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México D.F. Lunes 15 de diciembre de 2003
Se inaugura mañana en el Centro de la
Imagen; muestra las múltiples facetas del artista
Primera exposición retrospectiva del fotógrafo
Manuel Ramos
Captó imágenes desde el porfiriato hasta
la presidencia de Lázaro Cárdenas, registró la guerra
cristera, ejerció el retrato y el paisaje, y fue un apasionado reproductor
del icono guadalupano
MERRY MAC MASTERS
Conocido
en primera instancia por las imágenes producto de su cargo como
inspector de patrimonio artístico y bellezas naturales, a partir
de los años 20, el fotógrafo Manuel Ramos (1874-1945) es
en realidad dueño de una obra amplia y variada que abarca el retrato,
su trabajo como pionero de fotoperiodismo -desde el porfiriato hasta el
sexenio de Lázaro Cárdenas; incluso está entre las
decenas de hombres que forman parte de lo que se llama el archivo Casasola-,
sus bitácoras de construcciones, como el primer rascacielos de la
ciudad, el edificio de la aseguradora La Nacional -en la esquina de San
Juan de Letrán y avenida Juárez-, cronista de la guerra cristera,
paisajista que ''en alguna medida compensó su fallida vocación
por la pintura'', y apasionado reproductor del icono guadalupano.
De ese abanico de facetas dará cuenta Manuel
Ramos, su primera exposición retrospectiva, que comprende 94
impresiones contemporáneas realizadas por Voyin Mitrovic -cuando
conoció el archivo se entusiasmó con la idea-, impresor de
Joseph Koudelka, así como 20 fotomurales y 39 impresiones de época,
que será inaugurada el martes 16 a las 19:30 horas en el Centro
de la Imagen (Plaza de la Ciudadela 2, Centro).
El fotógrafo dejó un acervo calculado en
casi 8 mil 500 piezas, entre impresiones, negativos, películas -también
hizo cine-, imágenes estereoscópicas, escritos, impresos,
revistas, documentos personales e imágenes coloreadas a mano. El
archivo de Manuel Ramos es resguardado por su nieto, Manuel Sánchez
Ramos, quien depositó la custodia en Carmen Ramírez para
el desarrollo de distintos proyectos de difusión y catalogación,
como la presente muestra, así como un libro que publicará
la editorial Lumberg en 2004, informa el curador Alfonso Morales.
Nacido en el pueblo de Venado, San Luis Potosí,
y trasladado a la capital mexicana al parecer a principios de los años
90 del siglo XIX, Ramos registró tanto el esplendor como la caída
de Porfirio Díaz -participó en el álbum de las fiestas
del centenario de la Independencia-, el triunfo y la debacle de Francisco
I. Madero, la Decena Trágica y la Revolución en sus primeros
gobiernos fratricidas, señala Alfonso Morales.
Católico ferviente, uno de los orgullos profesionales
de Ramos fue haber registrado por primera vez el ayate guadalupano sin
vidrio el 18 de mayo de 1923, afirma el codirector de la revista Luna
Córnea. En función de sus creencias fue participante
activo de la guerra cristera, de la cual dejó una documentación
minuciosa de ''misas secretas, del fusilamiento del padre Pro y de las
mujeres católicas enviadas a las Islas Marías''.
Al no simpatizar con ''las corrientes dominantes de pensamiento
revolucionario que estaban en el poder'', Ramos empezó a vivir una
suerte de autoexilio a partir de mediados de los años 30 y se relegó
en su casa de Popotla, desde donde comenzó a retrabajar el material
fotográfico que había tomado, hacer una serie de fotomontajes
y "retrabajar con obsesión su acervo guadalupano".
Ramos, de hecho, fue uno de los pioneros del fotomontaje,
técnica que praticaba desde los primeros años de su vida
profesional, apunta el entrevistado. Para Morales, el trabajo paisajístico
de Ramos muestra ''una mirada pictorialista derivada del mundo de José
María Velasaco'', pero llevada al extremo del idealismo: "Ya no
es la mirada idealista del paisaje, sino la construcción de una
imagen ideal", mediante la superposición de dos o más fotografías.
Hay una enorme proximidad entre la obra de Ramos y la
poesía de Ramón López Velarde, esa idea del hogar
como un edén y la ciudad como un edén subvertido, asegura
Morales. Dentro de su hogar, en el jardín ''donde crecieron sus
seis hijos y un rebaño de cabras que importó de Suiza'',
Ramos jugó con la cámara, teniendo a su prole como modelos.
El cuerpo de obra dejada incluye ''milagrosas apariciones sucedidas en
la propia casa, caracterizaciones de los hijos, tableau vivant (cuadro
vivo) de escenas históricas'', hasta naturalezas muertas, en mucho
de los cual figuran sus pequeños descendientes.
También el martes 16 serán inauguradas las
exposiciones La fuga del rostro. Homenaje a Xavier Villaurrutia,
una colectiva con obra, entre otros, de Berenice Abbott, Yolanda Andrade,
Agustín Estrada, Kati Horna, Graciela Iturbide, Pedro Meyer, Gerardo
Suter y Mariana Yampolsky; Parangari cutiri, trabajos de la red
de Anne-Marie Schleiner; Mexican Pop Videos, curaduría de
video hecha por el colectivo canadiense Instant Coffee, y Taller de
computación física, resultado del taller impartido por
Jaime Villarreal.
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