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México D.F. Martes 16 de diciembre de 2003
Marco Rascón
PRI: restauración institucional
Francisco I. Madero escribió en su libro, La sucesión presidencial, que reconocía que el porfiriato lo había hecho bien en administración y política económica; reconocía también que poco sabía de ese asunto, por lo que en 1911 pidió a José María Limantour continuar al frente de la hacienda pública, petición que declinó "el científico", dejando a Madero en manos de un primo de Monterrey.
De la misma manera, Vicente fox circunscribió su caricatura de cambio exclusivamente al ámbito de la política, por eso pidió a Francisco Gil Díaz hacerse cargo de los ingresos y del gasto del Estado, pues pareciera que el PRI convirtió este sexenio en unas merecidas vacaciones, ya que continuará en otros sexenios abonando el país con su experiencia de partido gobernante único.
Más que debilidad por la división legislativa, el PRI ha demostrado ser la fuerza política más importante, pues incluso dividido ganó, construyó un bloque opositor -inimaginable con el PRD-, derrotó por segunda vez al PAN en Colima (en alianza con el Partido de la Revolución Democrática), se ha posicionado en las Cámaras y en las calles de la vanguardia contestataria, del "nacionalismo" de la estrategia frentista y de la congruencia programática e ideológica al depurarse del elbismo-panismo y destituir a su dirigente en Zacatecas, que pretendió una alianza con Acción Nacional.
Se equivocan rotundamente quienes piensan que el PRI se disuelve junto con el resto de las fuerzas políticas: el Revolucionario Institucional se restaura, y para ello se mimetiza y en 2006 aparecerá con fachada de "frente" o "alianza". Mientras todos se consumen en el vacío que ha dejado el foxismo y se dejan hipnotizar con las encuestas a favor de López Obrador, el PRI se apodera del Instituto Federal Electoral y asegura su base territorial con los gobernadores y las fuerzas sectoriales sindicales de la FSTSE, la CNC, la CTM y de todos los organismos corporativos.
En la actual coyuntura de la reforma fiscal el PRD abandonó definitivamente el esfuerzo por ser una tercera fuerza y se quedó como parte de las rémoras del sistema de partido junto con el Partido Verde, el PT y Convergencia. El cretinismo de la burocracia perredista se alió con el PAN en Colima y ha anunciado alianzas semejantes en Veracruz y Oaxaca, mientras juega a la oposición nacionalista junto con el PRI en las Cámaras y en las recámaras del Palacio Legislativo.
El PRD ha desaparecido, y esto se advertirá aún más el próximo año, luego del congreso espurio y la convocatoria cínica que lo sepultó como referencia ética en la política nacional. El priísmo, en cambio, va ganando todas y se prepara para asaltar de nuevo el poder con la anuencia de Estados Unidos, de la oligarquía interna, de los medios de comunicación, del clero, de los militares, todos montados hoy en la frustración popular que les dejó haber votado por un títere parlanchín.
Los presidenciables han dejado ver que es más grande su ambición que el talento, por eso la próxima elección presidencial la definirá la estructura menos débil. La restauración priísta sustituye ya la "R" de Revolucionario, pues en 2006 el PRI se presentará con un candidato "de la sociedad civil", en forma de "frente", una vez que se apoderó del progresismo, el nacionalismo y hasta de šla democracia! Siendo el eje opositor contra el candidato del foxismo y el panismo, el PRI amasa ya el voto útil de 2006, dejando al PRD en 10 por ciento, pues el tricolor irá junto al Verde, el PT y Convergencia.
Si de hombres felices se trata, Carlos Salinas ríe a carcajadas al ver la aspiración de cambio en ruinas. Es el gran Big Brother: incluye, expulsa, exhibe y sacrifica. Es él quien castigará por el voto del 2 de julio de 2000 y quien ha regresado para darnos estabilidad y alegría.
El gran vacío que cavaron Fox y los panistas, gracias a la mediocridad perredista, a la corrupción política y el pragmatismo, ha sido llenado con lo peor y esto ha permitido que los priístas se encuentren en la antesala de la restauración -equivalente al golpe de Huerta en 1910. La desesperación nacional frente a la paralización, que ellos mismos han provocado con calculada estrategia, les abre el paso, pues la restauración sólo podría darse ante la bancarrota del país y la frustración por el cambio de régimen. ƑEsto significa el regreso a la estabilidad del milagro mexicano y la bonanza petrolera, la ampliación de las clases medias y una nueva generación de ricos? No. El regreso del PRI en 2006 significará la guerra interna y otra larga noche, pues la oligarquía no sólo piensa triunfar dentro de tres años, sino en 2012 y en 2018, como dijo Gurría al referirse al salinismo.
El espejismo del cambio que trajo la derecha abrió el camino a la restauración del viejo priísmo, mismo que no tendrá más trabajo que cambiarse de nombre para ser el "nuevo PRI" que prometieron. En 2006 no irá Madrazo porque dividiría, ni un gobernador de viejo cuño: va el títere que inventen, pues no se juega la suerte de un personaje, sino los grandes intereses que han hundido al país y que lo siguen exprimiendo y utilizando. [email protected]
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