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México D.F. Domingo 7 de diciembre de 2003
José Antonio Rojas Nieto
Impuestos y energía: primera nota
En dólares, este año nuestro producto interno bruto (PIB) será menor al de 2002: 610 mil millones contra 637 mil millones. En buen romance significa menor fortaleza económica. Sin embargo, y por curioso que parezca, fiscalmente seremos un poco más fuertes. Se captará un volumen mayor de impuestos: 110 mil millones de dólares contra 102 mil en 2002. ƑQué hará posible esto, si este año los ingresos tributarios estrictos (sin la renta petrolera, aunque sí con el impuesto especial a gasolinas y diesel y el IVA de los petrolíferos y del gas natural) serán inferiores a los de 2002: 85 mil contra 89 mil millones de dólares? La respuesta es simple: los impuestos petroleros serán muy superiores a los de 2002. ƑPor qué? Por la renta petrolera de 2003 que tradicionalmente representa más de la mitad del total petrolero.
Desmenucemos los componentes de los impuestos petroleros para comprenderlo. ƑCuántos componentes tienen los impuestos petroleros? Tres: 1) derechos de extracción de hidrocarburos (DEHC o renta petrolera); 2) impuesto especial a productos y servicios (IEPS o diferencia entre precio interno al público y precio internacional); 3) impuesto al valor agregado (IVA o ingreso por venta interna). Pero Ƒcuánto representa la suma de estos tres impuestos petroleros en el total de los ingresos del sector público? En 2001 con 34 mil millones de dólares, 32 por ciento, pero en 2002 sólo 29.6 por ciento, con 30 mil millones. Sin embargo, en 2003 con 41 mil millones, su peso alcanzará 37.2 por ciento, similar al del año 2000.
Por cierto, hay algo raro que no logro entender: a pesar de que en 2002 el precio internacional del petróleo y los ingresos por su venta externa fueron superiores a los de 2001, se registraron aportaciones petroleras inferiores. Y es que por derechos de extracción sólo se aportaron 14 mil 535 millones de dólares, mientras que en 2001 ese rubro concentró poco más de 20 mil millones de dólares y -según los datos oficiales a octubre- concentrará 25 mil 495 millones de dólares este 2003. Pero, formulemos de nuevo una pregunta: ƑCómo se determinan los montos de estos tres componentes de aportaciones petroleras (DEHC, IEPS e IVA)? De nuevo la respuesta es simple.
Veamos el primer caso, el de los derechos de extracción de hidrocarburos o renta petrolera, que en 2004 se pagarán por tres tipos de vías: 1) la ordinaria, que se propone represente 52.3 por ciento a la diferencia entre ingresos y gastos; 2) la extraordinaria, que representaría 25.3 por ciento de esa misma diferencia; 3) finalmente la tercera llamada adicional, que se reunirá aplicando una tasa de 1.1 por ciento a la misma diferencia. Por estos tres se entregará 78.7 por ciento de la diferencia entre ingresos (a precio internacional) y costos (a precio nacional). Pero, además, se entregarán otros derechos complementarios, incluido uno especial al gas natural, que en total y de aprobarse la iniciativa de Ley de Ingresos, le permitirían a la Secretaría de Hacienda captar 21 mil 699 millones de dólares sólo por este concepto, equivalente a cerca de 3.5 por ciento del PIB del año 2004.
ƑQué hace posible esa enorme cantidad de recursos por renta petrolera? Una vez más la respuesta es simple, aunque dolorosa: los bajos costos de producción de un crudo y un gas mexicanos que son exahustibles y no renovables, y cuyas reservas no sólo no se han recuperado sino que tienden a disminuir de manera muy significativa. Con el compromiso de señalar luego la lógica en la que opera la captación de ingresos petroleros a través de las otras dos vías (IEPS e IVA), permítaseme señalar que en total las aportaciones petroleras presupuestadas por estos tres tipos de recursos para 2004 serán de 33 mil 858 millones de dólares, siempre y cuando se cumplan cinco premisas: 1) producción cercana a los 3 millones 400 mil barriles al día; 2) exportaciones de crudo de un millón 900 mil barriles al día; 3) producción de gas natural cercana a 4 mil 500 millones de pies cúbicos; 4) precios internacionales de nuestro crudo de 20 dólares y tipo de cambio de 11.10 pesos por dólar en promedio; 5) finalmente, costos de producción no superiores a los 2.50 dólares por barril, asunto cada vez más difícil por el abandono de la inversión al que ha conducido, precisamente, esta viciosa y regresiva dinámica fiscal contra Petróleos Mexicanos (Pemex).
Ese total, por cierto, representaría 5.44 por ciento de un PIB estimado para 2004. Esta primer reflexión sobre estos números de las aportaciones petroleras al fisco nos conduce a una conclusión simple pero dramática: no hay ningún indicio que permita caracterizar la propuesta fiscal de hoy como una reforma fiscal integral y de fondo y, mucho menos, elaborada en una perspectiva de liberación gradual de Pemex del pesado fardo que representa su régimen fiscal y que, sin duda, conduce a esa falsa conclusión que hoy justifica, entre otras cosas, la inversión extranjera en la explotación de nuestras reservas de crudo y gas natural: Pemex no tiene dinero para su fortalecimiento productivo y requiere inversión externa para ello. šNada más falso! Y, sin embargo, muy cierto es que la condición del fortalecimiento interno de Pemex es una verdadera y auténtica reforma fiscal de fondo que, sin duda, exigiría amplio consenso y varios años para implantarse de verdad. Pero de eso, nada en la propuesta gubernamental de hoy. Ni en ninguna otra. ƑMe equivoco, Gus? šLamentablemente, creo que no!
NB. 1) Con inmenso cariño vaya mi abrazo fraternal a las familias Ortiz y Herrasti por la partida de nuestra querida China. Mucho aprendimos de ella, quienes la admiramos en permanente lucha por la justicia y por la solidaridad con quienes más lo necesitan. šUn gran beso, Chinita, dondequiera que estés! [email protected]
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