México D.F. Lunes 15 de diciembre de 2003
Con 78 años de recibir y formar campesinas,
la escuela planea reforma estructural
La normal mixteca de Tamazulapan, esperanza para las
mujeres indígenas
Reconstruida en su totalidad luego de los sismos de
1931 y 1999, sobrevive en la pobreza
La población femenina encuentra una opción
diferente a la de ser trabajadora doméstica
CLAUDIA HERRERA BELTRAN /II
Villa de Tamazulapan del Progreso, Oax. Los terremotos
han salvado a la Normal Rural de Tamazulapan. Si no fuera por los de 1931
y 1999 sus instalaciones estarían tan deterioradas como los otros
15 planteles del país. Reconstruida en su totalidad, la escuela
además inició un proyecto de renovación que va más
allá de los muros.
Con 78 años formando a mujeres campesinas, la escuela
comenzó a discutir este fin de año un plan de reforma que
sí funciona, dice su director, y puede ser una esperanza en momentos
en que se pretende desaparecer el normalismo rural y su sistema de internado.
Vanguardia
se ubica en la Alta Mixteca, cuenta con 480 alumnas y recibe desde noviembre
de 1925 a hijas de campesinos y de maestros que provienen, sobre todo,
de Oaxaca, Veracruz y Chiapas. Actualmente se le considera una de las escuelas
con mayor estabilidad, porque cuenta con el abierto respaldo del magisterio
del estado, que tiene una fuerte capacidad de movilización.
Pero comparte los problemas de las otras instituciones
normalistas: baja calidad académica, aislamiento, conflictos internos
a causa de las movilizaciones estudiantiles y presupuesto insuficiente.
Preocupados por la amenaza de cierre de las normales rurales,
estudiantes, profesores y trabajadores de apoyo iniciaron el mes pasado
un proceso de discusión con el propósito de hacer cambios
en el ámbito académico y administrativo.
"No podemos seguir viviendo de sentimentalismos. Si queremos
que el proyecto de las normales rurales siga vivo tenemos que hacer adecuaciones",
afirma su director, Fernando Espinosa Cuevas, egresado de la normal rural
de Matumaczá, Chiapas.
El pivote de la discusión fue el plan de desarrollo
institucional que la comunidad elaboró en junio de 2003, en el cual
donde reconoce que la escuela tiene una serie de deficiencias: el calendario
escolar se cumple a medias por las "frecuentes actividades" de los estudiantes
y de los sindicalizados, no todos los profesores tienen el perfil adecuado
-de 38 docentes hay siete que poseen título de licenciatura- y el
área de investigación carece de un proyecto definido.
La meta de la reforma, expone el director, es dar a la
normal un rostro de institución de educación superior. Indica
que cuando se hizo la reforma de 1984 (que elevó la carrera magisterial
a nivel de licenciatura) las normales del país estaban preparadas
para asumir esa responsabilidad. "Fue una aberración obligarnos
a impartir licenciatura sin hacer adecuaciones."
Se cimbran las paredes
Vanguardia se encuentra a dos horas de camino de la capital
de Oaxaca. Fue inaugurada en San Antonio de la Cal, en 1925, y luego cambió
de sede en varias ocasiones a causa del temblor del 14 de enero de 1931.
Aquellas instalaciones funcionaron hasta que ocurrió el sismo del
15 de junio de1999.
Ese día, a las 15:40 horas, se sacudieron los viejos
edificios. Un día después, cuando el gobernador José
Murat hizo un recorrido para inspeccionar daños en la Mixteca, fue
obligado a detenerse en el plantel y finalmente se comprometió a
la reconstrucción. El 18 de junio, el presidente Ernesto Zedillo
también conoció la situación de las alumnas.
"Sólo cuando ocurren tragedias nos visitan las
autoridades", recuerda Alejandra Maldonado.
Casi 80 por ciento de las instalaciones fueron demolidas.
"Nos tocó vivir un semestre amontonadas, pero en 2000 tuvimos el
gusto de estrenar", recuerda una de las jóvenes de cuarto grado
que vivió los días difíciles.
"No hay mal que por bien no venga", expresa el director.
Pero no todo está bien: a la sala audiovisual le
falta equipo, las paredes de los dormitorios comenzaron a humedecerse,
la biblioteca carece de libros básicos, el auditorio lleva años
sin techo y de tres autobuses sólo uno está en "condiciones
aceptables".
Vete a Tama, donde ayudan a los pobres
A pesar de las carencias, las alumnas valoran su estancia
en el internado. Claudia Enríquez, originaria de Juchitán
de Zaragoza, cuenta que se inscribió por recomendación de
sus paisanas del Istmo. "Vete a Tama -así llaman a la normal-,
porque ahí ayudan a los pobres", le dijeron.
"Si no hubiera ingresado a la normal ahora trabajaría
de empleada doméstica o demostradora en alguna tienda", explica
la joven mientras tiende su cama, en uno de los 16 dormitorios del colegio.
