Publica Rafael Figueroa biografía del músico

Julio del Razo, testigo de la llegada al país del primer grupo de son cubano

ARTURO GARCIA HERNANDEZ

El nombre de Julio del Razo tal vez no sea muy conocido en la actualidad fuera de su ámbito profesional, pero es una figura imprescindible en la historia de la música afroantillana en México. Para dejar constancia de ello, el investigador y especialista Rafael Figueroa Hernández acaba de publicar el libro Julio del Razo, realizado a partir de una serie de entrevistas con el músico y editado bajo el sello ConClave, ''programa de investigación, recopilación y difusión de información sobre la música afrohispana de las Antillas".

En el texto introductorio que hace para el libro, Figueroa ubica a Del Razo como ''testigo presencial de la llegada, en 1928, del primer grupo de son cubano que visitó México, el Son Cuba de Marianao". A partir de ahí, ''su vida siguió fielmente los avatares de este género en nuestras tierrras, desde los primeros grupos de aficionados en el puerto de Veracruz hasta la llamada época de oro del son en México que desde la capital de la República se proyectaba, no sólo a todo el país, sino a buena parte de nuestra América".

La biografía de Julio del Razo está contada en primera persona y sigue un orden cronológico que va desde su nacimiento, el 20 de diciembre de 1913, en Veracruz, hasta su ingreso a la orquesta de Dámaso Pérez Prado, en la que permaneció por más de 20 años.

La vida profesional de Del Razo, apunta Figueroa, ''se convirtió en verdaderamente un quién es quién de la llamada música tropical". Su nivel musical y su versatilidad como instrumentista (llegó a tocar el tres, el bajo, los timbales, el bongó y las tumbadoras) y cantante ''lo llevaron a participar en numerosos proyectos musicales, desde conjuntos nacionales como el Son Clave de Oro o Moscovita y sus Guajiros hasta leyendas universales de la talla de Benny Moré o Dámaso Pérez Prado, pasando por nombres imprescindibles para nuestra música como Memo Salamanca, Kiko Mendive, Mariano Mercerón o Los Cariñosos".

Con este libro, Rafael Figueroa prosigue con su meticulosa labor de documentación de la historia de la música afroantillana en México, sobre la cual con anterioridad ha publicado títulos como Con salsa y sabor... (México: Universidad Pedagógica Nacional, 1992), Ismael Rivera: el sonero mayor (San Juan, Puerto Rico: Instituto de Cultura Puertorriqueña, 1993), Luis Angel Silva Melón (Jalapa, Ver.: CNCA/Instituto Veracruzano de Cultura/ConClave, 1994), Memo Salamanca (Veracruz, Ver.: Instituto Veracruzano de Cultura, 1996), Emilio Domínguez (Jalapa, Ver.: ConClave/Fonca, 2000) y Celio González (Jalapa, Ver.: ConClave/Fonca, 2001).

Otros títulos de su autoría son Pasos sobre el silencio: apuntes para una semiótica de la música (Toluca: Centro Toluqueño de Escritores, 1985) y Salsa and related genres: a bibliographical guide (Westport, CT/Londres: Greenwood Press, 1992).

También ha sido comentarista de radio, productor y guionista de programas de televisión acerca de la música caribeña y desde 1991 es director de ConClave (http://www.comosuena.com/conclave.htm), programa de información y difusión dedicado a la música afrohispana de las Antillas ''en todas sus manifestaciones: son, rumba, cha cha chá, mambo, salsa, plena, bomba, merengue, jazz latino, rock latino, etcétera. Un capítulo especial es la tradición del son jarocho propia del estado de Veracruz.

Promueve la fijación del conocimiento por todos los medios a su alcance, incluyendo el uso de técnicas de historia oral, investigación bibliográfica, hemerográfica y discográfica, además de difundir la información por medio de boletines, libros, conferencias, talleres, etcétera.