México D.F. Lunes 15 de diciembre de 2003
El arresto abre la posibilidad de impulsar la
paz y la estabilidad en ese país: ONU
Naciones partidarias y opositoras a la invasión
a Irak, satisfechas por la captura
El primer ministro británico llama a la reconciliación
y a "dejar atrás el pasado"
AFP
Londres,
14 de diciembre. La captura del ex presidente iraquí Saddam
Hussein despertó este domingo satisfacción en Europa, tanto
en países que apoyaron la guerra contra Irak como en los que se
opusieron a ella. Por su parte, el secretario general de la Organización
de Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, declaró que la detención
ofrece la oportunidad "de un nuevo impulso para la búsqueda de la
paz y la estabilidad en Irak".
Annan reiteró la disposición de la ONU a
hacer todo lo posible para ayudar a los iraquíes, "si es solicitado
y si las circunstancias lo permiten", señaló su portavoz,
Fred Eckhard. "El secretario general considera que la captura de Saddam
Hussein, el epítome del antiguo régimen, es un suceso importante",
agregó Eckhard.
El primer ministro británico, Tony Blair, principal
aliado del presidente estadunidense George W. Bush, sostuvo: "Ahí
donde su reino significaba terror, división y brutalidad, esperemos
que su detención sea sinónimo de unidad, reconciliación
y paz entre todos los iraquíes". Ahora "hay que dejar el pasado
detrás de nosotros".
Blair, quien habló telefónicamente con Bush,
se mostró muy satisfecho por la noticia, y dio gracias a los servicios
secretos y a los militares. Señaló que la aprehensión
no es sólo una "victoria" de las tropas occidentales, sino también
del pueblo iraquí. "Es una muy buena noticia para el pueblo iraquí."
El
otro gran aliado de Washington en la guerra contra Irak, el presidente
del gobierno español, el derechista José María Aznar,
indicó que se trató de "una muy buena noticia. El tirano
que desafió a Naciones Unidas ha caído". Hussein, agregó,
"debe pagar por sus crímenes".
El presidente de Francia, Jacques Chirac, quien también
se opuso a la guerra, "se alegra de la captura de Saddam Hussein, calificándola
de acontecimiento importante", declaró Catherine Colonna, portavoz
del palacio del Elíseo, sede de la presidencia francesa.
El canciller federal alemán Gerhard Schroeder,
otro que se opuso a la intervención estadunidense, felicitó
a Bush, indicó un comunicado de la cancillería. "Supe con
gran alegría que Saddam Hussein fue detenido. Lo felicito por esta
acción coronada con éxito", escribió Schroeder a Bush.
En países como Polonia, Italia y Australia, que
han apoyado con tropas a las fuerzas invasoras lideradas por Estados Unidos,
la noticia provocó alivio.
El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, aseveró
que el arresto tendrá repercusiones en todo Medio Oriente. "Me alegré
mucho con la noticia, pensé en palabras como paz y reconciliación,
democracia y desarrollo. Pensé en Irak, pero también en Palestina
e Israel."
"La captura de Saddam levantará un gran peso y
eliminará un gran miedo al pueblo de Irak", sostuvo el primer ministro
australiano, John Howard.
La detención es "un gran éxito de las fuerzas
de la coalición", expresó el presidente polaco, Aleksander
Kwasniewski. "Nos permite esperar que se estabilizará la situación
en Irak y una transferencia más rápida de la responsabilidad
del país a los iraquíes y a sus representantes electos",
destacó.
Rusia también se opuso a la guerra, pero el canciller
Igor Ivanov señaló que, con la detención, su gobierno
espera que se refuerce la seguridad en Irak y se active el proceso de arreglo
político de la situación en el país "bajo la autoridad
de Naciones Unidas".
En América Latina, Brasil, que se opuso a la ocupación
de Irak sin el aval de la ONU, manifestó que confía en que
el arresto contribuirá al proceso de transición gubernamental
en esa nación árabe.
Por su parte, el sacerdote francés Jean Marie Benjamin,
experto en Irak, donde llevó a cabo numerosas investigaciones, en
especial sobre los efectos del embargo impuesto luego que Irak invadió
Kuwait en 1990, indicó que la aprehensión animará
a los chiítas a "pedir rápidamente elecciones" y puede "a
medio plazo conducir al país a una guerra civil.
"Políticamente, esto va a hacer que las cosas cambien.
Los chiítas, mayoría del país, esperaban este momento
para pedir rápidamente elecciones, con la esperanza de ganarlas
y, quizá, instaurar una república islámica", explicó
Benjamin, quien organizó el encuentro el pasado febrero entre Juan
Pablo II y el entonces viceprimer ministro iraquí, Tarek Aziz, actualmente
detenido.
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