México D.F. Martes 16 de diciembre de 2003
En Bagdad y Tikrit, reprimen manifestaciones
de apoyo al derrocado presidente
Diez muertos y 25 heridos al atacar la guerrilla iraquí
dos cuarteles de policía
Autoridades reportan combates y saqueos en otras dos
provincias de Irak
DPA Y AFP
Bagdad,
15 de diciembre. Al menos 10 personas murieron y 25 más resultaron
heridas este lunes tras la explosión de coches bombas frente a dos
cuarteles de policía en esta capital, en nuevas acciones de la guerrilla
luego de la captura de Saddam Hussein. Además, un policía
iraquí fue abatido en Tikrit, donde unos 300 estudiantes universitarios
se manifestaron en favor del derrocado presidente.
Nueve personas fallecieron y 15 resultaron heridas cuando
un suicida hizo estallar un coche bomba frente al cuartel de la policía
de la ciudad de Husseiniya, ubicada a 30 kilómetros al norte de
Bagdad. La mayoría de las víctimas eran policías.
La explosión causó la destrucción del inmueble y de
varios edificios aledaños. En el lugar se podían observar
un gran cráter y trozos del cadáver del suicida.
Otro atentado con coche bomba se produjo frente a la oficina
de la policía judicial en Al Amiriya, barrio del oeste de Bagdad,
que causó la muerte de un oficial y dejó heridas a 10 personas,
informó la cadena árabe Al Jazeera. Expertos lograron desactivar
a tiempo un tercer automóvil cargado de explosivos que fue descubierto
por la policía, agregó Al Jazeera.
Más tarde, también en Bagdad, una manifestación
dio lugar a enfrentamientos con la policía, durante los cuales fueron
atacadas otras dos comisarías del barrio sunita de Aazamiya. Las
autoridades utilizaron armas de fuego para dispersar a los partidarios
de Hussein, quienes se acercaban a un cuartel disparando al aire, contó
Alí Abdul Jaber, testigo de los hechos.
Según el teniente Haidar Zuheir, "un centenar de
asaltantes atacó con armas automáticas y cohetes RPG
(antitanque) desde los tejados y desde las calles dos comisarías
del barrio". Ni la policía ni el cercano hospital Yarmuk informaron
sobre víctimas.
En Tikrit, al norte de Irak, un miembro de la defensa
civil resultó lesionado de bala en la ciudad de Al Daur, donde el
sábado fue capturado Hussein, señalaron fuentes militares
estadunidenses. Los atacantes se dieron a la fuga. Asimismo 300 estudiantes
se manifestaron la mañana del lunes en Tikrit, en protesta por la
detención de Hussein. Los simpatizantes del ex mandatario gritaron
consignas de apoyo al derrocado líder. La policía iraquí
y las fuerzas estadunidenses dispersaron a los manifestantes y algunos
fueron golpeados y detenidos.
En Fallujah, al oeste de Bagdad, partidarios de Hussein
saquearon la tarde del lunes la sede del gobierno de esta ciudad sunita,
después que los policías de guardia huyeron.
En tanto, cuatro guerrilleros iraquíes y un soldado
estadunidense murieron en las pasadas 24 horas en la provincia de Al-Anbar,
indicó el Comando Central (Centcom) estadunidense. Ni el Centcom
ni el ejército invasor en Bagdad especificaron las circunstancias
del deceso del militar.
Dos insurgentes fallecieron durante un tiroteo contra
una patrulla estadunidense en la provincia sunita de Al-Anbar, situada
al oeste de Bagdad, según el Centcom. Cerca de la localidad de Ramadi,
una patrulla cayó en una emboscada y fue atacada con cohetes RPG
y armas ligeras. Respondió matando a uno de los atacantes. La fuente
también informó sobre la detención de 16 "enemigos",
palabra que suele utilizar para referirse a los iraquíes que apoyan
a Hussein.
En este sentido, el primer ministro británico,
Tony Blair, reconoció que los ataques "de los terroristas y de los
simpatizantes de Hussein continuarán. Sus tácticas terroristas
seguirán exigiendo vigilancia, compromiso y determinación",
consideró.
Se guarecía en un búnker en miniatura
de 2.4 por 1.5 metros construido junto al Tigris
Una lóbrega celda subterránea, el último
refugio de Hussein
Tenía latas de carne, fruta, varios libros de
poesía y las obras filosóficas de Ibn Khaldun
Una maceta cubría la entrada a la guarida que
no era, definitivamente, un cuartel de resistencia
ROBERT FISK THE INDEPENDENT
Al Dwar, Norte de Irak, 15 de diciembre. Había
cierta satisfacción en estar sentado en el último escondite
de Saddam Hussein en esta tierra. Hace siete meses me senté en el
trono presidencial forrado de terciopelo rojo, en el más grande
de sus palacios de mármol.
