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México D.F. Sábado 27 de diciembre de 2003
 El fundador de la Corriente Democrática
del PRI falleció el martes, a los 85 años
El PRD otorgó el último reconocimiento
público a González Guevara este año
En 1987, en el principio del modelo económico neoliberal
mexicano, un pequeño grupo de priístas impulsó en
el interior de este partido la Corriente Democrática, integrada
por militantes que criticaron fuertemente la política económica
del presidente Miguel de la Madrid y exigieron la democratización
del PRI en todos sus niveles, en especial para la elección del candidato
a la Presidencia en 1988.
 Al
frente de este movimiento estuvieron Cuauhtémoc Cárdenas,
Porfirio Muñoz Ledo y Rodolfo González Guevara (1918-2003),
este último, connotado político, originario de Sinaloa, pero
avecindado en Jalisco, se empeñó en transformar el tricolor
desde dentro, pero al no conseguir su objetivo renunció a sus filas
en 1990, tras 44 años de militancia.
El martes pasado, González Guevara falleció
a los 85 años de edad, identificado como pilar de la Corriente Democrática
que dio origen al Frente Democrático Nacional -para postular a Cárdenas
a la Presidencia- y amalgama de las fuerzas que dieron origen al Partido
de la Revolución Democrática.
En mayo pasado, la dirigencia perredista, en ocasión
del 14 aniversario de este partido, entregó reconocimientos a "luchadores
sociales sobresalientes", entre los que se encontraba González Guevara.
Esa quizá fue la última mención pública de
un hombre reconocido como factor de cambio en la política nacional
contemporánea y como disidente en su propio partido, siempre firme
en su posición demócrata.
González Guevara fue secretario general del PRI
en 1963-1964, tiempo en que Alfonso Corona del Rosal presidía al
tricolor; fungió después en diversos cargos públicos,
incluida la secretaría general del Departamento del Distrito Federal,
y en 1978, en la 50 Legislatura, respondió el informe a José
López Portillo, en su posición de líder de la Cámara
de Diputados.
En los años 80 fue embajador de México en
España, reconocido entonces por su estrecha relación con
el alcalde de Madrid, Enrique Tierno, y con Felipe González, presidente
del gobierno español.
También participó en la Asociación
por la Unidad de Nuestra América, espacio en el que como hombre
progresista y demócrata compartió diversos proyectos con
amigos de lucha como Cuauhtémoc Cárdenas, con quien mantuvo
una relación cercana, a pesar de no haber renunciado al PRI al mismo
tiempo que el perredista.
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