente viajaba a la frontera con Yugoslavia. Por 10 dinares (dos dólares), los búlgaros narraban el curso de la historia a los yugoslavos, que iban unos 10 capítulos por detrás, relata Helguera.
El artista recogió aquí la información de que telenovelas como la brasileña El clon o las mexicanas Abrázame muy fuerte y Velo de novia, circulan profusamente de mano en mano, en videocasetes que se alquilan a 10 pesos cubanos (unos 40 centavos de dólar) cada dos días.
Helguera dice que el impacto masivo de las telenovelas tiene referencias notables: en 1974, en Perú, después que se exhibió Simplemente María (una sirvienta que aprende a coser y termina como una modista millonaria), se disparó la matrícula de las clases nocturnas y la venta de máquinas de coser.
Cuba, cuna de la radionovela y telenovela
Las telenovelas mexicanas, brasileñas o venezolanas están ''cuidadosamente construidas para que puedan verlas los públicos externos", dice Helguera. Ahora el gran experimento es la telenovela de Miami, en la que varias empresas intentan una serie que pueda ser vista en muchos lados, con personajes tipo. ''Todos están haciendo pequeños experimentos piloto para llegar a esa telenovela global latinoamericana".
Pero la potencia es México. Las telenovelas mexicanas están traducidas a 138 idiomas y se exportan desde 1958. ''Nosotros tratamos de mostrar la enorme influencia que tiene la telenovela y la manera en la que va construyendo nuestra identidad externa", dice Helguera de su proyecto.
El artista explica que quiso venir a Cuba por ser el país donde nacieron la radionovela y la telenovela y porque ha sido un punto de contacto entre América Latina y Europa del Este. Aquí habló con personas octogenarias, que quizá fueron las primeras que oyeron radionovelas.
Actores, directores, guionistas, especialistas, críticos y público de esos géneros, pasaron por el salón que montó Helguera en el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, para aportar su testimonio o su reflexión.
''La telenovela es parte de la vida diaria de los cubanos y este país es la cuna de la radionovela y de la telenovela latinoamericana", señala Helguera. Los primeros guionistas eran cubanos. El ejemplo paradigmático es Félix B. Caignet, autor de El derecho de nacer. ''Cuba tiene una tradición rica en cuenteros. Las cigarreras que elaboran los puros siempre tienen a alguien al frente, leyendo cuentos en voz alta y aquí cualquier cubano te suelta miles de cuentos".
La instalación es una sala llena de información, fotos, claves e iconos telenovelescos. En su momento de máxima tensión, el local reúne a observadores desde dentro y desde fuera de las series, para cruzar sus visiones del mismo objeto, que se refleja en una revista con la foto de la modelo Daisy Fuentes, en imágenes gigantes de Amarte es mi pecado o en una esquina, en un video en blanco y negro, en un parlamento de Enrique Lizalde.
''El proyecto es un híbrido, porque se puede ver como obra artística, pero también como concepto cultural; hacemos conferencias, publicaciones, buscamos fondos y tratamos de presentar toda la información posible sobre el mundo de la telenovela."
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