México D.F. Domingo 21 de diciembre de 2003
Las cuotas de dos millones de sindicalizados
y la interlocución con el gobierno, en juego
Prisa de gremios elbistas por arrancar control de prerrogativas
a la FSTSE
Los disidentes planean constituir formalmente una nueva
federación de burócratas en febrero
FABIOLA MARTINEZ
Las organizaciones que renunciaron el pasado 5 de diciembre
a la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado
(FSTSE) realizan, a marchas forzadas, los trámites jurídicos
para obtener su reconocimiento oficial y constituir formalmente -a más
tardar en febrero- la nueva central de empleados públicos.
La prisa obedece, reconocieron sus promotores, a la intención
de "arrancar" cuanto antes a Joel Ayala Almeida (relecto líder de
la FSTSE para el periodo 2004-2007) el poder discrecional que detenta sobre
las cuotas de casi 2 millones de burócratas, así como el
manejo de los créditos hipotecarios para derechohabientes en este
sector; la representación sectorial en el ISSSTE, prerrogativas
en las revisiones salariales y, sobre todo, la interlocución única
con el gobierno foxista.
Sin embargo, el proceso se prevé ágil pero
no por fast track, porque en principio el Tribunal Federal de Conciliación
y Arbitraje (TFCA) les negará el registro correspondiente bajo el
argumento de que la ley que regula las relaciones laborales de los trabajadores
al servicio del Estado sólo permite la existencia de una federación
de empleados públicos.
Fuentes
del consejo del TFCA revelaron que los interesados podrán acudir
a la protección de la justicia federal, donde ya hay antecedentes
de dictámenes en contra de algunos preceptos de la Ley Federal de
los Trabajadores al Servicio del Estado, reglamentaria del apartado B del
artículo 123 constitucional.
"En cuanto llegue la solicitud (al TFCA) tendríamos
que negar el registro, aunque es seguro que un juzgado les otorgue rápidamente
el amparo correspondiente, cuya resolución acataríamos",
comentaron las fuentes consultadas.
Y es que los abogados de las organizaciones opositoras,
encabezadas por los sindicatos magisterial, del gobierno capitalino y de
las secretarías de Agricultura, Comunicaciones y Desarrollo Social,
entre otras, han encomendado a sus equipos de asuntos jurídicos
la rápida elaboración de los documentos básicos de
la central en ciernes.
En el anteproyecto de los estatutos destaca una presidencia
colegiada "con facultades acotadas", que deberá garantizar el carácter
"apartidista" de la nueva central, aun cuando la ruptura en la federación
de burócratas coincidió con la destitución de Elba
Esther Gordillo, líder moral del magisterio, gremio que desde
el año 2000 pugna por llevar a uno de los suyos al control de la
FSTSE.
El nombre tentativo de la nueva central es Federación
Sindical de Servidores Públicos, aunque también se maneja
Federación Nacional Democrática Sindical. En los lineamientos
generales destaca el respeto a la autonomía de cada sindicato miembro
y la realización periódica de reuniones.
También se redacta un programa de acción
y un "código de ética" que deberá ser revisado a más
tardar la última semana de enero en sesión plenaria de las
21 organizaciones disidentes.
La prisa es extrema, por lo que han contratado también
la asesoría de dos bufetes externos que preparan el litigio, sustentado
también en el convenio 87 de la Organización Internacional
del Trabajo (OIT), relativo a la libertad sindical.
Los abogados saben claramente que los dictámenes
de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en torno a este sector
de trabajadores fueron emitidos en favor de la integración de uno
o más sindicatos por cada dependencia, así como para la relección
de dirigentes, pero no en torno a la integración de dos federaciones,
toda vez que la escisión alentada por el Sindicato Nacional de Trabajadores
de la Educación (SNTE) no tiene precedente en los poco más
de 40 años de vida de la FSTSE.
Por lo pronto, sigue la disputa por la representación
del mayor número de sindicatos. Por ejemplo, en la semana que concluye
un grupo en el INEGI, apoyado por Ayala, refrendó su permanencia
en la FSTSE, aunque la secretaria general del sindicato de ese instituto,
Areli Hernández (toma de nota número RSI/92, promoción
25175/25457 del 16 de mayo de 2003) participa activamente en los trabajos
para la creación de la nueva central. Una situación similar
ocurre en los sindicatos de Hacienda, Gobierno del Distrito Federal y Profeco,
al igual que con las corrientes opositoras en el sindicato de Salud y Pesca.
Así, mientras ambos grupos insisten en que los
objetivos que persiguen no son políticos, las autoridades judiciales
deberán resolver si conceden registro y asientos en las representaciones
oficiales de burócratas a quienes rompieron con la FSTSE, ahora
centro de una rebatiña de afiliados.
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