México D.F. Miércoles 17 de diciembre de 2003
Los indios de Bolivia estamos decididos a regir
nuestro destino, dice Felipe Quispe
Fundar la República de Qullasuyo, reto del Movimiento
Indígena Pachacuti
Aymaras, quechuas y guaraníes están preparados
para resistir a los gringos, advierte
Como el EZLN, buscamos tomar el poder en las comunidades,
expresa el dirigente
ARTURO JIMENEZ
El dirigente aymara Felipe Quispe, candidato a la Presidencia
de Bolivia en 2002, actual diputado y uno de los líderes más
importantes de la movilización popular que en octubre pasado provocó
la renuncia del presidente del país, Gonzalo Sánchez de Lozada,
plantea sin rodeos que el objetivo central del Movimiento Indígena
Pachacuti es fundar la República de Qullasuyo, una nación
indígena independiente y soberana:
''Los indígenas somos mayoría en Bolivia
(entre 60 y 80 por ciento de la población), y como mayoría
histórica estamos decididos a autogobernarnos, a dictar nuestras
propias leyes, a cambiar la Constitución política del Estado
por nuestra Constitución, a cambiar el sistema capitalista por nuestro
sistema comunitario, a cambiar la bandera boliviana tricolor por nuestra
bandera de siete colores."
Sería, abunda el dirigente en entrevista, una nueva
República, con su propio himno nacional, sus símbolos e insignias,
una República comunitaria donde no haya pobres ni ricos, en la que
se utilizaría el trueque y se cuidaría el medio ambiente.
''Tal como ya estamos viviendo en algunas comunidades, pero sin rechazar
la modernidad y las nuevas tecnologías", precisa.
Sin embargo Quispe, controvertido y caracterizado por
algunos como portador de un discurso radical y casi inflexible, además
de poseedor de una determinación férrea y de un liderazgo
fuerte y concentrado, sabe del costo real de esos ideales independentistas:
''Ese es el proyecto central, aunque estamos conscientes
de que los gringos de Estados Unidos seguramente nos van a bloquear.
Pero vamos a resistir porque Bolivia tiene riqueza, diferentes pisos ecológicos
y no somos tan pobres. Para eso estamos preparados los aymaras, los quechuas
y los guaraníes.
''Para lograr ese cambio se requiere mucha sangre y sacrificio,
pues no vamos a lograrlo mediante las elecciones. Hablando en el Parlamento
no vamos a resolver nada y más bien vamos a robustecer al sistema.
Lo que tenemos que hacer es trabajar para el cambio. Sólo con ese
cambio Bolivia no sería ya ni siquiera Bolivia, sino la República
del Qullasuyo."
Un cóndor en México
Para
entender -se compartan o no- estos objetivos, Quispe refiere la situación
de racismo y marginación padecida por los pueblos originarios de
Bolivia desde la llegada de los españoles, y comienza con un ejemplo:
''En Europa el patrón es gringo y el peón es gringo.
En Bolivia el patrón es gringo y el peón es indio".
En el Ejército boliviano, prosigue, los indígenas
no pasan de subtenientes y sólo los utilizan de ''carne de cañón".
Y las instituciones de gobierno, las empresas privadas y la Iglesia las
controlan los gringos (criollos), no los indios.
''Los que construyen los edificios, barren, lavan, planchan,
cargan, cultivan, producen, sudan, manejan los camiones y ponen la sangre
en las guerras, son indios. En la llamada Bolivia los indígenas
hemos perdido nuestros territorios y tierras, nos han discriminado y nos
tratan a patadas. Por eso queremos tomar el poder político, para
reivindicarnos como nación indígena, recuperar nuestros territorios
y ser dueños de sus riquezas."
También llamado el Mallku -cóndor
en aymara, que simboliza el mando comunitario superior-, Felipe Quispe
estuvo hace unos días en la ciudad de México para intervenir
en el encuentro América Profunda, en el que participaron
dirigentes e intelectuales indígenas y no indígenas.
En un patio del Antiguo Colegio de San Ildefonso, el dirigente
indio ofrece unos minutos durante un breve receso de las sesiones de trabajo
de América Profunda. Como no tiene a la mano la jarra de
plástico en la que prepara su té de hojas de coca, coloca
éstas en su boca y las comparte.
Aunque casi inexpresivo, Quispe cede un instante y hace
una pequeña broma. ''Yo soy cafeinómana", había comentado
la fotógrafa María Luisa Severiano. ''Yo soy cocainómano",
responde él, en referencia al consumo ritual, cultural y ancestral
de esa planta por los pueblos andinos.
El líder aymara suma una vida de lucha sindical,
guerrillera y social que le ha costado persecución, cárcel
y tortura física. En los años 80 participó en el Ejército
Guerrillero Tupac Katari, en los 90 estuvo preso cinco años y ahora
es dirigente de la Confederación Sindical Unica de Trabajadores
Campesinos de Bolivia y del Movimiento Indígena Pachacuti, el cual
tiene presencia sobre todo en las provincias del departamento de La Paz.
