México D.F. Domingo 7 de diciembre de 2003
Juan Saldaña
Jóvenes diputados
Utilizar la vía del amparo para contener los efectos de la decisión priísta de remover a la maestra Elba Esther Gordillo de la coordinación del grupo parlamentario de ese partido en la Cámara de Diputados resulta no solamente improcedente sino desproporcionado y absurdo. Estamos encarando en este sainete la decisión de un grupo de diputados priístas, no un acto de autoridad constituida.
Y si se trata de una medida realmente doméstica, atribuible a un suceso interno, de un grupo de legisladores priístas, Ƒa qué viene todo este escándalo?
Porque en el curso de muy pocos días y aún hasta ahora los inveterados lectores de los cotidianos y los sempiternos interpretadores de la realidad tropezamos con la nota, verdaderamente grotesca, sobre la forma en que concluye una más de las "puestas en escena" de este novel desempeño del PRI, que navega, muy a su pesar, por los agitados mares de la oposición política.
ƑQué le está ocurriendo al PRI? ƑQué ocurre con los atildados miembros de su dirigencia nacional?
Como parte del intento de sacarle provecho al sainete que representaron la semana pasada los más conocidos personeros del PRI y, de manera específica, para referirnos, por su ejemplaridad, a la remoción de Elba Esther, debiéramos comenzar por reconocer el enorme y desproporcionado escenario que se armó por clara decisión de ambas partes, solamente para registrar el retiro de la maestra Gordillo de la comisión que aún desempeñaba al frente de la diputación priísta.
Vale insistir. La decisión sobre quién deba coordinar a cada grupo parlamentario compete única y exclusivamente al partido que lo postuló. Pero sobre esto no cabe la menor duda. Por ello, preguntemos a la norteña: Ƒpor qué tanto brinco, estando el suelo tan parejo?
ƑQué quieren los priístas? Muy bien, si lo que se desea es hacer a un lado a la maestra Gordillo, a quien se elogió, fortaleció y respaldó en el pasado muy cercano. Entonces comencemos por evidenciar la enorme carga histórica de su dirigencia sindical. Los cargos que le enderezan los grupos disidentes del magisterio son de considerar, pero a condición de que se sea congruente en las denuncias, que se cuente con pruebas objetivas que permitan la formulación de un juicio real, más que la absurda cascada de gritos y ademanes violentos.
ƑSe desea evidenciar que la cercanía de la maestra al presidente Fox y a su señora esposa constituye descabellado peligro para la grey priísta y para su dirigencia? ƑOfrecen estas aproximaciones de la maestra con la pareja cumbre muestras ominosas para el otrora partidazo?
Con la conciencia clara de que las manipulaciones partidistas en el Congreso han dejado de ser consignas confidenciales de las dirigencias para convertirse en medidas a la vista de todos, aun así, habría que reconocer, como aspecto normal de la realidad, que todos y cada uno de los partidos representados al interior de la Cámara manejan una agenda privada que se corresponde con los intereses concretos de cada grupo parlamentario. Areas importantes del desempeño diputadil deben manejarse al interior de los grupos parlamentarios, sin obligación de publicitar decisiones, ni divulgar objetivos. Así es el manejo, y también estos usos forman parte de la democracia en las cámaras.
Formalmente no hay nada qué hacer ni qué decir de la remoción de la maestra. Las normas se han cumplido y, pues, quizá en lo único en lo que se ha incurrido es en un exceso de publicidad.
Pero, šoh necedad de la curiosidad humana!, nadie nos puede quitar de encima el profundo recelo sobre el último sentido de estos sucesos.
De entrada esta puesta en escena nos sirve para reconocer y ubicar con claridad el nivel ínfimo de desempeño de la política nacional. La despreocupada actuación del matrimonio presidencial, que se presta para constituir oportuno "paño de lágrimas"; la negativa insólita del presidente en turno de la Cámara de Diputados a despachar de mero trámite la notificación de uno de los partidos de registro legal en el Congreso; las promociones públicas del gang de la maestra y las aclaraciones tibias del partido involucrado.
En fin, todo ello apesta. Ojalá que los jóvenes diputados encuentren el camino que los aleje, cada vez más, de tales espectáculos.
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