México D.F. Domingo 21 de diciembre de 2003
Otros líderes de desocupados encomian al presidente
Néstor Kirchner, sirviente del FMI, acusan dirigentes de piqueteros
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 20 de diciembre. Marchas para conmemorar el argentinazo de los días 19 y 20 de diciembre de 2001 estuvieron marcadas con la presencia de los familiares de los asesinados y heridos por la represión cometida durante ese levantamiento. Hoy se sabe que el número de muertos ascendió a 37, ya que varios de los heridos perecieron después.
Por otro lado, el presidente Néstor Kirchner recibió a dirigentes piqueteros, quienes si bien lo acusaron de ceder ante el Fondo Monetario Internacional (FMI), reconocieron los avances de su gobierno en el combate a la impunidad.
Pancartas con los nombres de las víctimas fueron pegadas ayer en las vallas que rodean al Congreso en esta capital. "Este pueblo merece la victoria", se leía en una. Acudieron también los sobrevivientes de la represión, quienes demandaron enjuiciar y castigar a los responsables de esos crímenes, ya que hay sólo algunos detenidos. Gracias al fotógrafo Iván Clemenco se logró en estos días un testimonio impactante, el cual llevó a juicio a policías que dispararon en el lugar donde murieron los militantes Carlos Almirón y Diego Lamagna.
Pese a que los grupos piqueteros considerados duros acusaron a Kirchner de ser un "sirviente del FMI", varios de sus miembros agradecieron al mandatario por haberlos recibido y por ordenar que se agilicen los juicios.
En los últimos días el FMI decidió postergar hasta mediados de enero próximo la aprobación de la primera parte del acuerdo que se firmó en septiembre, con condiciones para el desembolso de 250 millones de dólares que el gobierno ha calificado de "presión inaceptable".
El jefe de gabinete, Alberto Fernández, expresó hoy que el gobierno firmó un acuerdo para el pago de la deuda "que no piensa alterar", y añadió: "Para que el país pueda avanzar no se pueden destinar más esfuerzos de los ya comprometidos al pago de la deuda externa". Lo contrario, añadió, significaría poner en crisis el desarrollo interno.
Así, el FMI insiste en sus recetas, que hundieron al país en la peor crisis de su historia, y posterga el desembolso con el falso argumento de que el gobierno nacional no cumplió con lo acordado.
El fondo ya sugirió al Banco Mundial que detenga desembolsos prometidos a Argentina. Los tecnócratas del FMI exigían a Kirchner conseguir un superávit fiscal de hasta 5 por ciento del producto interno bruto, pero el mandatario no aceptó comprometerse a más de 3 por ciento.
Así, la gestión de Kirchner realizó por primera vez "una negociación soberana con el FMI, con lo que fracturó la metodología de la supeditación permanente", señala un análisis de la organización Estudio de Situación.
El documento añade: "La dirección del organismo multilateral de crédito se niega a reconocer que Argentina esté en recuperación económica desobedeciendo sus programas recesivos. Entonces, sube la apuesta neocolonial: busca que el superávit fiscal primario comprometido para el pago de la deuda externa sea mayor".
El análisis sostiene que en estos momentos tratar de ceñirse a las demandas del FMI de aumentar impuestos internos o reducir el mínimo imponible o la compensación para los bancos, que no enfrentaron su responsabilidad en la crisis, llevarían al país a una nueva devastación económica.
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