Aunque existen coincidencias en la demanda de respeto
y reconocimiento a la autodeterminación de los pueblos originarios,
el Movimiento Indígena Pachacuti es en muchos aspectos divergente
de la otra organización india importante del país, concentrada
en el partido Movimiento al Socialismo, que encabeza el líder cocalero
Evo Morales, segundo lugar en las elecciones presidenciales del año
pasado.
Gota de aceite en la piedra
Acerca de la disyuntiva de algunos movimientos indígenas
de América Latina de buscar o no la toma del poder político
para transformar las relaciones de dominación -esta última
posición planteada, por ejemplo, por el Ejército Zapatista
de Liberación Nacional (EZLN)-, Quispe comenta:
''Los zapatistas tienen su forma de pensar y de filosofar
sobre la toma del poder. Nosotros no somos quién para enseñarles.
Seguramente ellos están pensando primeramente tomar el poder en
las comunidades. Nosotros también tenemos esa forma de accionar:
primero limpiar toda la basura colonial que han introducido en nuestras
comunidades. Eso estamos haciendo en algunas provincias del norte de La
Paz, como Omasuyos y Los Andes.
''Ahí va emergiendo esa forma de sustituir todas
las autoridades estatales con nuestras propias autoridades originarias.
Es un autogobierno que estamos ensayando ahí. Es algo pequeñito
que está renaciendo, pero es como una gota de aceite sobre una piedra,
que con el calor del sol toda la piedra se manchará de la grasa.
''Pero no estamos conformes con eso. Hemos hecho las movilizaciones
de septiembre y octubre hasta tumbar al representante de Estados Unidos,
el neoliberal Gonzalo Sánchez de Lozada. Lo que no podemos sacar
de nuestras comunidades y que está anclado es el Ejército,
aunque con el tiempo lo sacaremos.
''Nosotros tenemos la intención de capturar el
poder político y autogobernarnos. Bolivia no es como México,
es diferente. Aunque entre hermanos indígenas nos hemos conocido
en encuentros como América Profunda y tenemos muchas cosas
en común, nuestra forma de accionar en México, Ecuador, Guatemala,
Perú, Chile, Bolivia y otras partes es diferente."
Dice que en Bolivia el movimiento se ha reactivado. ''Pero
ya con otra mentalidad, ya no con unos cuantos jóvenes voluntariosos
que nos poníamos como vanguardia del movimiento popular, sino con
la lucha de todo un pueblo, donde había estado esa riqueza de lucha."
Después de varias luchas, la más reciente
con la ''guerra del gas" de septiembre y octubre pasados, ''hemos dado
varios pasos y subimos a una instancia superior. Pero ahora, como son los
primeros ensayos, estamos viendo qué nos faltó. Y nos faltaron
los cuadros políticos, los cuadros militares.
''Ahora hay que trabajar por ese lado, ya no estar ahí
solamente hablando en lo político, legal, democrático, sino
imbuirse de otros brazos que nos corresponde hacerlo. Porque un movimiento
indígena debe tener varios pilares, no sólo uno. Y eso tenemos
que hacerlo, como dirigentes políticos, como responsables, como
la cabeza de este tipo de movilizaciones."
Podríamos haber tomado el poder
-Entonces, ¿están formando cuadros guerrilleros?
-Creo que vamos a ir por ese lado. Voy a hablar de los
casos de Perú y Bolivia: los españoles no llegaron trayendo
flores, sino sables, pólvora, arcabuces, caballos, la Biblia; trajeron
todo para aplastarnos. Vemos que ellos lograron la invasión con
la lucha armada.
''Simón Bolívar y Antonio José de
Sucre llegaron luchando, matando hasta a sus abuelos, hasta a los criollos.
Ellos republicanizan al país, y a nosotros los indígenas
nos bolivianizan. En la época de Víctor Paz Estenssoro
hubo la revolución de 1952, y tampoco esos movimientistas llegaron
con un ramo de flores en las manos."
En esa línea, comenta sobre las movilizaciones
de septiembre y octubre: ''En Warisata hemos respondido (a los ataques)
con armas, aunque eran armas viejas. Y viendo todo eso, decimos que nos
ha faltado ese brazo y tenemos que construirlo, estamos en eso. Esto será
un proceso, no voy a decir que vamos a hacerlo de la noche a la mañana.
Para hacer una lucha seria se tiene que seleccionar gente, no vamos a empujar
como rebaños de ovejas, no vamos a llevar al matadero a la gente.
-¿Se organizarán como lo hizo el EZLN, poco
a poco?
-Recuerdo que en los años 90, cuando estábamos
en la cárcel, escuchamos de la insurgencia de los zapatistas de
acá, y para nosotros ha sido una alegría. Ellos han estado
trabajando mucho tiempo. Si nosotros hubiéramos estado a esa altura,
creo que ya estaríamos cantando la victoria.
-¿Cómo observa el actual estado de cosas
en Bolivia?
-Allá reina la calma, pero también hay tensión
y muchos creen que Carlos Mesa (presidente boliviano sustituto) podría
cumplir las cosas, porque hace sus discursos bonitos, con palabras dulces.
Sin embargo, nosotros como políticos ya conocimos a Mesa, sabemos
exactamente que no va a cumplir y, a la vez, estamos a la espera de que
cometa errores y desde eso vamos a alimentarnos como movimiento indígena.
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