México D.F. Domingo 7 de diciembre de 2003
Si Berlusconi no rectifica crecerán protestas,
advierten
Marchan más de un millón de italianos
contra cambio a sistema de jubilaciones
AFP Y REUTERS
Roma, 6 de diciembre. Más de un millón
de italianos marcharon en esta capital convocados por las tres mayores
centrales sindicales para protestar contra las reformas al sistema de jubilaciones
propuesto por el primer ministro Silvio Berlusconi.
"Somos más de millón y medio de personas",
anunció el líder de la central sindical católica CISL,
Savino Pezzotta, durante su intervención en la Plaza de San Giovanni,
que fue interrumpida por cantos y consignas contra la reforma.
"Ante esta gigantesca y extraordinaria manifestación
el gobierno debe reflexionar, porque si sigue adelante con su política
la protesta crecerá, se expandirá", afirmó el líder
del mayor sindicato del país CGIL, Guglielmo Epifani, hablando desde
un palco.
"Defiende el futuro", "Queremos vivir, no sobrevivir",
gritaban cientos de manifestantes provenientes de casi todas las regiones
del país, que llegaron en cerca de 3 mil autobuses y 40 trenes.
Convocados
por la izquierdista CGIL, la católica CISL y la centrista UIL, que
en total afilian a más de 11 millones de trabajadores, los manifestantes
comenzaron a desfilar a las 10 de la mañana, ya que la marcha debió
anticiparse una hora por la enorme afluencia de personas provenientes de
todo el país, lo cual sorprendió a los organizadores.
Aunque la policía estimó que sólo
unas 200 mil personas se movilizaron, los organizadores señalaron
que más de millón y medio participaron.
Actualmente Italia tiene más de 23 millones de
asalariados y 7 millones de jubilados, de una población de 57 millones.
Los italianos pueden retirarse a los 57 años si trabajaron y contribuyeron
al sistema de pensiones durante 35 años. La reforma propuesta por
el gobierno de Berlusconi busca que los hombres se retiren a los 65 años
y las mujeres a los 60, o después de aportar al sistema 40 años.
Además el proyecto de enmienda introduce la obligación de
cotizar en fondos de pensiones complementarios, lo cual ocasionará
que buena parte de los trabajadores deba pagar seguros privados para garantizarse
una mejor vejez.
El gobierno argumenta que el sistema de pensiones italiano
es uno de los más costosos de Europa, puesto que representa poco
más de 15 por ciento del producto interno bruto. La baja tasa de
natalidad y el aumento de las expectativas de vida son otros argumentos
esgrimidos por Berlusconi para reformar el sistema de retiro.
En 1994 el gobierno de Berlusconi no logró imponer
una reforma parecida, la cual fue rechazada en una manifestación
histórica convocada por los sindicatos, que movilizó en Roma
a casi un millón de personas.
Nueve años después las posiciones del gobierno
y de los sindicatos parecen de nuevo irreconciliables. La coalición
gubernamental está decidida a imponer una serie de reformas que
van del sistema de televisión y radio públicas al régimen
de pensiones.
El ministro del Trabajo, Roberto Maroni, solicitó
a los sindicatos que presenten "propuestas alternativas" antes del 11 de
diciembre, lo cual fue rechazado por ellos, pues consideran "inaceptable"
la política económica del gobierno.
Ante la masiva movilización, una de las más
numerosas en la historia del sindicalismo italiano, el gobierno acusó
a la izquierda de querer "politizar" la reforma, y confirmó que
no cederá ante las presiones.
"La izquierda se movilizó masivamente con sus dirigentes
y activistas para apoyar la protesta sindical. Que no se hagan ilusiones,
porque no vamos a ceder", declaró el viceprimer ministro, Gianfranco
Fini, de la neofacista Alianza Nacional.
Por su parte, Epifani, líder de la CGIL, afirmó
que "la gran mayoría en la nación pide cambios pero no políticas
que sólo ayudan a unos pocos y ponen en desventaja a jóvenes,
trabajadores, clase media y ancianos".
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