Busca el gobierno fortalecer el miedo y la manipulación

Los apagones, estrategia deliberada, dice el SME

Con ellos se pretende inducir a la apertura del sector, sostiene

PATRICIA MUÑOZ RIOS

El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) afirmó que los apagones que se han resentido en el país responden a una estrategia deliberada de las autoridades de Energía para fortalecer el ''miedo y la manipulación'' e inducir a la apertura de este sector.

Un análisis elaborado por técnicos y especialistas del SME expone que no se puede demostrar técnicamente que los apagones son provocados, pero ''casualmente'' favorecen las campañas pro privatización que lleva a cabo el gobierno; se dan en momentos clave, como el inicio de periodos legislativos; no tienen razón técnica; son masivos; no entran en operación los productores independientes ni los sistemas de respaldo, y sobre todo advierten al país de un posible colapso eléctrico, que nadie desea.

Según indica el documento, cuando se da una caída del servicio debieran entrar inmediatamente en operación generadores de respaldo que están instalados para funcionar cuando se registra una interrupción; sin embargo, esto no sucede, o bien tendrían que operar plantas de productores independientes de energía, y tampoco esto ha ocurrido.

Esto último se da por ''el inconveniente de que centrales particulares extranjeras estén conectadas a las redes nacionales y no entiendan la urgencia de un disturbio de tales dimensiones'', y tampoco responden a los reglamentos, que indican que su obligación es responder a esta emergencia. De forma que éste es el primer aviso de que lo que interesa a las trasnacionales es la rentabilidad antes que el servicio público, detalla el documento.

Establece que desde los funcionarios de la Secretaría de Energía y de la propia Comisión Federal de Electricidad hasta el presidente Vicente Fox han utilizado los apagones como medio para intimidar a la población e impulsar en forma simultánea sus propuestas de reforma eléctrica. ''Olvidan'' que el margen de reserva de este recurso es ahora de 27 por ciento y que este nivel se ha recuperado, toda vez que la situación ha mejorado por las abundantes lluvias, y que incluso la propia CFE ha señalado que el abasto está garantizado hasta 2007.

El informe llama la atención sobre el hecho de que las interrupciones del servicio de energía eléctrica coinciden con momentos en los que el gobierno intenta promover su reforma. Así, en marzo de 1999, mes en el que el ex presidente Ernesto Zedillo envió la iniciativa de privatización al Congreso, en el sureste del país se presentó un disturbio en la red y fallaron las barras colectoras de la subestación Peñitas, afectando a tres estados con una pérdida de mil 500 megavatios durante dos horas.

Esta situación se repitió durante 2003. El 25 de febrero de este año, antes del inicio del segundo periodo ordinario de sesiones del Congreso, de nueva cuenta se dio una falla en la subestación Temascal de la CFE, lo que provocó un apagón en siete estados de la misma región sureste del país, siendo la afectación total en Chiapas, Yucatán, Tabasco y Quintana Roo, y de forma parcial en Oaxaca, Veracruz y Campeche.

La interrupción fue de nueve horas y la carga fue restablecida poco a poco en varios intentos, pero sólo con las unidades generadoras de la CFE, y se desconocen las razones de por qué la central de ciclo combinado Mérida III, que es productora independiente de energía de 484 megavatios, no entró a generar, ya que supuestamente debe respetar el reglamento de operación, y si no tenía falla debió haber entrado cuando se le solicitó, lo que indica que las centrales particulares extranjeras no están dispuestas ni a seguir las regulaciones establecidas ni a comprometerse con las urgencias del país, estableció el SME.

Considera que los apagones se han convertido en el mecanismo preferido para impulsar el miedo, y para apoyar esta situación ponen en la balanza las crisis de California, Nueva York, Canadá, Londres y Washington, ''siendo que la causa de estos desastres se debe precisamente a las empresas privadas, porque son éstas las que prestan el servicio, el cual está desrregulado y los sistemas eléctricos locales ya no dependen del Estado''.

Las interrupciones en Estados Unidos y Canadá no fueron por culpa del Estado y sus empresas eléctricas, sino debido a la introducción de la lógica del mercado, a la libertad que se dio al sector privado, por lo que el aporte, en lugar de dar seguridad en la generación de energía eléctrica, es un complemento ''riesgoso'' porque su lógica es la maximización de ganancias contra la del Estado, que es la del bienestar social.