REPUBLICA DE PANTALLA

Jenaro Villamil

Sociedad de la información, en las cavernas de la Matrix

México ante la cumbre de Ginebra: ciudadanos marginados
Exhibicionismo en el PRI; el fin de la omertá

POR PARADOJICO QUE parezca, en vísperas de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI), que se realizará entre el 10 y el 12 de diciembre en Ginebra, bajo los auspicios de la ONU, la posición del gobierno mexicano constituye uno de los mejores ejemplos de desinformación y exclusión que nos colocan no en los albores de la era digital sino en las cavernas de la fantasía cinematográfica de la Matrix.

LA SECRETARIA DE Comunicaciones y Transportes y la de Relaciones Exteriores son las responsables de llevar la posición de nuestro país a esta reunión internacional que discutirá los derechos humanos fundamentales frente al avance de las tecnologías de la información, la superación de la brecha digital, el acceso ciudadano a estas tecnologías y la construcción de una sociedad del conocimiento que vaya más allá del tema de la libre competencia de los mercados en informática. Sin embargo, no se conoce cuáles serán las posiciones que defenderá México frente a esta cumbre. Los medios prácticamente han pasado por alto la cobertura y la discusión de este proceso y son sólo un puñado de redes civiles y de organismos académicos y privados quienes están realmente involucrados en el proceso.

LA INCAPACIDAD DE la SCT para socializar y generar un debate amplio y democrático se confirmó una vez más. Ya en mayo de este año, ninguno de los representantes de esta dependencia participó en el foro El reto de México ante la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, organizado por el Senado de la República. Ahí se contó con la presencia de especialistas de primer nivel como Bert Hoffman, del Instituto Iberoamericano de Hamburgo; Armand Mattelart, actual profesor en ciencias de la información y de la comunicación en la Universidad de París, o Sally Burch, de la Universidad de Warwick, Inglaterra. Un comunicado que circuló la semana pasada por parte de la SCT y la cancillería ignora muchos de los planteamientos fundamentales que expresaron una veintena de organismos y redes civiles que, entre otros puntos, demandaron:

A) GARANTIZAR EL derecho de comunicación como un derecho humano.

B) ESTABLECER QUE el espacio radioeléctrico es un bien común de la humanidad.

C) RECONOCER EL carácter de la radiodifusión como servicio público y reconocer a las radios comunitarias.

D) PARTICIPACION DE la sociedad civil en la construcción de políticas públicas de comunicación.

E) CONCEBIR A la radio como uno de los medios más importantes, y la nueva tecnología en Internet utilizarla para otorgar mayor potencial a este medio tradicional.

TAMBIEN SE EXCLUYERON las demandas de las comunidades indígenas para acceder a las tecnologías de acuerdo con sus necesidades de desarrollo y sus demandas de autonomía. Se minimizan posiciones fundamentales en el debate actual como la defensa de la libertad de expresión frente a las políticas revividas de censura de la "guerra contra el terrorismo" a través del ciberespacio, emprendidas por el gobierno de Washington, la defensa de la privacidad en Internet, el impulso de contenidos nacionales para la red e, incluso, una de las propuestas más atrayentes planteadas en el foro del Senado de la República: alentar el desarrollo de un software nacional y promover un software libre, que haga equilibrio ante los grandes monopolios de la informática (léase Microsoft), que ejercen un verdadero papel de superestructura global.

Rezagos y desafíos

LA PREVISIBLE POSICION del gobierno mexicano es correlativa con su menosprecio a la articulación de una auténtica política pública en materia de sociedad de la información, o lo que otros especialistas han denominado la "auténtica sociedad del conocimiento". De entrada, durante los regímenes priístas este tema estuvo prácticamente vetado o marginado. En el gobierno foxista, la agenda la concentró la SCT, en lugar de la Secretaría de Educación Pública o el Conacyt, y se ha limitado a la propuesta de e-mexico, desarticulada de la discusión sobre el derecho de acceso a la información pública, los derechos civiles frente a las nuevas tecnologías. Se ha subordinado la discusión a la utilización de las nuevas tecnologías, a la teleconectividad en algunas comunidades, en un marco económico que agudiza las desigualdades y en un régimen jurídico que favorece la concentración monopólica de los grandes consorcios mediáticos, informáticos y de telefonía.

DE ACUERDO CON los documentos preparatorios de la cumbre de Ginebra, la sociedad de la información se define como "una nueva forma de organización social, más compleja, en la cual las redes TIC (tecnologías de la información y la comunicación) más modernas, el acceso equitativo y ubicuo a la información, el contenido adecuado en formatos accesibles y la comunicación eficaz deben permitir a todas las personas realizarse plenamente, promover un desarrollo económico y social sostenible, mejorar la calidad de vida y aliviar la pobreza y el hambre".