Allí estaba yo hoy, agazapado en el húmedo
y oscuro interior de concreto gris del que fue su retiro final, un búnker
en miniatura enterrado junto al Tigris -de 2.4 por 1.5 metros-, tan semejante
a una prisión subterránea como cualquiera de sus víctimas
habría podido imaginar. En vez de candelabros había sólo
un barato abanico de plástico adosado a un ventilador de aire. Me
vino a la mente el rey Ozimandias, del poema de Shelley. Aquí fue,
pues, donde los sueños finalmente se volvieron polvo. Y hacía
frío.
Tenía comida, claro -latas de carne barata y fruta
fresca- y encontré sus últimos libros en una choza cercana:
las obras filosóficas de Ibn Khaldun y las doctrinas religiosas
-pro chiítas- del teórico abásida Imam al-Shafei,
junto con un montón de volúmenes de poesía árabe.
Había casetes de canciones árabes y algunos
cuadros baratos de ovejas al atardecer y del arca de Noé atestada
de animales. Pero no era éste un cuartel de la resistencia, un lugar
desde el cual pudiera conducirse una guerra o emprender una insurgencia.
Para trepar al interior de éste, el más
famoso de los escondrijos -y recordemos que no se trata del búnker
del Führer con guardias de las SS, conmutadores y secretarias tomando
al dictado las últimas palabras para la posteridad-, tuve que sentarme
en la trampa de madera y deslizar las piernas por una estrecha abertura,
buscando con los pies los cuatro escalones hechos de tierra. Se usan los
brazos para ir bajando al último reducto de la historia baazista
iraquí, y luego queda uno sentado en el suelo, sin luz eléctrica
ni agua: sólo las paredes de concreto, el ventilador y un techo
de tablas. Arriba hay tierra, y luego el grueso piso de concreto del patio
de la deteriorada choza de una granja.
La
construcción del escondite de concreto debe haber tardado bastante
tiempo -por lo menos semanas- y sospecho que hay muchos otros escondrijos
a lo largo de los bancos de carrizo del Tigris. Pero arriba de esta lóbrega
celda subterránea había una especie de paraíso, de
gruesas hojas de palmera y árboles cuajados de doradas mandarinas,
del canto de pájaros ocultos en las copas de los árboles.
Había incluso un viejo bote pintado de azul arrumbado junto a un
muro de frondas, última oportunidad de escapar cruzando el plateado
Tigris si los estadunidenses se acercaban.
Y, por supuesto, se acercaron desde dos direcciones la
noche del sábado, tanto desde el río como por el lodoso camino
de acceso por el cual me guiaron hoy soldados de la cuarta división
de infantería. Como indicó el capitán Joseph Munger,
del cuarto batallón del 42 regimiento de artillería de campo,
era fácil emboscar a Hussein, pero igualmente fácil que él
los oyera acercarse. Debió haber corrido desde la choza, donde estaba
tomando sus alimentos -derramando en el suelo de lodo un plato de frijoles
y carne, según me di cuenta- y escurrió su rolliza figura
hacia dentro del hoyo. Cuando los estadunidenses registraron la choza,
no hallaron nada sospechoso, excepto una maceta colocada en extraña
postura encima de algunas hojas secas de palmera, dejada allí presumiblemente
por los dos hombres que fueron atrapados más tarde, cuando trataban
de escapar. Debajo encontraron la entrada a la guarida.
¿Qué pudimos haber aprendido sobre Saddam
este día, en su última residencia privada en Irak? Bueno,
había elegido ocultarse a sólo 200 metros de una capilla
que marca su famosa retirada a través del Tigris, en 1959, cuando
como joven guerrillero escapaba tras intentar asesinar al presidente iraquí
de entonces. Fue allí donde se arrancó una bala del cuerpo,
y en una colina, a la vista de este palmar, está la mezquita que
marca el punto donde, en un café, Saddam suplicó en vano
a sus compañeros de tribu que lo ayudaran a escapar. En sus días
finales como hombre libre, Hussein se retiró al pasado, a los días
de gloria que precedieron a sus carnicerías.
