MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

Copia Fox a otros países de AL al favorecer a trasnacionales

Sánchez de Lozada firmó en Bolivia una ley de hidrocarburos ilegal y entreguista

AFANOSO, EL GOBIERNO foxista no ceja en su empeño de ceder los recursos energéticos de la nación a las trasnacionales, incluido un generoso proyecto de "favores" fiscales, en un plan idéntico al aplicado en otras naciones latinoamericanas.

BOLIVIA Y ECUADOR SON ejemplos cercanos de dicho proyecto, sin olvidar los resultados de la rapacería trasnacional en Argentina. Toca el turno a este país, según lo ha concebido el inquilino de Los Pinos, quien sigue asegurando que su propuesta es en "beneficio de los pobres de este país". De aprobarse tal proyecto, México, los mexicanos, deberán reflejarse en lo que la historia latinoamericana inmediata ha documentado.

PARA IMAGINAR EL futuro que ofrece el inquilino de Los Pinos en materia energética, sirva un análisis de la agencia Econoticias de Bolivia, elaborado poco antes del estallido social en aquella nación andina: "Por cada dólar que se entregue al Estado boliviano por concepto de impuestos y regalías, el consorcio de Pacific LNG, constituido por las trasnacionales British Gas, British Petroleum y Repsol/YPF, obtendría hasta 35 dólares; el proyecto de exportación de gas a Estados Unidos, que amenaza con partir en pedazos al país, reportará a las trasnacionales petroleras un ingreso promedio superior en 20 veces al que obtendría el Estado, según las estimaciones empresariales". Por iniciativa de Gonzalo (Goni) Sánchez de Lozada, dos veces presidente de esa nación andina y hoy en el exilio, el sector energético se privatizó ("capitalizó", decía él) en beneficio del capital extranjero.

LAS PROYECCIONES DE Pacific, según dijo en su momento el presidente de British Gas, Edward Miller, establecen que el ingreso previsto para las trasnacionales sería de mil 369.6 millones de dólares como promedio anual, mientras el pago de impuestos y regalías al Estado oscilaría entre 40 y 70 millones de dólares, diferencia que va de 35 tantos, para el primero de los casos, y 20, para el segundo.

POR LO QUE HACE a México, los "contratos de servicios múltiples (CSM)" -entre las beneficiarias se encuentra la trasnacional Repsol, la misma del negocio boliviano- garantizan al capital extranjero 80 por ciento de ganancia y a Pemex -el Estado mexicano- 20 por ciento, lo que para el director de la paraestatal -egresado de Dupont- representaría "un gran beneficio para el país".

PARA EL CASO BOLIVIANO, en un horizonte de 20 años, periodo garantizado en el contrato de exportación (plazo muy similar al aplicado en los CSM), las trasnacionales petroleras calculaban obtener más de 27 mil millones de dólares. Actualmente, la totalidad de la industria hidrocarburífera del país está en manos de las trasnacionales, a partir de la privatización parcial del otrora ente estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos, de una Ley de Hidrocarburos entreguista y de un decreto ilegal firmado en secreto en el primer mandato de Sánchez de Lozada, todo ello durante los años 90.

EL MULTIMILLONARIO proyecto de Pacific LNG, consorcio conformado en junio de 2001, consistía en la exportación diaria de 36 millones de metros cúbicos de gas a los mercados de Estados Unidos durante 20 años. En ese lapso se estima que desde los campos hidrocarburíferos del sur de Bolivia se suministrarían 6.26 trillones de pies cúbicos de gas a la industria y a la población del país norteamericano.

EL TRANSPORTE DEL GAS se daría en dos fases. La primera consistiría en el envío del combustible por gasoducto desde los campos de Tarija, Bolivia, hasta el puerto chileno de Patillos en el Pacífico, según el diseño de Pacific LNG. En ese puerto se instalaría una planta para la licuifacción del gas. En la segunda fase, el gas, ya convertido en líquido, sería trasladado en barcos metaneros, vía marítima, hasta un puerto en Estados Unidos, donde se regasificaría para luego ser llevado por la distribuidora Sempra, a través de ductos, a California. En el puerto se preveía una inversión de 2 mil 500 millones de dólares para infraestructura portuaria y una planta de licuefacción. El proyecto, en su conjunto, demandaría una inversión de 5 a 7 mil millones de dólares durante un quinquenio.

LA INGENIERIA DEL proyecto, la elección del puerto, las negociaciones con los compradores en Estados Unidos (el consorcio Sempra Energy, subsidiaria de Enron) y los precios de compraventa del energético serían atribución exclusiva del consorcio trasnacional Pacific LNG. Como es un negocio privado, el Estado boliviano sólo participaría como coadyuvante en las gestiones de trámite internacional para dar viabilidad a los contratos binacionales en la concesión de los puertos de embarque y licuefacción del gas en el Pacífico y avalando los compromisos privados en el tiempo.

ADICIONALMENTE, LA Agencia Latinoamericana de Información reveló que la propuesta de privatización de los campos petroleros de Shushufindi, Auca, Lago Agrio y Culebra-Culebra, en Ecuador, se presentó cuando en Bolivia se daba una revolución por la defensa de los recursos naturales. En Ecuador, con un solo decreto, se dio paso a una privatización rechazada y evitada desde hace más de 10 años.

LA PRIVATIZACION EN Bolivia y Ecuador son historias que corren paralelamente. En Bolivia, en 1996, se privatizó Yacimientos Petrolíferos Fiscales Boliviano y fue cooptado por trasnacionales como Repsol y Enron.

EN 1993 SE DISPUSO que Petroecuador entregara al Ministerio de Finanzas todas sus ganancias, y éste es el que asigna los recursos para mantenimiento, operaciones y demás gastos. Como no se asignan recursos, la empresa empieza a morir asfixiada. En cambio, las trasnacionales pagan un porcentaje al Estado, de acuerdo con su contrato, que no llega a 18 por ciento.

EL "PROCESO" DE privatización energética en Ecuador comenzó en 1985, con la apertura del sector a las trasnacionales; siguió con la entrega de la comercialización a dichos consorcios y ahora se pretende asaltar los campos manejados por la empresa nacional. En este país se enjuició a Chevron-Texaco, lo que ha puesto sobre el tapete el papel de las empresas trasnacionales en la extracción de los recursos naturales, evidenciado la rapacería de las empresas extranjeras y la falsedad de las tecnologías de punta que ofrecen.

Las rebanadas del pastel:

ƑSIGUE MEXICO?... Sí, cómo no.

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