ESTA COLECCION DE buenos propósitos y deseos se enfrenta en México a circunstancias muy particulares de rezago:

1. LA BRECHA DIGITAL. Nuestro país está definido como la novena economía a escala mundial por el tamaño de su producto interno bruto, pero ocupamos el lugar 47 en cuanto a aptitud de aprovechamiento de las tecnologías de información, según datos proporcionados por Javier Lozano, presidente del Instituto del Derecho de las Telecomunicaciones. En nuestro país el número de usuarios frecuentes de Internet asciende a apenas 10 por ciento de la población total, de los cuales 42 por ciento se concentra en el valle de México. En contraste, las poco más de 600 millones de personas en el mundo con acceso a Internet se concentran en naciones como Estados Unidos y las que conforman la Unión Europea, que acaparan 67 por ciento de los usuarios de Internet, aunque en estos sitios radique apenas 13 por ciento de la población mundial.

2. REZAGO EN DESARROLLO TECNOLOGICO Y CONTENIDOS. La llamada "brecha digital" también se mide en el nivel de desarrollo tecnológico propio y de contenidos de cada nación o de cada región mundial. De los 50 indicadores que la Unión Internacional de Telecomunicaciones estableció para medir el desarrollo de estas tecnologías, México sólo cumple con 40 por ciento, mientras naciones como Chile cumplen con 76 por ciento de estos indicadores. Existe un enorme rezago en contenidos y acceso a los contenidos de la tecnología digital. El ciber-analfabetismo en este terreno es muy fuerte y no se resuelve sólo con proyectos aislados y de relumbrón como "libros de texto electrónicos" o una red de computadoras en todas las escuelas sino con la posibilidad de generar auténtico conocimiento y saber social y ciudadano.

3. REZAGO JURIDICO. No se puede pensar en un modelo público de sociedad de la información en México cuando tenemos un rezago en materia jurídica alarmante: nuestra Ley Federal de Radio y Televisión data de 1960 y en lugar de democratizarla se ha reforzado el carácter discrecional y concentrador; nuestra legislación en materia de telecomunicaciones está atorada frente a poderosos intereses monopólicos (léase Telmex), y la incipiente discusión sobre el derecho a la información no ha llegado al nivel de ciudadanización que se incorpore como una agenda constante ya no sólo de elites académicas o civiles.

ES IMPORTANTE ABRIR una discusión amplia que difunda lo que en Ginebra se discutirá y que en Túnez, en 2005, continuará. Es recomendable revisar las ponencias y la discusión recogidas en el libro El reto de México ante la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información. Los números más recientes de la Revista Mexicana de la Comunicación y de la publicación especializada Zócalo contienen artículos y ensayos importantes en esta materia.

PRI, el fin de la omertá

PREVISIBLEMENTE LA telenovela política del PRI continuará acaparando la atención de los medios informativos, impresos y electrónicos durante la próxima semana. Más de 200 horas de tiempo-aire en los noticiarios radiofónicos y televisivos se consumieron esta semana en la pugna entre Elba Esther Gordillo y Roberto Madrazo, en un ejercicio de exhibicionismo de la incapacidad democratizadora de los grupos de interés y corrientes que conforman el Revolucionario Institucional. El nivel de credibilidad es prácticamente nulo frente a lo que ya es una posición común en la opinión pública: "el PRI no tiene remedio" y "no hay a quién irle".

EN TERMINOS DE comunicación política, lo que está sucediendo bien puede ser considerado como el fin de la omertá o del pacto de silencio, complicidad y disciplina que ha caracterizado a las grandes redes de mafias y de grupos de interés en la política y en los negocios. El nuevo deporte interpriísta es exhibir al contrario sin caer en la cuenta de que las culpas que se le achacan al otro son confesiones de adhesión a una cultura política autoritaria que significó durante años el pegamento institucional del partidazo: Ƒpor qué Miguel Angel Yunes no dijo nada antes sobre el "papel represor" de Emilio Chuayffet en Acteal? ƑDesde cuándo el SNTE se olvidó que ya no era, por estatutos, una estructura corporativa al servicio de su "líder moral" y del PRI? ƑPor qué Elba Esther no denunció las "presiones" de Roberto Madrazo para proponer un IVA de 5 por ciento en su momento? ƑDesde cuándo 15 gobernadores del PRI se dieron cuenta de que Roberto Madrazo es antidemocrático? ƑDesde cuándo se convirtieron en democráticos todos los protagonistas actuales que sirvieron como operadores salinistas de la frustrada "rebelión de las bases" de la 14 Asamblea Nacional del PRI en 1990, justo cuando Luis Donaldo Colosio presidía el partido?

EL FIN DE LA omertá es un juego de suma-cero para el PRI. Todo lo que pierda su inefable lideresa también arrastrará a su otrora socio en la dirigencia nacional del PRI. Difícilmente de las cenizas del enfrentamiento surgirá una opción ganadora.

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