Contaba con un pequeño generador, que encontré
conectado a un refrigerador en miniatura. Este aparato estaba en un costado
de la choza, distante sólo tres metros del agujero, y contenía
botellas de agua y un frasco de medicina con la etiqueta "Dropil". Había
encima un tubo de crema para el cutis, otro de crema humectante, un estuche
de costura, una bolsa de celofán y -cómo ha de haber sido
acosado por mosquitos a los que no impresionaban los castigos baazistas-
una lata de repelente. Dos camas viejas y algunas sábanas sucias.
En la cocinita construida en el cuarto de al lado había
salchichas puestas a secar, plátanos, naranjas y, cerca de una palangana
para lavar trastos, latas de pollo jordano, carne de res y atún.
Las moscas se arremolinaban bajo el techo de hierro corrugado y no me sorprendió
descubrir botellas de desinfectante de frutas y verduras en la alacena.
Sólo las barras de chocolate se veían frescas.
¿Qué descubrió aquí Saddam
en estos últimos días? ¿Paz espiritual después
de años de locura y barbarie? ¿Un lugar para reflexionar
sobre su tremendo pecado, de llevar a su patria de la prosperidad hacia
un mundo de ocupación y humillación, a través de la
invasión extranjera, el aislamiento y años de tortura y supresión
de enemigos? Los pájaros debieron cantar por las tardes, las frondas
de las palmeras debieron haberse mecido arriba de su cabeza por las noches.
Pero luego debió haber estado el miedo, el conocimiento constante
de que la traición acechaba en el huerto vecino. Debió haber
hecho frío en ese agujero. Y nunca tanto frío como cuando
las manos del todopoderoso Washington se extendieron a través de
los océanos y continentes y llegaron a posarse en esa maceta de
extraño aspecto y sacaron al aspirante a califa de su minúscula
celda.
© The Independent
Traducción: Jorge Anaya
Enfrentará la pena capital: consejo de gobierno
"Quiero negociar", habría dicho el ex líder de Irak a sus captores
REUTERS, AFP Y DPA
Al Daur, 15 de diciembre. "Soy Saddam Hussein, el presidente de Irak, y quiero negociar", dijo Saddam Hussein en inglés, según el comandante Brian Reed, de la cuarta división de infantería estadunidense, al salir de la "ratonera" en la que se ocultaba. "Le respondimos: el presidente (George W.) Bush le manda saludos", agregó Reed ante varios periodistas en Al Daur, la localidad cerca de Tikrit en la que fue capturado el ex gobernante.
En tanto, las autoridades iraquíes impuestas por Washington dijeron que Hussein será juzgado en el país y enfrentará la pena de muerte, mientras jefes militares estadunidenses dijeron que Hussein suministró información sobre figuras prominentes de su gobierno, aunque la víspera el Pentágono dijo que no había querido cooperar.
El coronel James Hickey, que participó en la operación de captura, sostuvo a su vez que sus hombres esperaban encontrar a un Hussein desafiante. Cuando miraron dentro del escondite subterráneo, vieron "que había un hombre", explicó. "Estaba claro que el individuo quería rendirse", dijo.
"No creíamos que sería tan simple", sostuvo este oficial, según el cual sus soldados tenían la misión de "capturar o matar" a Hussein.
Por su lado, Nawal Ibrahim al Hassan, hermana de Hussein, declaró a un diario árabe con sede en Londres que éste "no se habría rendido así. Deben haber usado drogas o gas nervioso para paralizarlo".
La confesión de un sospechoso que el ejército estadunidense llevaba meses buscando, capturado el viernes pasado, fue lo que llevó a los soldados hasta Hussein, señaló el coronel James Hickey.
Hussein podría ser condenado a muerte, estimó hoy el presidente de turno del consejo de gobierno iraquí impuesto por Estados Unidos. "El tribunal especial acordado la semana pasada para juzgar crímenes del ex régimen debe juzgar a Saddam", precisó Abdul Al Hakim.
Ahmed Shabali, uno de los nueve miembros del gobierno provisional, dijo a su vez que Hussein es un "cobarde" por no suicidarse, y aseguró que el ex gobernante "se encuentra en el país y va a ser juzgado en Irak", aunque la cadena CNN había hablado de su traslado a una base estadunidense en Qatar.
Pero varios expertos internacionales consideran que el tribunal especial iraquí no tiene experiencia ni medios jurídicos para juzgar imparcialmente a Saddam, además de que tampoco podría resistir las presiones de Washington.
