México D.F. Domingo 21 de diciembre de 2003
El levantamiento social puso fin a la presidencia
de Fernando de la Rúa
Conmemoran con movilización masiva el segundo
aniversario del argentinazo
Una explosión, posiblemente accidental, único
incidente de la jornada de dos días
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 20 de diciembre. Un artefacto no
identificado explotó hoy cuando los grupos piqueteros (desocupados)
más duros realizaban en Plaza de Mayo un acto en conmemoración
del segundo aniversario del argentinazo. El estallido dejó
unos 35 heridos, 30 de ellos con lesiones menores, tras dos días
de masivas movilizaciones sin incidentes.
El acto para recordar las protestas que pusieron fin a
la presidencia de Fernando de la Rúa no se interrumpió por
la explosión. Bajo un calor intenso, unos 20 mil piqueteros,
activistas de derechos humanos y gremios dijeron "nunca más" en
homenaje a las víctimas del trágico 20 de diciembre de 2001.
No obstante, hubo temores por posibles incidentes, pues hay posturas enfrentadas
en el movimiento piquetero.
Hasta
el cierre de esta edición no se había esclarecido el origen
de la explosión, que pudo ser una bomba de estruendo o una garrafa
de gas que estalló por el intenso calor. Pero es un hecho que se
trató del único incidente de la jornada.
El gobierno del presidente Néstor Kirchner creó
una cuidadosa infraestructura para evitar cualquier acción parapolicial
como la que costó la vida a una treintena de personas en 2001.
Desde ayer, cuando la federación Tierra y Vivienda,
dirigida por Luis D'Elía, que representa al sector dialoguista del
Movimiento Piquetero, realizó un acto multitudinario en un club
de futbol, las marchas se entrecruzaron y la Plaza de Mayo permaneció
toda la noche ocupada, en una vigilia que terminó pacíficamente.
Pese a las divisiones, la presencia multitudinaria, con
la participación de unas 200 asambleas barriales, confirmó
que está vivo aquel espíritu de resistencia ante la más
grave crisis que vivió el país. Fue visible una mayor organización
de los movimientos, algunos de los cuales desarrollan proyectos que van
desde huertas hasta pequeñas fábricas de ropa o zapatos,
así como construcción de viviendas, entre otros.
"Estamos aquí por los muertos de diciembre de 2001.
Estamos aquí contra la impunidad, en demanda de trabajo genuino,
contra las políticas neoliberales que hundieron al país y
llevaron a la tragedia nacional. Estamos aquí contra toda idea de
Estados Unidos de querer someternos al Area de Libre Comercio de las Américas
(ALCA), que no es otra cosa que el colonialismo absoluto. Estamos contra
la militarización de América Latina, contra la guerra, por
la vida y en solidaridad con otros pueblos que pasan lo mismo que nosotros",
expresó Nora Cortiñas, de la organización Madres Fundadoras
de Plaza de Mayo.
A lo largo de varias avenidas se vieron columnas abigarradas
que portaban largas banderas argentinas. También en pancartas o
en camisetas de los manifestantes se veía el rostro de Ernesto Che
Guevara. Ondeaban banderas rojas.
El enemigo no está vencido
Un joven orador, a través de un altavoz, resumió
las demandas de la multitud: "¿Cómo no hemos de resistir?
¿Cómo no vamos a pelear por nuestros derechos? ¿Cómo
no vamos a levantar bien alto las banderas que el pueblo llevó a
la Plaza de Mayo el 19 y el 20 de diciembre, como continuación de
tantas otras gestas en nuestra historia? Claro que lo vamos a hacer, porque
el enemigo no está vencido, está ahí, defendiendo
sus intereses, cobrando la deuda externa, intentando imponer el ALCA y
la represión. Para ello no duda en montar campañas mediáticas
destinadas a fomentar el enfrentamiento entre argentinos, dividiendo artificialmente
a los sectores medios de los más desposeídos".
Las consignas fueron: no al ALCA, no al pago de la deuda
externa, estatización del correo y las empresas privatizadas, trabajo
para todos, justa distribución de la riqueza, juicio y castigo para
los militares genocidas y sus cómplices y para los responsables
políticos y materiales de los asesinatos de los días 19 y
20 de diciembre de 2001 y derogación inmediata de la Ley de Reforma
Laboral de 2001.
También hubo encendidos discursos contra la invasión
de Estados Unidos a Irak y en favor de la solidaridad con el pueblo de
ese país, así como festejos por el bolivianazo, como
fue llamada aquí la reciente insurrección popular en Bolivia,
que provocó la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada a la
presidencia. Se exigió: "Basta de agredir a Cuba", y se demandó
apoyo a "la Venezuela chavista".
Los manifestantes exigieron que cese la represión
en las provincias de Neuquen, Jujuy, Santiago del Estero, donde recientemente
han ocurrido incidentes graves.
La primera marcha de la jornada comenzó antes de
las 14 horas locales, con la movilización de un fuerte sector del
Movimiento de Desocupados Aníbal Verón (ahora dividido) y
Barrios de Pie, junto con organizaciones de derechos humanos, que portaron
una larga bandera argentina.
Durante la marcha a Plaza de Mayo se realizó ante
el Congreso un escrache (denuncia pública), acto en el que
fueron señalados los sobornos que confesó un "arrepentido"
ex funcionario que acusó al gobierno de De la Rúa de gastar
5 millones de dólares en pagos a senadores para que votaran en favor
de una reforma laboral resistida por todos los trabajadores y otros sectores
del país.
Las Madres de Plaza de Mayo, agobiadas por el calor, pero
firmes, encabezaron las marchas con una bandera donde estaba escrito: "Ni
un paso atrás". También estuvieron Hijos de Desaparecidos,
organizaciones de izquierda y asambleas barriales.
Luego llegaron las columnas de la Corriente Clasista y
Combativa, cuyo dirigente, Juan Carlos Alderete, reclamó por la
justicia social, exigió no pagar al Fondo Monetario Internacional,
rechazó el ALCA y demandó trabajo "ya". Señaló
que los dirigentes son los responsables de la desunión de los piqueteros,
ya que las bases están exigiendo una reunificación.
Al atardecer llegaron los llamados piqueteros "duros"
-dirigidos por el trotskista Partido Obrero-, el Movimiento Independiente
de Jubilados y Desocupados, de Raúl Castells, otros partidos de
izquierda y algunos organismos de derechos humanos. Esto dio la dimensión
de las divisiones que surcan al movimiento político y social en
el país.
Hubo un fuerte forcejeo de militantes de los grupos duros
para evitar que los camarógrafos filmaran la escena de la explosión
posiblemente accidental. Pero finalmente no se repitieron los hechos trágicos
de diciembre de 2001 y la sangre no llegó al río.
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