México D.F. Domingo 21 de diciembre de 2003
Son asesinados a diario hasta cinco ex miembros
del partido de Saddam Hussein
Desde que comenzó la invasión a Irak
han muerto 9,700 civiles
Fueron tiroteados ayer un antiguo jefe y una funcionaria
del Baaz; un niño falleció
Por error, tropas estadunidenses ejecutaron
a tres policías en el sur de Kirkuk
ROBERT FISK THE INDEPENDENT
Bagdad, 20 de diciembre. Otro ex miembro del partido
Baaz fue asesinado en Najaf este sábado, al igual que el hijo de
cinco años de una funcionaria de dicha formación. Además,
tres policías fueron ejecutados por error por las tropas
estadunidenses al sur de Kirkuk. La vida en Irak tras la captura del ex
dictador, la semana pasada, empieza a ser deprimentemente parecida a la
vida durante su mandato.
En
muchas zonas de Bagdad el suministro eléctrico se ha reducido a
sólo seis horas diarias. Las filas para comprar combustible tienen
una longitud de más de cinco kilómetros y medio. Sólo
en Samarra, al norte de Bagdad, que durante todo este mes ha sido escenario
de insistentes ataques guerrilleros contra la cuarta división de
infantería, han disminuido los combates. Pero esto se debe únicamente
a que los estadunidenses han inundado la ciudad con sus tropas y a que
los clérigos sunitas musulmanes -horrorizados por la cantidad de
civiles muertos y heridos a manos de los soldados de ocupación-
han pedido al movimiento de resistencia no perpetrar emboscadas en áreas
en que los civiles pueden resultar lesionados.
El jeque Ezzedin Al Rifai, clérigo de Samarra,
difundió un mensaje en el cual dijo que la resistencia es un "acto
legítimo", pero insistió en que "es pecado agredir a estadunidenses
si los ataques conllevan la destrucción de propiedad y matan o hieren
a niños, viejos y otros civiles".
El líder de la Alianza de Estudiosos Religiosos
de la provincia de Salahedin, en la que Samarra es una de las mayores ciudades,
dijo que muchos jóvenes, mujeres y niños han muerto a causa
de las represalias estadunidenses contra la resistencia. Los ocupantes
agradecieron el mensaje del clérigo, pero ignoraron el mensaje evidente:
que los soldados están matando e hiriendo a civiles inocentes.
El jeque Al Rifai señala que los estadunidenses
podrían restablecer la calma si sólo pusieran fin a las agresivas
redadas en viviendas. "Arrestan a la gente, luego la dejan libre y le piden
perdón", expresó. El pasado viernes una anciana murió
de un infarto después que las tropas registraron su casa. "Fueron
amables y corteses", señaló Azhar Al Hayatila, nuera de la
mujer, sobre las tropas. "Pero mi suegra se asustó muchísimo
al verlos."
El jefe del gobierno español, José María
Aznar, llegó este sábado a Irak en visita inesperada. Saludó
a sus mil 300 hombres estacionados en el país, la mayoría
de los cuales tiene su base en Diwaniyah. Diez españoles han muerto
en Irak desde agosto. En el peor ataque que este contingente ha sufrido
-una emboscada a finales de noviembre- murieron siete agentes de inteligencia.
Al tiempo que arribó Aznar, trascendió que
los tres policías asesinados por los estadunidenses en Suleiman
Beg, al noreste de la ciudad, fueron confundidos con maleantes. En realidad
estaban custodiando un puesto de control pasada la medianoche y dos de
sus compañeros resultaron heridos. Los soldados no ofrecieron ninguna
explicación por este error, que se añade al también
erróneo asesinato de siete policías, cometido anteriormente
por las tropas de ocupación en Fallujah.
Pero muchos policías a sueldo de Estados Unidos
ahora llevan capuchas negras cubriéndoles el rostro y no usan uniformes.
En los alrededores de Samarra, los milicianos iraquíes proestadunidenses
llevan pasamontañas, pantalones color verde militar o de mezclilla.
Hasta cinco cadáveres de ex miembros del partido
Baaz son llevados cada día a la morgue de Bagdad. En Najaf, los
asesinatos siguen el mismo patrón que en la capital. Ali Al Tamimi,
antiguo jefe del distrito de Al Furat, fue acribillado mientras iba de
compras con un amigo. La ex funcionaria del Baaz Damiyah Abbas fue objeto
de disparos cuando salía de su casa. Su hijo de cinco años
murió instantáneamente y ella fue llevada al hospital en
estado crítico. Había amplio consenso en que la señora
Abbas participó en la represión del movimiento chiíta
musulmán ocurrido en 1991 en el sur de Irak. También se cree
que el señor Al Tamimi era informante del gobierno de Hussein.
Sin embargo, las autoridades de ocupación se niegan
a dar cifras sobre los numerosos civiles que son asesinados en Irak cada
semana. El Pentágono señaló el viernes que 200 soldados
han resultado muertos en ataques en Irak desde que el pasado 1º de
mayo el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se jactó de
que habían llegado a su fin "las operaciones de combate mayores".
Pero desde que comenzó la invasión angloestadunidense han
fallecido 9 mil 700 civiles iraquíes.
© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca
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