Algunos especialistas consideran que el apoyo ofrecido por Estados Unidos a ese tribunal iraquí es incluso un elemento más de la campaña de George W. Bush contra la nueva Corte Penal Intrernacional, encargada de juzgar crímenes de guerra y contra la humanidad.
Otros creen que Estados Unidos podría inclinarse por un tribunal militar porque permitiría silenciar su apoyo a Hussein cuando éste entró en guerra con Irak, y pasar por alto la cuestión de las armas de destrucción masiva. Este arsenal, la excusa de Washington para la invasión, no ha sido hallado, y el propio Hussein negó ayer que su régimen tuviera ese tipo de armamento.
Reitera la comunidad mundial su petición
de aplicarle un juicio justo
Gran Bretaña se pronuncia contra una eventual
pena de muerte a Hussein
Esperanzas de que se despeje la incógnita sobre
la existencia del presunto arsenal de Irak
AFP Y DPA
Nueva
York, 15 de diciembre. La Organización de Naciones Unidas, la
Unión Europea, Rusia, así como los aliados de Estados Unidos
en la ocupación de Irak, Gran Bretaña y España, pidieron
hoy, por separado, un juicio justo para el capturado ex presidente iraquí
Saddam Hussein y, más aún, Londres se pronunció contra
una eventual condena a muerte para el derrocado gobernante.
El secretario general de la Organización de Naciones
Unidas, Kofi Annan, afirmó este lunes en Nueva York que Hussein
debe ser procesado en un juicio público en el que se respeten las
leyes humanitarias internacionales. Annan aseguró que la participación
de la ONU en el juicio de Hussein "no está en la mesa de discusión.
Si nos lo piden podemos discutirlo", agregó.
La UE expresó satisfacción por la detención
del ex presidente iraquí, que considera un "paso crucial hacia la
paz" en el país invadido y estimó que Hussein "debe ser sometido
a un juicio justo".
Por lo pronto, Gran Bretaña indicó que no
participará en ningún juicio que pueda conducir a la ejecución
de Hussein, aunque subrayó que aceptaría, con renuencia,
una eventual sentencia a muerte si la emite un tribunal iraquí.
El primer ministro británico, Tony Blair, expresó
confianza en la justicia iraquí. "Por supuesto que debemos asegurar
que haya un proceso adecuado e independiente. Pero estoy seguro de que
los iraquíes tienen la capacidad de hacerlo", declaró Blair
ante el Parlamento.
El canciller británico, Jack Straw, dijo que no
espera que Hussein ofrezca una "confesión" ahora que fue capturado.
"Sería una sorpresa que del interrogatorio salga información
útil", declaró Straw en Londres. El funcionario señaló
que tampoco tiene esperanzas de que el ex presidente diga la verdad sobre
sus presuntas armas de destrucción masiva.
La jefa de la diplomacia española, Ana Palacio,
cuyo gobierno fue uno de los más vehementes defensores de la guerra,
se unió a las voces que pidieron un juicio justo para el ex líder
iraquí.
Palacio se pronunció además porque Hussein
"dé una explicación de qué ha hecho, y dónde
están" las armas de destrucción masiva. Precisamente la supuesta
amenaza de ese arsenal fue evocada por Estados Unidos y sus aliados para
lanzar la ofensiva contra el país árabe, pero hasta ahora
no se ha encontrado nada.
El canciller ruso, Igor Ivanov, abogó en Santiago
por que la captura de Hussein permita consolidar el proceso de seguridad
en Irak y despejar la incógnita sobre la existencia de armas de
destrucción masiva en ese país, mientras en Moscú
el gobierno ruso exigió que Hussein sea enjuiciado ante un tribunal
en Irak.
Por otra parte, Francia y Rusia enviaron este lunes señales
positivas sobre el proceso de la deuda iraquí, cuando James Baker,
enviado especial del presidente George W. Bush, inicia una delicada gira
por Europa sobre este tema. "En el Club de París, en conexión
con los otros acreedores, estima que se podría llegar a un acuerdo
a partir de 2004, si se reúnen las condiciones", declaró
este lunes el ministro de Relaciones Exteriores francés, Dominique
de Villepin.
Paralelamente en Moscú, el viceministro de Relaciones
Exteriores, Yuri Fedotov, estimó de forma similar que el Club de
París, que agrupa a los acreedores públicos del planeta,
es "un sistema moderno y civilizado de solución de los problemas
de deuda externa", e hizo un llamado para que "sus mecanismos se apliquen
en Irak".