Claudia reconoce que al principio no tenía vocación
para el magisterio: "quería estudiar derecho", pero sus padres,
que son jornaleros en el campo, no podían financiar sus estudios
y los de sus siete hermanos.
No es difícil encontrar historias parecidas. Algunas
jóvenes admiten que llegan a la normal porque ofrece alojamiento
y comida, y en menor medida por el deseo de ser profesoras. Pero con el
tiempo encuentran atractiva la carrera.
Soledad Ruiz, alumna de cuarto grado, hubiera preferido
ser ingeniera en informática, pero sus padres tampoco tenían
posibilidades de enviarla a estudiar la capital del estado.
A unos meses de obtener su título, Soledad no se
arrepiente: "Desde que hice mi primera práctica me gustó
mucho la profesión. En las comunidades alejadas, la gente valora
nuestro trabajo y se siente bonito cuando el niño te dice maestra".
Cerca de la escuela está la primaria del barrio
de San Cipriano, donde ocho de las 13 maestras son egresadas de Tamazulapan.
La profesora Priscila Santiago asegura que la normal ha llevado progreso
a este municipio. "Antes los padres pensaban que la mujer había
nacido sólo para hacer tortillas y para tener hijos; ahora es distinto,
la gente nos respeta.".
En Oaxaca, la población de la Mixteca, en particular
las mujeres, tiene escasas fuentes de empleo. En los últimos años
el gobierno estatal ha promovido la apertura de empresas maquiladoras,
pero sin mucho éxito. La de Santiago Ihuitlán, que fabricaba
artículos de fantasía, cerró sus puertas recientemente.
A tres cuadras de la normal funciona Tamazulapan 2000,
maquiladora de pantalones de mezclilla. Sus obreras trabajan en condiciones
precarias, de acuerdo con una copia de la lista de salarios, hay jovencitas
que ganan 800 pesos mensuales colocando botones.
¿Y el campo? "Se está quedando abandonado
porque la gente emigra", explica Javier López, coordinador regional
del magisterio.
No hay que viajar muy lejos para encontrar a las familias
de migrantes. Los miércoles, día de mercado en el municipio
Villa de Tamazulapan del Progreso, hay largas filas de mujeres en las casetas
telefónicas esperando las llamadas de sus esposos, que se encuentran
en ciudades como Chicago, Nueva York, Las Vegas y Los Angeles.
Alejandro Leal, dirigente de la sección 22 del
SNTE, dice: "La gente de la Mixteca no puede dedicarse a la agricultura
porque no hay buenas tierras, el comercio tampoco funciona porque las vías
de comunicación están muy mal. Entonces la única opción
es emigrar a otro país. Pero no necesitamos gente que se vaya, sino
que estudie y trabaje por el estado".
La reforma
Con este panorama, las 480 alumnas, 40 profesores y 69
trabajadores de apoyo iniciaron el debate sobre el proyecto de transformación
de la normal.
El profesor Fernando Espinosa Cuevas, quien escribió
la historia del plantel, señala que Vanguardia "no tiene un panorama
negro, pero sí debe cambiar".
Señala que el principal problema de la escuela
es su aislamiento: "Las normales, en especial las rurales, son muy cerradas.
Nuestras estudiantes solamente se vinculan con las de otros planteles rurales
y lo mismo pasa con los profesores".
También aboga por la apertura de nuevas licenciaturas,
además de la tradicional de primaria. "A nosotros nos han dicho,
con cifras en la mano, que ya no se requiere formar más profesores
de primaria y que la escuela debe pensar qué hacer. Podríamos
impartir las carreras de educación física, educación
especial, de prescolar o dar alguna otra opción vinculada con la
pedagogía."
La secretaria general del comité estudiantil, Cristina
Maldonado, considera que esta alternativa tiene inconvenientes: "significa
que nos vamos a echar un paquete más grande sin tener las condiciones
adecuadas".
Otro aspecto que preocupa son las inasistencias. En septiembre
pasado, cuando ocurrió el movimiento de protesta en la normal rural
de Mactumactzá, decenas de jóvenes se trasladaron a Chiapas
para manifestarse en contra del cierre del internado.
Después de semanas de apoyar a los alumnos de Mactumactzá,
las propias alumnas, según cuenta una de cuarto grado, decidieron
rotar comisiones en esa tarea. "Nosotros hablamos con las compañeras
y les dijimos que nos preocupáramos más por nuestra escuela,
porque si continuábamos así nosotras íbamos a ser
las siguientes."
Con este ánimo de cambio, las alumnas decidieron
acercarse más a los pobladores de Tamazulapan -que se han quejado
de las reiteradas manifestaciones de las jóvenes- y ahora imparten
clases a los adultos y talleres de manualidades.
El director del plantel asegura que la comunidad prefiere
elaborar su propio plan de reforma, que se pretende quede terminado a principios
del 2004, a que "repentinamente nos impongan un proyecto". Ahora falta,
concluye, que las autoridades del centro tomen en cuenta sus propuestas.
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