Humillante actitud del ex líder iraquí, dicen algunos árabes
Espera Israel que esta captura "sirva de lección a sirios y palestinos"
AFP, REUTERS Y DPA
Jerusalen, 15 de diciembre. Israel dijo esperar hoy que la captura de Saddam Hussein "sirva de lección" a los sirios y a los palestinos, en tanto que la Autoridad Nacional Palestina, de Yasser Arafat, guarda silencio sobre la detención del ex gobernante iraquí, cuya actitud de no ofrecer resistencia al arresto fue calificada de humillante entre muchos árabes.
Irán dijo que Hussein debería ser juzgado ante un tribunal internacional, mientras los países del Golfo no ocultaron su alivio tras la captura del líder iraquí el pasado sábado. Es "un paso hacia la restauración de la estabilidad y la unidad nacional en Irak", declaró el secretario general del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), Abderahman Al Atiya.
Las seis monarquías del CCG mantenían, con desconfianza, relaciones con el régimen de Hussein, el cual, además de la ideología panárabe del partido Baaz, alimentó la tensión regional con su larga guerra contra Irán (1980-1988) y con la invasión de Kuwait en 1990.
En Kuwait, la captura del líder iraquí fue recibida con alegría. "Gracias a Dios fue capturado vivo y podrá ser juzgado por los abominables crímenes que cometió" contra pueblos iraquíes y kuwaitíes, agregó el ministro de Informaición, Mohamad Abdallah Abu Al Hassan, aunque las autoridades aclararon que Kuwait no buscará la extradición de Hussein.
La detención "marca la apertura de una nueva página para Irak", indicó a su vez un vocero de la cancillería en Bahrein, mientras en Qatar, la cancillería deseó para Irak "una nueva era de democracia", acompañada de una "retirada de las fuerzas estadunidenses".
En Madrid, el canciller iraní, Kamal Jarazi, opinó que Hussein "debería ser juzgado ante un tribunal internacional y público" por los crímenes "cometidos contra kurdos e iraníes". Además recordó que Hussein "utilizó armas químicas contra sus ciudadanos" durante la guerra Irán-Irak (1980-1988), en la que murieron un millón de iraníes.
Un vocero del gobierno iraní anticipó que su gobierno prepara una demanda ante una instancia internacional contra Hussein.
En cambio, muchos árabes no se sienten con ánimos de festejar. "Me siento humillado", confesó Abdelbari Atwan, jefe del diario árabe Al Quds Al Arabi. Al igual que Atwan, otros árabes veían en el otrora hombre fuerte de Bagdad un héroe que se animaba a lanzar misiles contra Israel y a desafiar al gobierno estadunidense. Sobre su trato a los opositores, algunos explican que "en ese sentido no era peor que otros líderes árabes".
Sobre todo entre los palestinos el ánimo era turbio. "Creímos que iba a morir luchando", dijo Hatem Abul Qadder, miembro del Parlamento palestino.
Por su lado, los ministros israelíes de Justicia y Defensa, Yosef Lapid y Shaul Mofaz, afirmaron que el ex presidente iraquí debe responder por sus ataques contra Israel, cuando lanzó los misiles Scud en 1991 que dejaron dos muertos. Lapid consideró que si Hussein es juzgado por un tribunal internacional, Israel se querellaría con él, mientras Mofaz sostuvo que Israel demandaría a Hussein porque "apoyó y financió operaciones terroristas" palestinas.
A su vez, un portavoz del primer ministro Ariel Sharon dijo que la caída de Hussein "debe servir de lección" tanto a los palestinos como a Siria.
En Kabul algunos delegados en el Gran Consejo (asamblea regional o Loya Jirga) reunido en Kabul para adoptar una constitución para Afganistán afirmaron este lunes que, como musulmanes, estaban tristes por la detención de Hussein.
Que un tribunal internacional lo procese: premios Nobel de la Paz
La premio Nobel de la Paz 2003, la abogada y defensora de los derechos huamos iraní Shirin Ebadi, y el sudafricano Desmond Tutu, también Nobel de la Paz, pidieron este lunes que Saddam Hussein sea juzgado por un tribunal internacional.
En París, tras saludar la detención de Hussein, Ebadi abogó porque el ex gobernante "tenga un juicio justo ante un tribunal internacional competente aun cuando sea acusado de crímenes de guerra".
En similares términos se inclinó en Ciudad del Cabo el arzobispo anglicano Desmond Tutu, quien pidió también que en el proceso contra Hussein "todas la partes respeten el derecho internacional y el principio de la presunción de inocencia". DPA Y AFP
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